CAPÍTULO 5 - SHURIKENS VENENOSOS.

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Reflexionó un largo tiempo sobre lo que estaba sintiendo. Siempre había sentido curiosidad por Boruto. Se recordó a si misma siguiendo al chico alrededor de Konoha sin que él lo notara, cuando eran pequeños. Le intrigaba que, siendo el hijo del Hokage, parecía añorar lo mismo que ella... poder estar con su padre. Ambos hombres se ausentaban por sus deberes de proteger la aldea y ellos dos, Boruto y Sarada deseaban compartir con ellos. Se recordó en sus constantes discusiones con Boruto, cuando los nombraron miembros del mismo equipo y como ello le había disgustado.

-¡Es un tonto! – Dijo en su mente sintiéndose frustrada. Sin embargo pronto recordó la

competencia entre chicos y chicas en su tiempo en la Academia. Después de tantos trucos entre unos y otros, Boruto se arriesgó para salvar a Chocho... recordó tantos momentos en los que Boruto demostró valentía... - Sin embargo... es un buen chico...

Finalmente suspiró y observo la noche sobre el río – No puedo negarlo... yo... creo... que quiero a Boruto.... Después de unos momentos se puso de pie – Debo volver, talvez Konohamaru sensei y Mitsuki ya han vuelto. – Se dio vuelta y comenzó a avanzar cuando notó que alguien parecía observarla. – Hay alguien aquí...

Permaneció quieta un instante cuando pudo detectar a alguien en un árbol. Rápidamente lanzó un shuriken a la copa del mismo y pronto un hombre saltó frente a ella.

-¿Quién eres tu? – Pregunto Sarada, sin embargo el hombre no respondió y se lanzó hacia ella con un kunai. Ella pronto bloqueó el ataque, el hombre se encontraba enmascarado por lo que no podía ver su rostro, sólo su cabello erizado. 

El hombre la atacó de nuevo con un kunai en su mano libre, Sarada inmediatamente se agachó esquivando el golpe y con gran velocidad pateó las piernas del sujeto haciéndolo caer, la caída ocasiono que el hombre se golpeara y quedara inconsciente. Sarada lo observó por un momento. -¡Shira, Yozura! – Exclamó para después echar a correr de vuelta al campamento. Un sonido la hizo detener sus paso nuevamente... era una especie de zumbido Bip.. Bip.. Bip... - ¿Qué es eso? – De pronto escuchó un clic y notó como una ráfaga de shurikens salía disparada hacia ella. Logró esquivarlos y se acercó al lugar donde se habían clavado, se dio cuenta de que despedían un olor desagradable.

-¿Qué es ese olor? ... ¡Veneno! – Exclamó al reconocerlo – Debo volver con los demás.

Mientras tanto, Boruto continuaba sentado frente al fuego, permanecía serio mirando las llamas danzantes cuando Shira lo saco de sus pensamientos.

-Boruto kun, ¿Te encuentras bien?

-¿Eh? Yo... si, estoy bien.

-¿Crees... que Sarada se encuentra bien?

-No debes preocuparte, Sarada puede ser un poco difícil de entender a veces... aun así es una gran ninja y una buena persona – Dijo con su mirada de nuevo sobre el fuego – Puedes... puedes confiar en que estarás bien y que ella estará bien...

-Ustedes... son unidos, ¿cierto? – Dijo Shira

-¿Unidos? – Exclamo Boruto mirándola sorprendido y un tanto alarmado – Yo... nosotros...ella... no, quiero decir. - Ante el nerviosismo del chico, Shira rió alegremente.

-Boruto kun, no tiene nada de malo preocuparte por tu compañera...

Boruto la observó por un momento y lentamente desvió su rostro hacia el fuego en un intento de ocultar sus mejillas sonrojadas. De pronto algo lo puso alerta e instintivamente se puso de pie.

-¿Boruto kun?

Fijó sus ojos en los arboles que los rodeaban cuando se percató del ataque que se dirigía hacia ellos, un kunai que tenía como objetivo a Shira. Inmediatamente, Boruto la tomo del brazo y la apartó, bloqueando el arma. La chica dejó salir un grito de terror. Pronto un hombre enmascarado apareció y echo a correr hacia ellos. Boruto corrió hacia él listo para pelear. Escuchando el alboroto, Yozura salió se su tienda.

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