La Inmensidad

445 34 7
                                    

Resumen> Estoy seguro de que, en esta gran inmensidad, existe alguien capaz de pensar un poco en mí...
>Nominado como Mejor OneShot en los Terryfics Awards 2019
>Publicado originalmente en fanfiction.net el 15 de junio del 2018
>Dolor/Consuelo
>Terry
>Registro de autoría SC1902109908944





net el 15 de junio del 2018>Dolor/Consuelo>Terry>Registro de autoría SC1902109908944

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




La Inmensidad

Aquella niebla era tan espesa y el movimiento del océano era tan insistente.

Llevaba ya varios días en aquel barco, tratando de consolarse a si mismo, tratando de dejar atrás lo sucedido y tratando de olvidar su propia identidad, que para nada bueno le había servido.

El ruido de la tan ansiada fiesta de Año Nuevo llegaba hasta sus oídos, era realmente estresante.

—¡Ridículos! —pensó el muchacho, tocando a tientas la barandilla—. No son nada más que gente común y corriente...

Trato de asomarse, al igual que había hecho al medio día, para ver los delfines; pero la niebla era tan espesa que no lograba ver más allá de sus manos.

—¿Qué demonios hago aquí?

La pregunta estaba de más. Aquel viaje había sido su fantástica idea y por supuesto, también sería su mayor logro, sin embargo; todo termino siendo un gran fracaso.

¿Es que acaso tenía que pasar el resto de su miserable vida, conformándose con tanta mediocridad?

¿Es que acaso no merecía algo mejor que la maldita madrastra que su padre le impuso?

¿Es que acaso no merecía al menos un poco de respeto, en lugar de ser ignorado tan abiertamente como él mismo ignoraba a su padre y tan dolorosamente como lo hizo su madre?

Había sido por ella que se aventuró en aquel viaje, había sido por él que se decidió, había sido por si mismo que se armó de valor; había sido todo en vano...

—Maldito escándalo —mascullo entre dientes—. En realidad esta noche es igual a cualquier otra.

Estaba enfadado, no solo con aquellos a quienes les debía la vida, no solo consigo mismo, sino también con todo mundo.

Un par de lágrimas comenzaron a surgir entre sus ojos. Odiaba su vida, deseaba jamás haber nacido, odiaba a aquellos que le engendraron; los odiaba con todas sus fuerzas, los odiaba de manera tal, que solo podía expresarlo de esa manera.

Con el mismo furor limpio sus ojos. Esos dos no merecían nada de él. No merecían ni una pizca de amor o de respeto y mucho menos, una lágrima suya, aunque está fuera de rabia. Los odiaba y quizá la vida misma podría estar de su parte, aunque solo fuera un momento, y cobrar revancha por él.

ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora