Día Cero

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Día cero
Un songfic para Bert 🥰
Publicado originalmente el 8 de Noviembre del 2011 (hace casi 10 años 😱), en Fanfiction

Día ceroUn songfic para Bert 🥰Publicado originalmente el 8 de Noviembre del 2011 (hace casi 10 años 😱), en Fanfiction

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En cuanto abrí los ojos todo fue confusión mezclada con un terrible dolor. Intenté no pensar, no hablar, no ver, no escuchar y no recordar.

¿Dónde estoy?

Fue la pregunta que no pude evitar y que fue seguida por otra.

¿Qué hago aquí?

Mire a mí alrededor tratando de reconocer el lugar, tratando de recopilar información, logrando nulo éxito en ello y provocando que aquel malestar regresara. Recorro con vista pausada, veo lo que creo ver y no veo más de lo que hay. Trato de encontrar alguna pista, algún indicio, algo de lo que pueda contar alguna historia, pero no recuerdo nada, y el dolor regresa siendo inevitable junto con la inconsciencia.

Un dulce aroma me regresó a la realidad, la luz es cegadora y, un alegre y desafinado tarareo me avisa que no estoy solo; una rubia de cabello rizado, peinado de forma infantil, es quien por el momento me hace compañía. No recuerdo que le dije, pero su pasividad me conforta, su sonrisa me cautiva y sus ojos me hipnotizan.

Candy, dijo llamarse antes de hacer algunas preguntas a las que no tuve respuesta. Albert dijo que era el nombre de su hermano, que me parezco a él y que mientras recuerdo mi identidad, así me llamaría; sólo para luego retractarse de todo.

El diagnóstico médico fue amnesia, pero esta bodega donde estoy y el miedo que todos, excepto ella, muestran; me dice que hay algo más. Demasiadas preguntas, ninguna respuesta y el doctor sólo dijo que no había necesidad de hablarlo más.

Días después he logrado escuchar un rumor sobre mí; primero la falta de memoria y ahora; esto.

¿Qué soy un espía o quizá un delincuente?

Al fin comprendí que esa es la razón de su miedo hacia mí.

Creo creer y temo temer que eso es verdad, pero aquélla pequeña dice conocerme y sin embargo; la vida se nubló en su totalidad, pero ahora, ahora que sé lo que sospechan de mí, no puedo evitar sentirme aún más confundido.

Estoy perdido, esa es la verdad y a pesar de ese valiente apoyo, no sé mirar lo que dejé allá, atrás, en mi pasado y con esta posible pista que tengo, creo que lo mejor es marcharme, evitarle los problemas a esa dulce señorita e intentar, por mis propios medios, el recobrar mi identidad.

Al salir del hospital camino sin rumbo hasta llegar al lago, parece un lugar tranquilo y de alguna forma me resulta familiar. Me preguntó, en ese camino largo que un día me vio caminar; ¿cómo fue que nació está ciega herida que borró mis días, mi ayer?

Aún sin estar seguro de la respuesta, ella me encontró y aceptando mi deseo de no regresar al hospital, sugirió el buscar alguna vivienda para compartirla y que así también pueda cuidar de mí, y mientras tanto, está noche la pasaré en aquélla especie de casa-camioneta que su amigo Stear ha construido.

Una vez en nuestro nuevo hogar todo se volvió una extenuante batalla de anécdotas, historias que quienes para mí son personas extrañas relatan, hablan de quien fui, pretenden darme valor, fuerza y esperanza a pesar de que aún no sepa nada. Su amable gesto sólo logra confundirme, atormentarme y aún así, ante la ilusión de Candy, no hay necesidad ni siquiera de llorar por estar así.

Los días siguen pasando, no tengo nada más que hacer, sólo las labores de nuestro hogar y callar el aburrimiento, además de aquéllos sentimientos que tanto trato de evitar sin lograr conseguirlo.

A pesar de su tierna edad, me he enamorado de aquélla dulce enfermera que tanto me apoya con suma dedicación, y no obstante cubre todos los gastos con su sueldo, además de exponerse al repudio público. Todo esto me avergüenza y es por ello que he decidido trabajar, en lo que sea, no creo que a alguien sin pasado le ofrezcan ser el presidente de una empresa, como las empresas Andrew. ¿No?

Barrendero, mozo, lavaplatos quizá. Impulsado porque mi amnesia no me dice absolutamente nada más que está sensación de ansiedad, es que he llegado a esta decisión.

Durante mi jornada como lavaplatos algo extraño pasó, alguien tocando una extraña melodía me ayudó; luego de tantos intentos por recobrar ese largo camino que alguna vez me vio caminar, luego de sólo saber que mi pérdida de memoria fue gracias a un accidente de tren en Italia, luego de enterarme de que fue así como quemé una biografía, para luego soplar las cenizas del ayer, luego de tanto pedir por que no me enseñaran quien me quiso y a quien debo amar.

Fue gracias a ese juego del destino que ahora, recogiendo los vestigios de ceniza, comienzo a reconstruir lo que una vez fui, con la firme esperanza de algún día poder ganarme una oportunidad para obtener su amor, a pesar de lo inverosímil de nuestra situación, y brindarle un mejor futuro, un futuro a mi lado.

Así es como comienza mi día cero y mañana será su continuidad; aunque por el momento sólo lamentó la posibilidad de tener que olvidarme de este amor secreto, porque quizá lo correcto sea convertirlo en cenizas de mi ayer y tal vez, llegado el momento, habrá otros a quienes pediré, como en algún momento lo hice a ella, que no intenten decirme o enseñarme quien me quiso y a quien debo amar, ya que pronto lo sabré.

Sin embargo; mi presente ahora es diferente, porque justo ahora, es ella a quien amo más y eso es algo que absolutamente nadie, sólo yo, lo sé...

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