Rotundo Encuentro

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He Perdido. Jamás pensé que el cumplir con mi pago a esa apuesta, sería tan complicado
Drama - Terry
Publicado originalmente el 5 de mayo del 2013
Registro SC 1902149951276

Este one shot esta dedicado a Rosie White como regalo en el intercambio del segundo aniversario de Le Chateau de Candy Candy

La lluvia caía sin parar mojando su ropa, escurriendo desde los húmedos mechones que se habían formado en su cabello, resbalando por su rostro y goteando desde la sonrisa dibujada en sus labios

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La lluvia caía sin parar mojando su ropa, escurriendo desde los húmedos mechones que se habían formado en su cabello, resbalando por su rostro y goteando desde la sonrisa dibujada en sus labios.

Sonreía; sí, aquel castaño joven sonreía burlándose de sí mismo, burlándose de la forma en que llegó a esa ciudad, y también de la manera en que eligió caminar entre los majestuosos árboles de aquel extenso parque. Sonreía mofándose de cómo había huido, terminando por perderse en aquel bello lugar.

Tan sólo un par de días atrás había perdido una estúpida apuesta y como consecuencia, como absurdo pago a está, estaba ahí.

•••

—No le darán el papel —él había asegurado—. Es pésimo actor.

—Se lo darán —ella sonreía ante su escepticismo—. Es un personaje importante pero no deja de ser secundario, y para representarlo no necesita tener demasiada habilidad actoral.

—Estas equivocada —quería hacerle entender que eso era algo imposible—. Karen; tú misma lo has dicho en muchas otras ocasiones. Brian aún está muy verde —terminó la frase sin importarle si lo oían o no, y justo cuando el susodicho subía al escenario.

—Estás muy seguro de ello; ¿no? —girándose en su asiento, dio la cara a su compañero y amigo.

—Definitivamente —respondió el actor con total confianza.

—Siendo así... —ella sonrió con mordaz astucia—. ¿Qué quieres perder?

—¿Disculpa? —había entendido claramente, pero no daba crédito a lo que aquella mujer acababa de proponerle.

—¡Vamos Terry! —casi gritó, siendo reprendida por el director que desde las primeras butacas los silencio, regresando su total atención al inexperto joven sobre la tarima—. ¿Te da miedo perder? —sin esperar y hablando con un tono de voz más bajo, volvió a alardear.

—Al contrario. Tú dime; ¿Qué estás dispuesta a perder?

—Lo que sea... —estaba satisfecha, había logrado convencerlo y encogiendo los hombros en signo de indiferencia, añadió—. ¿Qué quieres que haga? Puedo ir y darle una paliza a Susana o armarle un escándalo. Sólo habla y lo haré.

—¿Segura?

—Por supuesto —afirmó con una nueva sonrisa que usó para esconder su reciente nerviosismo; quizá, después de todo, aquello no había sido tan buena idea—. Ya déjate de rodeos y dime lo que quieres.

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