Prologo

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Prologo: Punto de No-Retorno

Si alguien te diera la posibilidad de saber cuándo mueres, ¿la tomarías? Mucha gente aceptaría y trataría de vivir lo más feliz hasta entonces, pero otras personas la rechazarían al ver que cuando se acerque el día el miedo lo consuma poco a poco. A mi nadie me pregunto, simplemente me dieron esa posibilidad.

*¡¡RING!!*

Se marcó el fin de las clases del día con el sonido del timbre, el profesor comenzaba a despedirse cuando comienzo a guardar mis cosas en mi mochila. Del otro lado del salón se escuchaban unos “Nos vemos” y otros “Adiós”. Un compañero se me acerca para, obviamente, lo mismo.

—Nos vemos mañana. Acuérdate de traerme el juego que te preste.

—Ah… verdad, bien… nos vemos

(Se me había olvidado lo del juego, me acordare de echarlo a la mochila al llegar)

Me despedí de mi amigo y salí del salón. Baje las largas escaleras y comencé a ir a mi casa. Mientras caminaba sentía todo el cuerpo adolorido, todo a causa de las infernales clases de deportes.

Este profesor panzón siempre nos hacía correr cincuenta minutos alrededor de la cancha de futbol, mientras él se sentaba y nos observaba para que no descascaramos. Hoy le preguntaron si cuando era estudiante lo hacían correr como el a nosotros, a lo que el respondió mas enojado y nos hizo correr más, razón por la que estoy así.

—Demonios, me duele todo el cuerpo. Ese maldito profesor nos hace correr por que sí.

Me sobaba la espalda mientras trataba de caminar bien. El dolor definitivamente va a durar como una semana.

—Ahora que lo pienso… no hay comida par

a cenar… ahhh… tendré que ir a comprar…

A pesar de estar cansado, me dirigí a la tienda de conveniencia más cercana mientras pensaba que iba a comprar.

Paso alrededor de una hora para llegar a la tienda, el cuerpo me dolía cada vez más mientras maldecía por no haber una tienda cerca, simplemente quería llegar lo más rápido para poder descansar un rato. En la tienda me decidí por unos simples fideos instantáneos y un jugo. Al salir de la tienda me di cuenta que ya había oscurecido.

(¿Ya paso tanto tiempo? Tengo que apresurarme…)

A pesar de que no era tan tarde no había signos de haber tráfico, de hecho se veían tres o cuatros autos alrededor, se sentía muy vacío esta parte de la ciudad. Cambie de dirección para ir a mi dormitorio, entre tantas personas me fijo en una mujer que parecía estar buscando a alguien, por su expresión parecía muy alterada, la cara de preocupación estaba muy alterada.

(¿Qué le pasa?, ¿Está buscando a alguien?)

— ¡Hijo! ¿¡Dónde estás!?

La mujer gritaba con todas sus fuerzas, las personas alrededor de ella no mostraban preocupación, simplemente la ignoraban. Por un momento me dio rabia la situación, pero yo no era diferente a esa multitud.

(Se le pierde de vista a su hijo, pero que despreocupada… que te sirva de lección mujer, cuida mejor a tu niño)

Aparte mi vista de esa mujer, estaba a punto de cruzar el semáforo cuando me di cuenta que estaba en rojo, detuve mi paso y me fije en algo inusual en la vía.

— ¿Qué demonios hace el niño ahí?.... es peligroso.

Un niño de alrededor 5 años estaba sentado en la calle en dirección contraria a la dirección de circulación de vehículos, asi que no podía ver si un automóvil se dirigía hacia él.

Time Left IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora