Clases de supervivencia.

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Cap. 18

Hermione estaba a punto de tener un ataque nervioso, personas iban y venían en todas direcciones. Y si algo ella no soportaba era a las multitudes, era un raro fetiche que había descubierto con los años, no podía estar en medio de tanta gente sin querer gritar a apartarlas a golpes.

La Mansión Black era un completo desastre.

- No, los vestidos irán en la maleta blanca - dijo Minerva enojada por la ineficiencia de sus nuevos empleados - . Los zapatos deben ir en sus cajas.

Hermione suspiró y salió de su habitación, se dirigió hacia Harry quién cerraba su última maleta. Se sentó en la cama, observando a su prometido, era demaciado guapo para su propio bien o mejor dicho para el de ella. Desde la propuesta las fans de Harry no dejaban de hostigarla para que lo dejara.

- ¿Necesitas a tanta gente para preparar tus maletas? - preguntó mientras dejaba su equipaje junto a la puerta - ¿Por qué no lo haces tú?

- Es como un ritual - explico Hermione con su típico tono sabelotodo - . Minerva siempre preparo las maletas de mi abuelo, por consiguiente también las mías. Cuando le dije que quería hacerlo yo me dijo que estaba bien, pero supe que estaba triste, así que siempre dejo que lo haga por mí. Es colo un símbolo de que siempre la voy a necesitar.

Harry solo sonrió, se sentó a su lado y ella recostó su cabeza en su hombro. Respiró profundo, vería a los Potter de nuevo, pero no solo eso llegaría siendo la prometida de su primogénito y heredero. Él la protegería se recordó, era la promesa que le había hecho antes de aceptar el viaje.

- Eso es muy lindo de tu parte - acarició su rostro tomando su menton con los dedos, inclinándose hasta rozar sus labios.

Había comenzado a besarse con más regularidad para acostumbrarse y parecer más convincentes frente a la familia Potter e invitados. Aunque esa solo era la excusa que le dió Hermione y él no había puesto resistencia alguna.

No supieron como ni tampoco les importaba. Pero Hermione había terminado sentada sobre de Harry con sus rodillas a cada lado de sus caderas. Rodeó su cintura con sus brazo la atrayendola más a él.

Sonrió en respuesta sin dejar de jugar con su cabello, era tan suave para ser de un hombre. Era uno de los tantos detalles que adoraba de él. Le dió un pequeño empujón para que ambos cayeran en la cama. La castaña lo besó lento por varios segundos, hasta que fueron subiendo un poco la intensidad.

Minutos después la castaña se apartó, rodando en la cama para quedar a la misma altura. Su respiración era agitada, era una constumbre que Hermione se apartará antes de llegar a más. No quería darle oportunidad a Harry de rechazarla.

- ¿Algo que deba saber de tu familia antes de viajar? - estaban frente a frente, pero Harry no estaba prestando atención a la conversación. Solo veía los labios de Hermione. - ¿Siquiera puedes decirme a donde viajaremos?

- Manchester - respondió Harry acariciando con sus dedos el contorno de sus labios.

Antes de que pudiera agregar a lgo más, se levantó ofreciendo su mano para que ella hiciera lo mismo. Salieron de la habitación hacia la sala,  había percheros y cajas apiladas por todos lados.

- ¿Tienes que llevar tanta ropa? - preguntó, viendo como las personas dejaban las maletas que podían en el auto.

- Sí, no sabía que debía llevar. Sí vestidos, o faldas. Claro que recorde que es época de frío así que opté por ropa más abrigadora- respondió mientras se sentaba sobre una caja - . Además, recuerdo que a tu madre le encantaba hacer actividades, así que decidí llevar ropa deportiva también.

No Era Parte Del ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora