Pedazo de cielo

1.1K 85 13
                                    


—¡Santo cielo!

Cuando llegó la luz me invadió una rabia por haberse arruinado ese momento con la llegada de la electricidad, en cambio, Marinette se espantó por la sangre que había en el vestido, mi sangre, a lo que tuve que calmarla explicando lo que había ocurrido. La había cargado con mi mano cortada sin poderla vendar antes para recostarla en la cama, eso la alivió enseguida pero aun así no pudo dejar de apenarse por las manchas que habían quedado en el vestido.

No me siento tan mal como pensaría que lo estaría por el vestido, quizás porque ahora no le veo importancia después de todo lo que ha ocurrido, principalmente porque mis labios tocaron los de Marinette.

—Tendrás que cambiarte para poder irte.

—Lo sé —parecía que había duda en su voz.

—¿Te sucede algo? Creí que querías irte en cuanto llegara la electricidad.

—Debería, pero...

Vi como me negaba con la cabeza. Si algo me quería decir, de seguro le daba vergüenza, tal vez hasta quiera decirme que no le gustó que le haya besado, mas no me arrepiento de haberlo hecho. No había sentido los labios de una mujer sobre los míos en mucho tiempo, aunque en este caso se trata de una muy joven.

—Mandaré a secar tu ropa en estos momentos.

Me levanté de la cama y salí de la habitación mientras me tocaba los labios para saborear lo que quedaba de la sensación de aquellos labios que había besado, se sintieron tan suaves y dulces.

Fui a buscar a Nathalie para pedirle que fuera a secar la ropa de Marinette, ella me informó que ya se había mandado a secar en cuanto la electricidad se restauró, ahora sólo restaba esperar un momento. Se podría tardar un poco en hacerlo, así que mientras esperaba observé en la habitación de mi hijo que él seguía dormido antes de volver al pie de la escalera a esperar.

Suspiré, comenzando a pensar lo que estaba a punto de hacer con ella, podría haber hecho algo, pero al ver esa mirada me arrepentí de todo.

¿Cómo podría hacerlo a fuerza si la persona que deseo me mira con temor?

Hice lo correcto, y me quedaré con el recuerdo de ese beso para apaciguar el dolor que siento. Debo de aceptar que ella no desea nada conmigo, sólo quiere a mi hijo, está tan lejos de mi alcance que quiero ignorar que el saberlo duele demasiado.

—Aquí esta la ropa, señor —mencionó Nathalie apareciendo a mi lado con la ropa de Marinette doblada —¿Qué le pasó en su mano?

Nathalie pudo notar el vendaje que tenía en la mano cuando me pasó la ropa de Marinette.

—Un accidente con un vaso que se me rompió en la mano —mentí.

Al entrar a la habitación, Marinette estaba sentada en mi cama sosteniendo el vestido contra su pecho, mirando una fotografía de mi esposa que estaba en la mesilla, yo carraspeé un poco haciendo que ella captara su atención en mí y en su ropa que llevaba en mis manos ya seca la cual deposité en mi cama justo a un lado de ella.

—Esperaré afuera.

Tenía que alejarme de aquella sensación de ver como Marinette estaba casi desnuda ante mí. 

Me quedé afuera en la puerta de la habitación, mientras esperaba, mis ojos podían notar aquella planta que tenía una crisálida, esta todavía no daba señales de volverse una mariposa, el insecto que seguía dentro estaba allí encerrado, esperando el momento adecuado para dar paso a su metamorfosis.

Belleza Parisina [Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora