Abrir el corazón

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—Ya te dije que estoy ocupada.

No comprendía por qué no quería hablarme. 

Desde aquel día en que había venido a mi casa por mi fiebre, no he vuelto a verla, por más que la llamo ella se niega a hablar conmigo.

No lo comprendía, desde aquel día en que había venido a mi casa por mi fiebre, no he vuelto a verla. La llamo y ella se niega a contestarme.

Ahora más que nunca deseo verla, la anhelo tanto que todo se esta volviendo una tortura.


El invierno estaba por empezar, para mí eso significaba varios pedidos de vestidos para las fiestas de invierno que mucha gente de alta clase hace, entre esas personas, el alcalde, claro está, siempre hace unas maravillosas fiestas de invierno según he leído en las noticias pero yo no he asistido a ninguna de esas fiestas desde que se fue mi esposa, a ella le gustaba mucho esos eventos sociales.

La señorita Burgeois siempre es una de las primeras que viene a pedir un vestido exclusivo para su fiesta. Claro que, yo me encargaría de todo el diseño y los detalles, incluso sería confeccionado por mi mismo. Por eso no me extrañaba cuando Nathalie me anunció que el alcalde y su hija solicitaban verme en persona, si no fuera porque André Burgeois es el alcalde, me negaría a verlo, no me siento de ánimos para ver a otras personas que no sean mi nínfula.

La reunión con ambos se dio en el hotel Le Grand París, allí dentro de una suite la señorita Burgeois me daba detalles de como deseaba tener el vestido de este año mientras le mostraba algunos bocetos de ideas que tenía en mente para su nuevo vestido.

—Tiene que ser fabuloso, totalmente fabuloso y mejor que el año anterior—mencionó ella.

Después de terminar una conversación con ella, el alcalde me pidió que tuviera una conversación a solas con él.

—No tengo dudas de que vayas a ser una buena creación para mi hija, Gabriel—mencionó André—Sin embargo, espero no te moleste, pero necesito decirte una gran petición. Y espero que lo cumplas.


Nada, por más que intento contactarme con ella, se niega siquiera a darme señales de vida.

«Marinette, te necesito» pensaba mirando la pantalla de mi celular observando que se negaba a devolverme la llamada.


Necesito verla, tengo tantas cosas que debo decirle, tanto que lo he pensado, siento que en verdad estoy dispuesto a elegirla a ella y tenerla a mi lado.

Fuera de mis pensamientos, salí en mi auto dando vueltas por las calles de París debido a que nuevamente mi presencia con los sastres era necesaria, había demasiada demanda de vestidos y trajes para las fiestas de invierno, que iba a necesitar ayuda para poder terminarlos todos, mientras que algunos exclusivos debía de encargarme de hacerlos yo mismo. Cada vez que hago un traje o cualquier diseño y lo hago todo, incluyendo la costura siento que lleva todo de mi parte, además, hay detalles que nadie más que yo es capaz de formar en mis diseños.

Después de haber salido de la reunión, cual fue mis sorpresa al ver a Marinette caminando por las calles fuera del Louvre, allí estaba con un abrigo azul debido a que el clima era demasiado helado en el exterior, ella se detuvo cuando yo también me había detenido, pero siguió avanzando hasta que le llamé.

—Marinette.

Se detuvo y se volteó hacia mi vehículo mientras bajaba la ventanilla para que me viera. Tenía las mejillas un poco coloradas, seguramente sería por el frío que había en el exterior y aún así estaba tan hermosa a pesar del clima helado del exterior. Pero ella en lugar de detenerse a hablar, volvió a voltearse y continuó caminando, si así iba a a ser entonces no me iba a detener hasta que pudiera hablar con ella. 

Belleza Parisina [Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora