—Me encanta el vestido que llevabas esta tarde—Pronunció él mientras pasaba un dedo por mi espalda desnuda, lo cual provocaba unas cosquillas y una plena sensación de satisfacción en mí que es imposible describir, me incorporé sobre mis codos y eché un vistazo a mi vestido esparcido por el suelo de su habitación.
—¿Te refieres a ese?—Cuestioné mirando el vestido y con algo de sorpresa en mi voz, ya que el vestido no tenía nada de especial.
—Sí—Afirmó él, posando un beso en mi pelo y llevándose consigo una buena bocanada del aroma que desprendía mí pelo, pero aún así, yo tenía curiosidad por saber que había detrás del vestido que tanto le había gustado a él.
—El vestido no tiene nada de especial, no entiendo ¿Por qué te gusta tanto?—Sonreí levemente.
—Porque me recuerda a las buganvillas, que en su momento, mi abuela plantó en nuestra casa de campo; allí era donde solíamos pasar los veranos. Desde pequeño he visto como ella y mi madre plantaban y podaban las buganvillas. Tu vestido me recuerda a mi infancia. Me recuerda a ellas. —Tragué saliva, mientras nos observábamos mutuamente, esto era algo bastante personal... y muchas veces me lo tomo todo a broma, así que decidí darle la vuelta la situación.
—¿A cuántas mujeres le has contado esa misma historia? —Pregunté, tomándole un poco el pelo. Sus mejillas se tornaron un poco rojas pero sonreía ampliamente.
—De momento, solo a ti.
—Ahora que lo pienso ¿Con cuantas chicas has estado? — Y por un breve momento de mi vida, era algo que realmente me llegó a preocupar. ¿Y si había estado con muchas? ¿Y si yo no daba la talla?... Mi cerebro comenzó con sus inseguridades... como era habitual.
—Me vas a tener que disculpar, pero por respeto a las demás mujeres que han formado parte de mi vida privada y pasada, no puedo responder a esa pregunta. —Otra vez lo políticamente correcto, hice un mohín y puse los ojos en blanco; él entorno los ojos. —¿Que me responderías tú si te hiciera la misma pregunta? — Y ahora era él, el que le daba la vuelta a la situación. Me observó esperando una respuesta.
Y me sentí muy cohibida, a partes iguales entre la pregunta y la respuesta. Estaba desnuda y eso no me importo a la hora de incorporarme y sentarme en la cama de espaldas a él. Tapé mi cuerpo con una sábana; sentía como sus ojos miraban a través de mi alma. A pesar de todo ello, de mis miedos, mis inseguridades y mi pasado, me armé de valor para responder a su pregunta. Estaba observando a través de la ventana, mirar el exterior de su casa, me tranquilizaba un poco.
—Solo he estado con dos personas en toda mi vida. Una fue mi Ex Marido Joseph—Dejé la frase en el aire y el silencio reinaba en la habitación. Me giré de lado, para que él tuviera presente, parte del perfil de mi cara.— Y contigo—Esto último se quedo en el aire.
Después de un momento que pareció una eternidad, Tom rompió el silencio en el que la habitación se había sumergido.
—¿Solo has estado con dos hombres en toda tu vida? —Cuestionó con mucha sorpresa. Yo seguía aferrada a la sábana que cubría la parte delantera de mi cuerpo. Puse mi cuerpo de medio lado y asentí mirándolo a los ojos. —¿Por qué te has sentido tan incómoda al contarlo?
—Porque no sé si es adecuado hablar contigo de estos temas— Vacilé un poco al dar esa respuesta. —Realmente, no sé hasta qué punto tú quieres saber sobre esa parte de mi vida.
—Estoy totalmente abierto a escuchar todo lo que quieras contarme.
—No quiero que te sientas incomodo, eso es todo.
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Always in my heart- Siempre en mi corazón
FanfictionSegunda parte de Always in my mind. Continuamos con un amor entre luces y sombras después de los primeros acontecimientos.