Always in my heart- Siempre en mi corazón

9 Sin mí consentimiento

—¿Crees que vas a estar bien? —Preguntó Tom mientras acariciaba mi mano en la parte trasera de su Audi Azul, Elijah estaba al volante. Nos encontrábamos un poco mal aparcados fuera de la Cafetería Costa. Suspiré mirando hacia la entrada de la cafetería; estaba más nerviosa por la previa charla con Marc, que la posterior reunión con la empresa farmacéutica.

Volví a llevar mi mirada hasta su rostro. Él tenía asuntos que hacer esa misma mañana, aún así, decidió acompañarme un momento antes de entrar a enfrentarme a mis dos problemas principales esa misma mañana.

—Sí, estaré bien, gracias por preocuparte—Esbocé una leve sonrisa, quedaban cinco minutos para las diez y decidí salir del coche —Me tengo que ir.

—Avísame cuando termines con todo. —Asentí y tome el tirador y abrí la puerta del coche; giré mi cara y me acerque a él, posando un beso en sus labios. Noté la sorpresa en su expresión, no se lo esperaba. Volví a sonreír dulcemente, mire sus ojos azules y brillaban, y ahora sí que salí del coche.

Subí los tres escalones que daban acceso a la Cafetería. Abrí la puerta, mire a mí alrededor. Sentí el calor del sitio y un olor muy intenso a café, magdalenas y tostadas recién hechas. Marc todavía no había llegado; pedí a la camarera un cappuccino y una magdalena de arándanos y frutos del bosque, además de pagar dinero de más para cubrir lo que sea que Marc fuese a pedir.

Me senté en una mesa apartada y llego mi café, le agradecí a la chica que me atendió. Aunque mis nervios revoloteaban en mi estomago yo empecé a remover el azúcar dentro de mi café. Sobre mi sentí unos ojos sobre mi y oí como alguien apartaba la silla junto a la mía.

—Buenos días, Kelly.

—Buenos días, Marc. —Levanté mi mirada y me crucé con unos ojos verdes intensos—Puedes pedir lo que quieras, si te apetece algo.

—Pedí un café, gracias por preocuparte.

—Más preocupada me tienes tu a mí. ¿Qué pasa Marc? —Pregunté juntando mis cejas en gesto de confusión e irritación.

—Preferiría no habar de ello. —Desvió su mirada ante la chica que le servía el café.

—De eso nada, vamos a hablar de ello, además quedamos en eso.

Marc desvió su mirada en un intento de evitar el tema.

—No sé qué está pasando ¿Acaso he hecho algo mal? —Llevé mi pelo hacia la parte de atrás de mi espalda, apartándolo de mi cara y corregí mi postura triste y hundida, por una más segura. Quería escuchar lo que él tenía que decir.

—No, Kelly, no has hecho nada... no es eso.

—¿Entonces? ¿Qué es?

—Es solo que... —Suspiró y torció un poco el gesto.

—¿Has venido a terminar con nuestra amistad?

Solamente se quedo en silencio. Y nos observamos, él desvió la mirada nuevamente, ocultaba algo bastante grande. La sensación de incomodidad mutua era enorme.

—Creo que deberíamos revisar los parámetros y los límites establecidos del acuerdo al que llegaremos con la empresa.

—He quedado contigo dos horas antes de la reunión para hablar de tu actitud hacia mí, en calidad de amigos, no en plan cliente-abogado.

—Tan directa como siempre— Sonrió levemente. Yo hice un mohín de desaprobación. Rascó su cuello y yo me recosté en la silla, crucé mis manos y las llevé encima de mis rodillas, estaba dispuesta a escuchar lo que él tenía que decirme. —No tengo intención de terminar con nuestra amistad, es solo que, creo que llevo enamorado de ti demasiado tiempo, que ya empieza a doler.