CAPÍTULO 4

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BAEKHYUN P.O.V

Eran las once de la mañana cuando me desperté en mi cama por culpa de Jennie, que se había puesto a discutir con Lisa a gritos en la puerta, yo ya me había saltado el desayuno y no me apetecía salir de la cama pero Jennie ya me había desvelado con sus problemas amorosos. Me senté en la cama, me sobé los ojos con los puños y bostecé para después ponerme la sudadera y levantarme, debía hablar con Lucas, de hecho debía haberlo hecho hacía unas horas.

Miré a Jennie y a Lisa mirándose en silencio y levanté las cejas por la situación, tías, no había quién las entendiese, por eso siempre me decanté por los hombres.

-Siento interrumpir este súper momento – carraspeé – pero tengo que salir.

-Buenos días – me dijo Jennie echándose a un lado.

-Serán para ti – susurré sin que me escuchase y saliendo de la celda.

Había poca gente en el pasillo y las demás celdas, ya debían estar en el patio o haciendo cualquier cosa, yo caminé hasta la celda de Kai y me asomé, la noche anterior quedamos en que haríamos turnos para vigilarlo y que en uno de esos turnos, cuando le tocase a TaeMin, él le explicaría lo de la fuga.

-Buenos días – dije mirando a TaeYong sentado en el suelo y leyendo un libro.

-Hola – dijo él – aún no se ha despertado – miró la hora en su reloj.

Kai estaba tumbado en la cama, boca arriba, en la misma posición en la que lo habíamos dejado, el pobre no se podía ni mover, lo habían reventado.

-Voy a hablar con Lucas – le dije – cuando acabe vengo.

-Como quieras – dijo el volviendo la vista al libro.

Ese tío era muy raro, no me daba conversación nunca y eso que yo contestaba a cualquier cosa.

-¿Sabes dónde está?

-En el gimnasio – contestó él sin mirarme.

Yo asentí con la cabeza y me marché de allí en su búsqueda, aún no sabía cómo ofrecérselo ni cómo convencerlo, algo haría, sobre la marcha, depende de su humor y de cómo de susceptible estuviese, sino a puñetazos.

Me metí en el gimnasio, dónde había bastantes de los presos y las presas entrenándose para ellos mismos y para el torneo de boxeo, como era el caso de Lucas, que le estaba dando puñetazos al saco rojo. Me acerqué a él, mirando como los músculos de su espalda, brazos y torso se tensaban a cada movimiento que hacían, él era moreno de piel, como JongIn, y eso lo hacía destacar entre nosotros, igual que por su altura. Y sus orejas, sí, eso también.

-Buenos días, colega – le di una palmadita en la espalda y me puse a su lado a mirar cómo le pegaba al saco.

-¿Colega? ¿De qué? – paró de dar puñetazos y me miró serio, ese chico me parecía tan impredecible que no sabía por dónde me podía salir.

-Era una forma de llamarte, cálmate, coño – dije restándole importancia y poniéndome detrás del saco, agarrándoselo para que le siguiese dando.

-Pues llámame Lucas – me exigió dando un flojo puñetazo al saco - ¿y qué quieres?

-Primero que bajes esos humos de mierda – le pedí serio – y segundo que me escuches, tengo algo que proponerte.

Él dio otro puñetazo y yo empecé a explicarle lo que TaeMin nos propuso a los demás la noche anterior, él no dejó de dar golpes al saco mientras yo se lo aguantaba y, aunque sabía que me estaba escuchando, me ponía de los nervios que no pusiese toda su atención en mí.

BEHIND THE BARS (SuperM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora