7. HATE SEX

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Y ahí estaban otra vez, lanzando se mutuamente insultos y maldiciones, en el aire. Keith puso los ojos en blanco, cuando Lance se le acercó e intentó argumentar a su favor, pero el azabache ya estaba cansado, no quería seguir escuchándolo. Así que suspirando pesadamente, se dio la vuelta y caminó, dispuesto a salir de la habitación. Estaba harto de tener que tolerar siempre la misma situación, Lance era una persona imposible, y sus personalidades contrastaban demasiado.

De hecho, sus amigos cercanos, se habían sorprendido por el hecho de que a esas alturas, ninguno haya mato al otro. Aún.

Lance era un chico coqueto, abierto y expresivo, que no desperdiciaba ningún momento, para burlarse del azavache. Keith a su comparación, era una persona cerrada; las únicas dos personas a las que toleraba, eran Shiro y Pidge, desafortunada mente, ellos compartían amigos en común con el castaño, y Kogane se vio obligado a tolerar a McClain, y compartir su circulo de amigos, con ese insoportable muchacho.

Con el paso del tiempo, la química y tensión entre ambos, no hizo más que aumentar. A Lance no le importaba el día, la hora, o la situación en la que Keith se encontrara, él aprovechaba cada momento para sacar al omega de sus casillas; incluso por las situaciones más simples y banales del mundo.

Keith había llegado tarde a clases, Lance soltaba un comentario sarcástico diciendo que ya se había emocionado, imaginando mil y un accidentes o razones por las que el asiatico no asistiría ese día.

Había comenzado a llover, y Keith había olvidado su sombrilla en casa, Lance le deseaba un resfriado, para que faltara a clases, y no tuvieran que cruzar miradas por algunos días.

Keith elegía fresas y moras con chocolate, en lugar de uvas con mango y lechera para el almuerzo en la cafetería, Lance le comentaba de hasta lo que se iba a morir.

Era normal que ellos discutieran, y que sus amigos solo suspiraran en respuesta a sus molestas e inmaduras actitudes.

En una ocación, la paciencia de Kogane finalmente se agotó, y sin dudarlo un segundo, se abalanzó contra el castaño sobre la mesa, y comenzó a golpearlo hasta dejar sus labios sangrando. Lance le había devuelto el golpe, y terminó fracturando su nariz, con una nota de suspensión de parte de la universidad, para ambos.

Después de eso, sorpresivamente comenzaron a salir. Pero al cabo de unos meses, terminaron.

¿La razón o el motivo exacto? Nadie lo sabía, pero tampoco debías de ser muy inteligente para imaginarlo.

El ceño del castaño se había enfurecido, Lance no iba a tolerar que ese greñudo le volteara los ojos de esa manera, y acelerando el paso tras el omega, salió de la habitación, y lo tomó del brazo. O al menos, eso intentó.

-¡Eres increible!

-¡Oh! ¿Yo?-. Lance soltó ofendido.

-¡Si! ¡No puedo creer que haya salido contigo!-. le escupió terco el de piel blanca. -¡Eres un desastre!

-¡Yo no soy el que finge que nada pasó entre nosotros, Mullet! ¡Yo si me comporto como un hombre!

-¿Ah si? ¿Eres un hombre? ¡Entonces ten el honor para comportarte como uno!-. Keith paró en seco y se volvió a verlo. -"Vamos a arreglar las cosas, Keith" "Hay que hacerlo por nuestros amigos, Keith" "Ahora soy una buena persona, Keith"-. hizo una voz chillona para imitarlo, y meneó las caderas de manera ridiculizante.

-Primero que nada: Yo no hablo así. Y segundo: no hice nada malo

-Que tu no- Que no hiciste nada malo... ¡Que no hiciste-! ¡Ah!-. Kogane cerró los puños y empujó a McClain a un lado. -Tu claramente dijiste una cosa, prometiste que intentariamos solucionar esto... porque no "tolerabas" que no te dirigera la palabra, pero en el momento en el que acepto, le abres las piernas a una desconocida cualquiera, en medio de una fiesta... ¡Frente a mi! 

-Oye, Nyma no es una cualquiera. Ella es mi amiga

-Pues te veías muy amistoso, a su lado. Dime Lance, que clase de amigo ¡Le mete la lengua hasta la garganta a otro!

-No era eso, ¡solo la estaba ayudando!

-¿A masticar su comida, o a respirar? ¡Idiota!-. Keith le lanzó un cogín del sofá.

-¡Oye!

-Solo vete

-Keith...

-¡Vete! Recoge tus cosas y largate, no vives en este lugar desde hace meses-. le dijo fulminandolo con la mirada.

-Si tanto me quisieras fuera, habrías tirado mis cosas hace mucho. Pero sigues guardando mis camisas, ¿no es así? Admitelo: Te importo.

-¡Basta! Eres insoportable, engreído, narcisita. ¡Nadie se importaría por tí! ¡Ya tienes suficiente con tu ego, maldito animal!

-Si no te importara, porque le das tantas vueltas al asunto. ¿Es que a caso estás celoso?

-¡Te odio! No entiendo como existen humanos que quieren fornicar contigo.

Los violetas se encontraron con los celestes, y sus respiraciones estaban agitadas. El departamento quedo en silencio, los gritos finalmente se habían mitigado.

Estaban a unos pasos de distancia, el uno mirando fijamente al otro. Estaban molestos, realmente lo estaban. Pero tambien pensaban lo mismo.

Lance se acercó a su cuerpo, y lo tomó en brazos. Keith envolvió sus piernas al rededor de las caderas del castaño, y ambos, unieron sus bocas en un beso desesperado.

-te odio...-. susurró Kogane entre jadeos.

Y ahí estaban de nuevo, cometiendo los mismos errores que antes.

Pero bueno, qué más se les podía hacer. A veces la vida actuaba de maneras misteriosas. 



KINKTOBER [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora