6. Domesticity

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Keith nunca fue una persona que demostrara su afecto. Sin duda le gustaban los cariños, como a cualquier persona, pero nunca había sido bueno demostrandolo.

Cuando conoció a Lance las cosas cambiaron, ese chico era bueno, amable, atractivo y protector. A comparación de la mayoría, no era posesivo, ni mandon, Lance no se creía superior ni era amenazante, por el simple hecho de ser un hombre, de hecho, era todo lo contrario. El chico había crecido en una familia grande, sin duda sabía como conocer y actuar con las personas, no como Keith, quien apenas y lograba convivir en una fiesta por más de 5 minutos, sin querer escapar a la seguridad de su casa, y aislarse de todos.

Lance tenía una sonrisa sutil, y su aura era humilde. Si Keith tuviera que describirlo, diría que era como la navidad, ese sentimiento de estar en casa y sentirse seguro a su lado... pero mejor. Lance lo hacía querer ser una mejor persona, mejorar, abrirse... tal vez por eso fue facil enamorarse de él.

Y es que eran la pareja perfecta. Lance era abierto, sonriente, y no tenía problema en demostrar su amor hacía su pareja. Keith era cerrado, cohibido, y se apenaba siempre que Lance lo mimaba. Digo, le gustaba, le encantaba, se sentía querido, y su corazón se derretía cada que Lance lo hacía, pero era dificil para él abrirse en ese mundo en el que aún era neófito: el amor.

Lance, era una persona abiertamente bisexual, no tardaba en demostrar lo que le gustaba. Era un líder en las bromas y en el buen sentido del humor, un gran amigo y un excelente hermano mayor. Keith, había salido del closet, con su familia y amigos más cercanos, pero a pesar de eso, no podía evitar avergonzarse o apenarse por cada cosa que hacía.

A Keith le gustaba Lance, eso era más que obvio, pero era dificil demostrarlo. Hasta las acciones más pequeñas, eran un gran paso para él. Como el hecho de tomarle la mano en publico. Un día, instintivamente lo hizo, no lo pensó demasiado, pero cuando se dio cuenta, sus mejillas se coloraron, y caminó más lento.

Lance lo miró cuando se detuvo, y en cuanto se percató del rubor en su rostro, no pudo evitar dibujar una sonrisa. Lance iba lento, porque Keith se lo pedía. Y a pesar de lo que muchos pensaran, a Lance le encantaba.

Normalmente, sus relaciones eran expresivas, pero con Keith las cosas eran diferentes. Mas lentas, mas serias, más reales. A Lance no le importaba ser lento, si podía disfrutar de Keith a su lado. Sentía que el tiempo se detenía, o iba más lento, cuando estaban juntos. Como si nada importara, más que la presencia del otro.

Los tiernos besos en sus mejillas, o los coquetos besos que se robaban en los labios, aquellos que hacían el rostro del coreano volverse igual que un tomate, eran los que a Lance más le gustaban.

Ese día, esa tarde, en el departamento que compartían juntos, Lance se había percatado de que Keith estaba demasiado estresado por la universidad, el asiatico se notaba alterado, y tenso ante todo. McClain se posó a sus espaldas, y colocando sus manos en su espalda, le masajeó los hombros con cuidado.

-¿estas bien?-. le había susurrado con cariño.

Keith asintió rapidamente con la cabeza, irguiendo su espalda de la sorpresa. 

-tranquilo-. Lance levantó sus manos, y se apartó unos pasos para no espantarlo. Keith lo miró a los ojos, los celestes se encontraron con los violetas. -¿te asusté?

-me sorprendiste... es todo...-. admitió un poco avergonzado, llevándose inconscientemente una mano al cuello, repitiendo el camino que Lance había recorrido por su piel.

-¿te gustó?

Keith quería negarlo, quería ocultarlo, pero no pudo. Lance lograba descifrar y desenmascarar cada una de sus caras. Lo amaba, y lo odiaba a la vez.

-ven conmigo-. Lance lo tomó de la mano, y lo guió hasta el sillón. -Dime... si quieres que me detenga-. lo miró, como si esperara su permiso.

Y una vez Keith dio su consentimiento y aprobación, Lance se sentó a su lado, subiendo las piernas de Kogane, alrededor de su cadera, y como si lo abrazara protectoramente, dejó que el azabache posara su cabeza sobre su hombro. Sintió la lenta respiración de Kogane contra su pecho, y también lo rápido que los escalofríos recorrieron su cuerpo, cuando Lance coló sus manos bajo su camiseta.

-vaya, realmente eres sensible...-. le susurró con dulzura, mientras le repartía lentas caricias por su espalda.

Keith sintió su cara ganar color con fuerza, y ocultó su rostro en el pecho del contrario. Amaba las caricias de Lance, y lo lento que podía ser; pero no podía evitar sentir esas cosquillas cuando el castaño lo acariciaba de esa manera.

Lance le besó la mejilla, mientras continuaba.

Tal vez no era bueno en matemáticas, pero sin duda podía ayudar a Keith, a no estezarse por la escuela.

KINKTOBER [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora