C I N C O

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Segundo día de la semana

    Desperté y el ángel ya no estaba a mi lado, quizá se había ido a media noche, cuando dejé de sentir su suave mano sostener la mía.

   He de decir que se sintió muy cálido dormir con él anoche, quizá no lo tenía abrazado, pero su cuerpo emanaba una calidez y la disfruté, se sentía bien. También debo confesar que si soñé con él, soñé en la manera en la que lo tendría cuando le hiciera gritar mi nombre, eso provocó que me levantara agitado y maldiciendo un poco. Estaba desesperado, Gwilym había prendido un fuego dentro de mí y necesitaba calmarlo, con quien sea.

   Me levanté de la paca y me estiré un poco, había empezado a cambiar la imagen de mis heridas haste ver cuál sería la que utilizaría hoy, tenían que estar un poco mejor pero aún así que aparenten que no podía volar o moverme al 100. Hoy haría que Joseph me saque del viejo establo y me lleve a los alrededores. Dicen que una caminata a media noche hace que las personas se sinceren y engañaría a Joe para que piense que lo quiero, quizá él si se sincere conmigo, tendría que acercarlo un poco más, he estado haciendo juego de niños.

-Buenos días, Ben- me sonrió.

-Buenos días, Joe- le devolví la sonrisa.

-He traído para ti un té, ayer tenías fiebre, quizá este remedio te ayude.

-¿Tenía fiebre?

-Estabas muy caliente.

Yo creo que no es fiebre mi pequeño Joe

-Fueron las pesadillas.

-Creí que acordamos que soñarías conmigo- dijo con las mejillas rojas.

-Tú lograste calmarlas, entraste en ella y me salvaste.

-Vaya, siempre te estoy salvando.

-Eres un ángel para mí, Joe- lo miré con sinceridad.

-Y tú eres un ángel para mí, Ben- rió.

-Yo no habló en el sentido literal- hice una mueca.

-Ni yo...-ambos nos miramos fijamente- tengo que irme, mi designado pronto partirá a la ciudad, ¿Hay algo que desees?

-No gracias, estoy bien.

-Nos veremos al rato- sonrió, se acercó tímidamente a mí y depositó un peso en mi mejilla- cuídate Ben.

Era cierto que no me esperaba un gesto de ese tipo, sin embargo supongo que él cada vez se sentía más atraído a mí y a mi belleza, no lo podía juzgar, estoy hecho un Dios.

-Ha sido un gran avance- Rami entró después de que Joe se fue.

-¿Haz visto?

-Sí, Lucifer estará muy contento contigo- sonrió- eres muy rápido, le ayudarás a desterrar a muchos ángeles.

-Solo desterraré a Joe.

-Deja de ser un incrédulo, Benjamín- suspiró.

-No entiendo porque cada vez que digo que solo a Joe desterraré tú me llamas incrédulo.

El demonio con forma de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora