El demonio con forma de ángel

O C H O

Cuarto día de la semana (Pt. 2)

Dormí un par de minutos y luego desperté para darme cuenta que mi cuerpo aún seguía enredado con el de Joe, además de que nuestros cuerpos estaban pegajosos debido a la mezcla de sudor y el semen.

El ángel todavía seguía durmiendo y comprendía, no debía ser fácil recibir a alguien tan grande como yo. Sin embargo, tenía que despertarlo probablemente su designado ya estaba despierto y no quería que mi diversión acabara tan pronto. Así que, lo solté, me vestí y busqué unos pequeños paños que pronto fui a lavar al rio, aquellos que me servirían para limpiarle su lechosa piel.

Todo mi plan estaba yendo de maravilla y si continuaba así probablemente al séptimo día me liberaría de trabajar en el cielo. Y por fin podría vivir mi vida como quisiera. Joseph fue bastante fácil de convencer y eso me alegraba, me conocía; mi paciencia iba a durar muy poco.

Al llegar al río me flexioné para poder lavar los paños, mientras pensaba en los lugares o cosas que haría, fue por eso que no escuché cuando Gwilym llegó, únicamente recuerdo haber sido empujado y tirado a la fría agua.

-¡MIERDA! - grité enojado mientras salía del agua, tallé mi cara y escupí un poco de lo que había tragado- ¿QUÉ TE PASA PENDEJO?

-Estabas inclinado y tu culo se veía apetitoso pero como aún eres inocente, te empujé. Así dejabas de provocarme. -alzó los hombros restándole importancia.

-NO TE ESTABA PROVOCANDO, ANIMAL. -salí furioso del agua dispuesto a darle a un golpe al alto frente de mí.

-Tranquilo, Benjamín. Fue una broma.

-¡BROMA MIS PELOTAS!- alcé mi puño en su dirección sin embargo fue en vano porque en un rápido movimiento tomó ambas muñecas mías y las puso detrás de mi espalda.

-Probablemente también sean una broma, Ben -acercó su lengua a mis labios, mismos que llenó con su saliva y después los entreabrió para poder besarlos, la introdujo y exploró cada centímetro de mi cavidad bucal. Me calenté.

Solté un jadeo que fue lo que delató que realmente estaba disfrutando el beso, incluso que quería más.

-Tranquilo o el día que te haga mío te romperé todo tu bello culo, angelito -sentí como una gran y dura mano cayó sobre mi glúteo derecho, haciendo que me excitara aún más- Veo que por fin eliminaste un pecado de tu lista e hiciste que Joe lo cometiera, me parece perfecto el tiempo y como ese lamebotas está cayendo. Intenta que cometa otro hoy o como sea, apresúrate,  ya quiero incrustar mi pene en tu culo.

-¿Cómo sabes que no yo lo haré contigo?

-Podría ser la segunda vez, primero debo estrenar tu culo virgen.

-Pero...-el hijo de puta puso sus labios sobre los míos, pocos segundos después dio un fuerte azote en mi glúteo izquierdo.

-Pero nada, Benjamín. Y más te vale que te apures que si el angelito despierta y ve que no estás allí entrará en pánico.

-¡Tú viniste a atrasarme! Yo estaba preparando unos paños para limpiarlo y me aventaste al agua. Coño, estaba helada.

-Pero ahora estás caliente, así que te empuje pero también te calenté. Me parece un trato justo.

-Ya vete. Necesito irme-Tomé los paños y me dirigí nuevamente al establo donde Joe afortunadamente aún dormía.

Me acerqué junto a él y comencé a repartir besitos por toda su cara, intentando hacer que despierte y finalmente lo logré, en medio de quejidos, sonrisas y pequeñas risas Joe me enseñó sus preciosas canicas Hazel, cuando las vi dejé de procesar información por unos segundos y solo me dediqué a observar lo lindo que era.