Obsesivo

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-Apresurate Armin, quiero llegar primero- Dije tirando su mano, tratando de que corriera más rápido- ¡Armin!

-¡Espera!, Por favor... Ya no puedo más- Dijo inclinándose de nuevo mientras respiraba agitadamente

-¿Quieres que te lleve?- Preguntó Mikasa estirando los brazos hacia el

-No, déjame conservar mi dignidad- Dijo poniéndose recto- Bien, podré seguir, lo haré, entregaré mi corazón por el disco de Eren

-¡Eso, vámonos!- Dije y de nuevo tire de su mano para comenzar a correr

-¡Detente!- Grito entonces, haciendo que me frustrara- ¡Vas demasiado rápido, no puedo con mis piernas!

-¡Armin!, Eres demasiado débil- Dije sin detenerme, teníamos que llegar lo antes posible

-¡EREN!- Grito y voltee a verlo sin detenerme

-¿Qué...?- Pregunté mientras lo mire, entonces sentí el golpe que me hizo caer- ¡Maldición!

-¿Te encuentras.... B-Bien...?- Preguntó Armin sin poder respirar, a unos pasos de mi

-¿Estas lastimado?- Me preguntó Mikasa poniéndome de pie, sin ningún esfuerzo

-No, estoy bien- Dije mientras tomaba mi brazo, me dolía un poco- ¿Que fue...?

-¿Y usted se encuentra bien?- Preguntó de nuevo, ahí me di cuenta que no había chocado con algo, si no con alguien

-Si, no se preocupen- Respondió el hombre, aunque no parecía más viejo que nosotros, tal vez 25

-Por favor discúlpeme, fue mi culpa por no fijarme en mi camino- Dije acercándome a el, estaba seguro que era mi culpa

-Si, todo está bien- Dijo recogiendo un vaso de plástico, su café se había derramado por mi culpa

-Como disculpa, puedo comprarle otro- Dije mientras sacaba mi cartera, la cafetería estaba justo en frente de nosotros, eso me hizo sentir más culpable- De verdad, lo siento mucho

-Tranquilo, solo es un vaso de café- Dijo sonriendo, me sentí decepcionado pero solo asentí- Pero, puedes invitarme otro día, no hay problema

Me reí un poco, avergonzado por ser tan obvio con mis emociones, pero asentí y saqué mi celular

-¿Podría darme su número?- Pregunté mirando su rostro, el asintió

Entonces comenzamos a hablar, todo era tan bizarro y aún así me divertí con el. No sé cuánto tiempo pasó hasta que Mikasa me llamo, recordándome el motivo de nuestra salida

-Tengo que irme, después te mando mensaje para ponernos de acuerdo- Dije apresurado- Adiós...

-Levi, soy Levi- Dijo mientras acercaba su mano a la mía

-Eren- Respondí y sonreí de nuevo- Hasta pronto

-Adios- Dijo y soltó mi mano, con una media sonrisa

Camine con los chicos unos metros y después gire mi rostro, estaba con unos amigos también, entonces volteó a verme y nuestros ojos se cruzaron. Me sonroje y seguí caminando, un poco más rápido que antes.

-¿Seguro que estás bien?- Me preguntó Mikasa- Tu cara está muy roja

-Estoy bien, ahora deprisa que llegaremos tarde- Dije tomando sus manos 

-Creeme, llegaremos MUY tarde- Dijo Armin con el rostro rojo por el cansancio, sus ojos azules y cabello rubio no le ayudaban mucho- Pero, puedo argumentar que no fue mi culpa. Por cierto Eren, ¿Era muy guapo, verdad?

-Callate, solo camina- Dije escondiendo un poco mi rostro- Pero si es guapo

-Oh no, por favor- Dijo Mikasa poniendo los ojos en blanco- No otra vez Eren, acabas de salir de una mala relación

-Nadie dijo nada sobre relaciones, solo dije que era guapo- Eso me había molestado, no era necesario mencionarlo- ¿Acaso no lo era?

-Osea si, pero te conozco, eres demasiado enamoradizo- Dijo con un poco de preocupación- Yo preferiría que no salieras con el, ya te disculpaste por lo que sucedió

-Que bueno que eso lo decido por mi cuenta- Dije entrando a la tienda, por fin habíamos llegado

Para mí mala suerte, el disco se había agotado. Me dijeron que si hubiera llegado 30 minutos antes podría haber comprado los de exhibición, quería morir.

-Tendras que esperar un mes- Dijo Mikasa mientras salíamos

-Ve el lado bueno, conociste un hombre guapo- Armin se encogió de hombros y comenzó a reír

-Es verdad. Bueno, entonces vayamos por pizza, será la cura para mí depresión- Dije levantando mi mano, listo para comer

Al día siguiente, mientras estaba detrás del mostrador de la veterinaria donde trabajaba, miraba fijamente el número de celular de Levi, pensando si mandarle un mensaje o no. Tal vez Mikasa tenía razón y debía dejarlo como estaba, pero la curiosidad era demasiado grande. Con un suspiro entre a su contacto, tenía la foto de lo que parecía un estudio de música, después comencé a escribir

Borre el mensaje y lo escribí tal vez unas 20 veces, no sabiendo como empezar una conversación o que decirle. De pronto comenzó a escribir, las letras verdes me hicieron entran en pánico, y solté mi celular. Cayó al suelo, hasta llegar debajo del mostrador

-¡Mierda!- Dije en voz alta, mientras lo buscaba por el suelo- Solo estás cosas me pasan a mi, que idiota

-¿Quien es el idiota?- Me levanté enseguida, ¿Era algún cliente?

-¿Hola?- Dije al no ver a nadie, ¿Lo había imaginado?

-Tsk, Eren, mira tú celular- Entonces lo entendí, era una llamada

-¡Lo siento mucho!- Dije contestando la llamada, con mi cara roja de vergüenza, a punto del desmayo

-No tienes que disculparte, aunque me sorprendió recibir una llamada tuya- Dijo despreocupado- Estaba a punto de mandarte un mensaje

-Si, me di cuenta- Reí y después cerré los ojos- No es que... Estuviera viendo...

-No te preocupes, solo fue coincidencia- Dijo, aunque podía escuchar su risa disimulada

-Olvidalo, voy a colgar

-¡Espera!, No quise ser grosero, disculpame- Solo respondí con un pequeño sonido, entonces el suspiro- Eren, ¿Te gustaría ir por un café?

-Yo... Debería ser el que te invite- Respondí mordiendo mi labio

-Lo se, podrás pagar mi café, así que no te preocupes por eso. ¿Entonces es un si?

Sabía que debía decir que no, que era demasiado pronto y peligroso, no lo conocía de nada y aún así me ponía nervioso con la idea de verlo. Sabía que era malo, estúpido y tonto aceptar... Y aún así lo hice

-Bien, pasaré por ti más tarde

-Te veo más tarde- Respondí y colgué, Mikasa iba a matarme

Por esa razón no le dije a ninguno de los dos que saldría con el, aunque vivíamos juntos... Suspirando mandé un mensaje a Armin diciendo que llegaría tarde, y después le diría el por qué

Me quedé sentado, mirando el techo y pensando en qué diablos iba a hacer. Estaba seguro que no me había invitado simplemente para conversar, yo no lo hubiera hecho. En ese momento me puse de pie y baje un poco mi pantalón, tratando de recordar que ropa interior me había puesto

-¿Disculpe...?- Escuché decir a una señora, levanté la mirada y me sonroje. Un silencio incomodo apareció entre nosotros

-¿En qué puedo ayudarle?- Aunque no era una muy buena frase cuando estaba mostrando mi ropa interior

-Yo... Volveré más tarde- Así se fue sin volver a mirarme, mientras yo moría por quinta vez en el día