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El golpe de la puerta me despertó, Levi había regresado y al parecer estaba enojado. Me quedé en la habitación, mientras escuchaba como gritaba y rompía cosas. Cuando hubo silencio, me prepare. Seguía yo

-Eren- Mi nombre sonó a súplica, yo me recosté en la cama y lo espere- Te extrañe

-Yo también cariño- Dije y su cuerpo cubrió el mío- ¿Que sucedió?

-Nada, esa mujer es una idiota- Dijo sin importancia- No entiende nada

No respondí, los últimos días Levi hablaba de lo mismo. Una mujer que estaba loca, así que no lo tomaba en cuenta

-No hablemos de eso- Dijo abriendo su pantalón- Date la vuelta

Lo hice, Levi entro de inmediato. Mi cuerpo estaba demasiado acostumbrado, además lo habíamos hecho, solo unas horas antes. Por eso seguía desnudo sobre la cama

-Mierda, tan bueno- Gruño mientras golpeó con fuerza- Vamos Eren, muévete

Me moví, sacudí mi cuerpo contra el suyo, gimiendo con fuerza, sintiendo como presionaba profundo, hasta que Levi se vino, lo hice también.

-Tan bueno...- Beso mi espalda, salió con suavidad- Prepararé la cena

Con eso salió de la habitación, mientras yo regulaba mi respiración. En ese momento escuché el celular, estaba a mi lado. Brillaba con un mensaje y sin pensarlo lo agarre, pero, para mí mala suerte, estaba bloqueado. Aún así podía ver el contenido del mensaje, era una mujer, una doctora

«Te espero mañana, tienes que terminar las sesiones o nunca mejorarás»

Me quedé viendo el mensaje durante varios segundos, hasta que reaccione y dejé el celular en su lugar. Salí de la habitación, con una nueva idea

-¿Vas a tardar?- Le pregunté a Levi, estábamos en la puerta

-Espero que no- Me beso de nuevo, sus manos en mi cadera, subiendo poco a poco- Mierda, tengo que irme

Asentí con suavidad, mientras veía hacia afuera. Quería salir, estaba tan cerca de mi. Solo debía empujarlo y correr, sin mirar atrás. Pedir ayuda antes de que me atrapara... Pero no lo hice, tenía miedo

-Algún día saldremos juntos- Dijo de pronto y lo mire- Pero tomara mucho tiempo, primero debes demostrarme que cambiaste

-S-Si, lo hare- Dije sonriendo, sin entender por qué me emocionaba

De nuevo me besó, y por fin salió. Enseguida escuché el pequeño click, la puerta se había cerrado.

Con un suspiro, me senté en el sillón. Me estaba preparando para lo que haría, por qué podía imaginar lo que Levi me ocultaba. Me puse de pie y fui a la habitación

Llevaba un año viviendo aquí, pero nunca me había tomado la molestia de revisarla. Lo único que hacía era limpiar, cuando no estaba teniendo sexo con Levi. Ahora me daba cuenta que era lo que siempre hacíamos, con lo que me controlaba

Lo primero que hice fue revisar sus cajones de ropa, no había nada, excepto algunas fotos mías. Estaba desnudo. Además de algunos regalos que le había hecho, lo cual era lindo, pero decidí no pensar mucho en eso y concentrarme

No encontré nada fuera de lo común, así que decidí buscar en los demás muebles. No había nada, solo papeles con información personal, nada que tuviera que ver con su salud. Pero, lo que llamo mi atención fue que tampoco había papeles sobre su familia, ni un solo documento. Todos eran de el. Ya me había dicho que tenía mucho tiempo viviendo solo, pero esperaba ver algún nombre. No había nada

Continúe buscando por horas, revise todo sin parar, y lo único que encontré fue una nota donde había escrito una hora y un número de consultorio. No había nada

Cansado, me acosté de nuevo en la cama. Ya había guardado todo, esperaba que Levi no se diera cuenta.

Tampoco había fotografías de Levi, todas eran mías, solo en algunas el estaba conmigo. Habían unas que eran hermosas.

No había pasado mucho tiempo, todavía faltaba para que Levi llegara. Decidí tomar un baño antes de que lo hiciera, el esfuerzo me hizo sudar

Al llegar al armario, ahora que ponía más atención, recordaba haber visto una caja dentro. Le había preguntado a Levi de que era y me dijo que eran zapatos viejos, así que lo ignore. Ahora no lo haría

Me senté en el suelo y abrí la caja. Si eran zapatos, fue decepcionante. Hasta que puse atención a estos. Se veían más pequeños de los que usualmente usaba Levi, de hecho el color era demasiado inusual. Rojos. Unos zapatos rojos muy parecidos a los que tuve una vez, hace dos años...

Eran míos, los zapatos que se me rompieron, estaban demasiado desgastados. Recordaba no querer tirarlos, pero al final Mikasa me obligó. Todavía estaban manchados de lodo.

Los volví a guardar, y entonces moví la caja de lugar. Después otra, con zapatos de Levi. Debajo había una puerta, abarcaba más alla de la pared del armario, lo cual era extraño. Creía que no había más. Con cuidado, empecé a buscar alguna abertura, algo que me diera un indicio de poder abrirlo, cuando la puerta sonó.

Me quedé quieto por un segundo, entrando en pánico, hasta que de alguna manera reaccione y puse todo en su lugar. Me levanté de manera descuidada y tropecé haciendo ruido. Maldiciendo, corrí hasta llegar donde estaba Levi, disimulando el ruido que hice. Cómo hice otras veces, salte sobre sus brazos, escondiendo mi rostro en su hombro. No era capaz de miraralo, estaba nervioso

-¿Me extrañaste?- Preguntó, el olor a cigarrillo estaba impregnado en su ropa

-Si, creí que tardarías más- Le dije besando su mejilla

-Cancele la cita, estaba muy cansado- Dijo caminando a la cocina- Comamos algo

-Primero vamos a ducharnos, no me gusta como hueles- Dije mirándolo por fin

-Bien, pero no te enojes- Dijo besándome- Dejaré de fumar, lo prometo

Sonreí hacia el, y entonces nos fuimos al baño. No pude evitar relajar mi cuerpo. Ahora solo debía esperar a encontrar una nueva oportunidad

Aunque está vez tardo demasiado

ObsesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora