Capitulo 7.

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¡Hoooola!

Primero de todo disculparme por haber tardado tanto en subir, entre las clases, exámenes y todo me ha costado bastante escribir.

Espero que disfrutéis el capitulo, a mí personalmente es uno de los que más me gustan. ¡Gracias por leer!

xx

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Cuando estábamos a escasos metros el uno del otro, vi como hacía el gesto de darme la mano. La tomé y me acercó hasta él, obligándome a colocar mis manos en su pecho, mientras me rodeaba con sus brazos. No me apartaba de su mirada, tenía miedo a que si lo hacía todo se desvaneciera como si de un sueño se tratara.

Poco a poco se iba acercando aún más a mí, hacía que mi corazón latiera más fuerte, tan fuerte que creía que lo podría oír cualquier persona que estaba en esa plaza. Deslicé mis manos hasta su nuca, haciendo que los dedos de ambas se entrelazaran. Lo observé por última vez y cerré los ojos, dejándome llevar por el momento, hasta que sucedió. Solo con rozar nuestros labios, hizo que un ejército de mariposas se revolucionara por mi interior. Fue un beso dulce, cálido y deseado.

- Bienvenida a Madrid. – me susurró en la oreja al separarnos.

- Si la bienvenida ya ha sido así, no puedo imaginarme como será el resto. – le dije, mirándole a sus ojos azules.

Me cogió de la mano y me guío hasta un pequeño café, apartado del centro. Un lugar tranquilo, poco frecuentado y muy sencillo. Un refugio lejos de las grandes masas de gente, un sitio donde esconderte cuando tenías un mal día. Allí empezamos a hablar, como si nos viésemos todos los días y nos conociésemos de toda la vida. Hasta que no sacamos más temas, y acabamos en un incómodo silencio.

- Carla, yo… Bueno, me gustas. – le miré atentamente. Me hizo un gesto para que lo dejara continuar. – Desde que nos conocimos supe que eras diferente, pero te veía como una hermana. No me di cuenta lo importante que eres para mí hasta que volví a casa y me di cuenta de que te había perdido. Necesitaba recuperarte.

Con todo eso me dejó parada, de él no me lo esperaba. Lo imaginaba callado y de los que se guardan sus sentimientos. Pero eso me demostró que le importaba de verdad. Segura de lo que hacía, me levanté de la silla, me acerqué a él y le besé.

- Gracias. – le susurré al oído, tal y como él había hecho anteriormente.

- ¿Gracias? – preguntó, sorprendido pero sonriendo.

- Sí, gracias por todo lo que tiene que venir. Por todo lo que nos espera juntos. – pude observar que su sonrisa aumentaba por momentos.

Se levantó y pagó, seguidamente salimos a la calle. Lo primero que hizo al pisar la acera, fue abrazarme. Ese abrazo ha sido el mejor de mi vida, lo aseguro.

En esos instantes solo tenía ganas de perderme con él, y Hugo parecía querer lo mismo. Nos fuimos al centro de Madrid, y nos mezclamos entre la gente que iba de un lado para otro. Mirábamos escaparates, paseábamos, observábamos a la multitud. A su lado todo parecía fácil, hacía que me sintiera segura de mí misma.

Por desgracia, llegó la hora que mi madre me había dicho para volver a casa. Hugo, como un caballero, me acompaño durante todo el trayecto. No quería separarme de él, aunque sabía que mañana lo volvería a ver. Le di un beso de despedida y subí al piso de mi tía.

- Hola. – dije, sonriendo. Mi madre y mi tía se miraron extrañadas.

- Hola, ¿Qué tal ha ido tu tarde? ¿Has encontrado el sitio? – preguntó mi tía.

Welcome to my life. [PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora