-Fue una maldición.- Dijo Haiku.- Un chico, me la lanzó.- Simplificó.- Entonces, terminé en la dimensión de Shiro, como su perro.-
-Ya veo.- Dijo pensativa.- Creo, que este libro podría servirles.- Nos pasó un libro de pasta de cuero, café y de bastantes páginas.
-¡¿Debemos leer todo esto?! - Pregunté exaltado.
-"¿Debemos?"- Me preguntó Haiku.- A mí no me metas.-
-¿Y por qué no?-
-Por qué no sé leer. Soy solo un perro.- Se encogió de hombros.
Suspiré.
-Supongo que moriremos antes de volver a nuestra dimensión.-
-No seas dramático.- Los ojos miel de Cate giraron.- Solo ve a la página 907-
Abrí el libro en la página indicada. Sorprendido de lo pequeñas que eran las letras. Eran muchas páginas con demasiada información en cada una.
-"Volver a una dimensión"- Leí el título.- Si desea volver a la dimensión de las hadas deberá...- Me salté esa parte ya que no era de mi incumbencia.- En el caso de que quiera volver a la dimensión de las sirenas...- Volví a saltarlo.- Si su deseo es volver a la dimensión de los gigantes...- Otra vez.- Hombres lobo... - Y otra vez.- Vampiros...- Y otra.
Pasaron varios minutos hasta que por fin encontré la dimensión que buscaba.
- En el caso de que deseé volver a la dimensión de los humanos, deberá encontrar los siguientes objetos para activar un portal que lo llevará ahí.- Leí, los ojos de ambos seres demoníacos se posaron sobre mí.- El corazón de un demonio puro, cabello de un demonio de alta clase, sangre de un demonio pequeño y lágrimas de un humano.- Fruncí el ceño, ¿Eran necesarias tantas cosas para abrir un simple portal a mi dimensión?
-Vaya, eso está muy sencillo.- Dijo la demonio. La miré extrañado.
-Estoy con ella.- Dijo Haiku.- Realmente es muy fácil conseguir esos materiales.-
-El unico problema sería el corazón de un demonio puro.- Agregó la de ojos amarillos.- Esos no existen.-
A ver, si existen las hadas, los demonios, las sirenas, entre otros.
¿Cómo rayos no existía un demonio puro?-¡Tranquilos!- Gritó Haiku.- Estoy seguro de que lo lograremos.- Nos sonrió.
Al final Haiku tenía razón.
¿Qué podría salir mal?