✨Capítulo 3✨

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-Fue una maldición.- Dijo Haiku.- Un chico, me la lanzó.- Simplificó.- Entonces, terminé en la dimensión de Shiro, como su perro.-

-Ya veo.- Dijo pensativa.- Creo, que este libro podría servirles.- Nos pasó un libro de pasta de cuero, café y de bastantes páginas.

-¡¿Debemos leer todo esto?! - Pregunté exaltado.

-"¿Debemos?"- Me preguntó Haiku.- A mí no me metas.-

-¿Y por qué no?-

-Por qué no sé leer. Soy solo un perro.- Se encogió de hombros.

Suspiré.

-Supongo que moriremos antes de volver a nuestra dimensión.-

-No seas dramático.- Los ojos miel de Cate giraron.- Solo ve a la página 907-

Abrí el libro en la página indicada. Sorprendido de lo pequeñas que eran las letras. Eran muchas páginas con demasiada información en cada una.

-"Volver a una dimensión"- Leí el título.- Si desea volver a la dimensión de las hadas deberá...- Me salté esa parte ya que no era de mi incumbencia.- En el caso de que quiera volver a la dimensión de las sirenas...- Volví a saltarlo.- Si su deseo es volver a la dimensión de los gigantes...- Otra vez.- Hombres lobo... - Y otra vez.- Vampiros...- Y otra.

Pasaron varios minutos hasta que por fin encontré la dimensión que buscaba.

- En el caso de que deseé volver a la dimensión de los humanos, deberá encontrar los siguientes objetos para activar un portal que lo llevará ahí.- Leí, los ojos de ambos seres demoníacos se posaron sobre mí.- El corazón de un demonio puro, cabello de un demonio de alta clase, sangre de un demonio pequeño y lágrimas de un humano.- Fruncí el ceño, ¿Eran necesarias tantas cosas para abrir un simple portal a mi dimensión?

-Vaya, eso está muy sencillo.- Dijo la demonio. La miré extrañado.

-Estoy con ella.- Dijo Haiku.- Realmente es muy fácil conseguir esos materiales.-

-El unico problema sería el corazón de un demonio puro.- Agregó la de ojos amarillos.- Esos no existen.-

A ver, si existen las hadas, los demonios, las sirenas, entre otros.
¿Cómo rayos no existía un demonio puro?

-¡Tranquilos!- Gritó Haiku.- Estoy seguro de que lo lograremos.- Nos sonrió.

Al final Haiku tenía razón.

¿Qué podría salir mal?

Mi perro demonio...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora