Survivors

Capítulo 20

—Hyde fue quien lanzó la maldición— dijo con gran asombro, dio unos pasos hacia atrás y salió de ahí, llegó a donde los demás se encontraban y trato de actuar normal, sentía que su corazón latía muy rápido, pero debía controlarse, acababa de descubrir algo muy grande

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Llegó a su casa y actuó de manera "natural" logrando así que su madre y hermana no sospecharan nada, estaba sentada en su cama pensando ¿Qué debía hacer ahora?, ¿Alguien mas sabia de esto?, ¿Ahora en quien podía confiar?, debía encontrar a alguien que le ayudé y ya tenia en mente a quien tenía que buscar

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Ya era de noche y el viento soplaba, Elizabeth caminaba por las calles de Hyperion Heights con un café caliente en su mano, mañana sería su desfile, estaba por presentar una nueva linea de ropa y eso la hacia sentir muy ansiosa, todo estaba listo y se había tomado aquellos minutos para comprar un café y dar un pequeño paseo, aquello siempre lograba tranquilizarla, le agradaba ver como la ciudad brillaba iluminada por los faroles y la luz de la luna, también le gustaba lo despreocupada que se veían las personas, muy diferente a su actitud por las mañanas cuando todos corrían tratando de llegar a tiempo al trabajo o a clases, tomó un sorbo de su café, a lo lejos Gold la observaba, él se encontraba por ahí ya que necesitaba comprar algunas cosas para su cena, cuando la vio no pudo apartar la vista de ella, era como un magnetismo que lo hacia admirarla, se veía tan hermosa y serena, no quería parecer un acosador, así que se marchó, en su interior realmente deseaba acercarse y conversar con ella, pero opto por mejor no hacerlo

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Blue regresaba de su trabajo, ese día había sido bastante tranquilo, atendió a sus pacientes y aunque la cita de la última hora fue extendida un poco más, aún podía llegar a tiempo para preparar la cena y pasar tiempo con su familia, estacionó su auto e ingreso a su hogar, sus pequeños estaban dentro de su corral de juegos

—¡Ya llegaste!— anunció Adam mientras se acercaba y la besaba

—Lamentó la tardanza, pero la cita con Happy se alargó un poco más, él pobre estaba muy mal y no tenia corazón para irme y no terminar de escucharlo— confesó

—Eres la mejor, ¿Cómo podría estar molesto contigo?, haces tantas cosas por tus pacientes, que sólo me haces sentir muy orgulloso, pero llegaste justo a tiempo, ya casi término la cena— confesó orgulloso

—¿Tú cocinando?— preguntó graciosa

—Se que no soy el mejor, pero prometo que no esta cruda, ni quemada, ¿Podrías poner la mesa mientras yo sirvo?— pidió dulcemente

Ella asintió

Minutos después Adam llegaba con dos platos de trozos de pollo, kiwi, fresa y trozos de queso para sus pequeños