Gold & Regina viven ahora muy felices al lado de sus respectivas familias en Storybrooke.
La paz y tranquilidad los acobija, pero jamás se debe bajar la guardia. ¿Qué ocurrirá cuando deban enfrentarse a un nuevo peligro? Serán tan fuertes como para...
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—Regina— gritó Thomas, este dejó de luchar contra una versión bastante desmejorada de Killian, su esposa estaba tirada en el suelo, en su estomago una espada clavada y mucha sangre a su alrededor, todo parecía como sacado de una película de terror, Jekill miraba maravillado su obra, lo había logrado, esos ineptos héroes creyeron que podían contra él, pero les demostró que se equivocaban, todo el lugar quedo en silenció
Facilier corrió hacia donde la morena estaba tirada, la tinta de calamar que Gothel había tomado de los objetos de Gold había perdido efecto
—Tranquila, estarás bien— aseguró el brujo mientras la sostenía
—Lo dudo— dijo Jekill sonando como un niño travieso— Nuestro valiente caballero Henry uso la maravillosa espada de Excalibur que Gold amablemente nos prestó antes de lanzar la maldición y bueno no es por alardear pero use un poco de "Dreamshade", esta asombrosa planta que crece en nunca jamás, le provocará a nuestra reina una muy lenta muerte, pero alguien tan especial como ella no podía merecer menos que el veneno del "sueño mortal"— comentó mientras reía
Todos se habían reunido alrededor de la reina, Henry usaba su pluma y libro intentando con los poderes que tenía como autor salvarla, pero no funcionaba, logró enviar a las versiones de otra tierra de él y sus abuelos de regresó a su lugar de origen y se dejó caer en el suelo, no tenía el valor de ver a su madre morir frente a sus ojos, se sentía tan impotente, Jacinda acudió a su lado y sin decir una sola palabra lo abrazo
—Sé que esto no era parte del trato— decía casi en un susurró a Facilier, pero él la cayó poniendo uno de sus dedos sobre sus labios
—Fui egoísta al aceptar el trato que me ofreciste, pero deseaba tanto estar contigo, lamentó que estuvieras separada de tú esposo y seres queridos todo este tiempo, fui tan feliz el corto tiempo que estuviste a mi lado, pero yo sabía que tarde o temprano iba a acabar, lamentó haberte obligado a que idearas ese trato, pude simplemente ayudarte sin obtener nada a cambio, pero hoy quiero hacer lo correcto, gracias por todo— admitió el brujo y dejó que Thomas tomará su lugar
Él castaño miraba a su esposa tan débil y como el veneno avanzaba lentamente hacia su corazón, la abrazó, quería sentirla muy cerca suyo, no quería llorar, debía ser fuerte por ambos, la besó y de pronto una nube morada inundo el lugar
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