18. Caída libre

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El lugar estaba oscuro, frío y solitario; una habitación llena de penumbras. Una puerta se abre dejando entrar a una silueta que en la oscuridad no se podía distinguir.

-Amai.- Llama una voz algo disgustada. -¿Que pasó en esa actividad?-

El de cabellera azul resopla. -No se señor.- Amai frunce el ceño. -Y no tiene derecho a criticarme ya que tú no estaba exactamente haciendo algo productivo.-

-Cuida tus palabras Amai Mask.- Anuncia la misma voz, pero de otra dirección de la habitación. El de azul no se molestó en moverse o ponerse en guardia.

-Esta bien...- Murmura la voz que quedaba frente al peli-azul. -Tenemos que controlarlo.-

La voz de la dirección desconocida habla con rencor guardado. -Me encargare yo mismo de este asunto; después de todo, esto es algo personal.-

Estaba oscuro, pero Amai podía jurar que podía ver la sonrisa llena de maldad de los dos que hablaban a su alrededor.

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La noche estaba nublada y fría, perfecta para estar envuelto en sabanas y beber chocolate caliente; perfecto para acurrucarse y compartir el calor de cuerpos amantes. Saitama y Genos estaban en el suelo frente al televisor. Genos estaba acomodando algunas de sus cosas y Saitama estaba envuelto en una sabana como una especie de burrito.

-¿Como te has estado sintiendo?- Cuestiona Saitama escondiendo el escalofríos que sube y baja su espina dorsal a cada rato.

-Todo en mis sistemas esta funcionando a la perfeccion sensei, no tiene porqué preocuparse...- Ganos baja la cabeza hasta mirar sus manos sobre su regazo. -Pero gracias por preocuparse de todos modos.- Agradece amable y desviando la mirada.

Saitama mira a Genos en silencio al recordar lo que sucedio hace unos pocos días. Para suerte no ha pasado nada mas extraño desde ese acontecimiento; lo único que tenía al héroe mayor era la falta de comunicación que tenía con Tama. -No agradezcas Genos; es normal que me preocupe.- Sonríe Saitama.

Genos continúa su labor de organizar sus cuadernos en el suelo y Saitama vuelve sus ojos al chico de especto calmado.

-Deja eso Genos, ven aquí.- El héroe abre sus mantas para que el menor se acerque tímido a él y se acomode a su lado. -¿Puedes calentarme?-

-¡Si...si sensei!- La voz era determinada y su expresión era como si le hubiesen dado la misión mas importante del mundo.

-Genial.- Saitama saca una mano de las telas, toma el control remoto y empieza a navegar por los canales de la televisión buscando alguna buena película. Con delicadeza pasa al brazo alrededor del cuerpo del tenso cyborg y lo atrae recostandolo contra él. -Relajate un poco Genos.- Murmura con suavidad.

-Si...sensei.- El cyborg se recuesta contra su mentor mientras controlaba sus sistemas de calefacción y se relajaba un poco.

Saitama al final encontró una película y se embelezo en ella.

-Sensei.- Llama bajito Genos.

-¿Si?-

-¿Usted y el señor Tama saben algo sobre lo que pasó en la actividad de los otros días?-

Saitama mira la maranta de pelo rubia cerca de él. -Si.-

-...¿Y confía en él?- Pregunta un poco nervioso y disgustado.

-Así es.- Saitama regresas sus ojos a la pantalla. -Tu también confias en él Genos.-

El cyborg no responde nada a eso, pues esta es la primera vez que su sensei no está en lo cierto. Genos no se fiaba nada de ese sujeto que llamaba tanto la atención de Saitama.

A Tiempo (Saigenos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora