3.

125 11 1
                                    

"Querido Lauti.

Perdón por no haberte escrito antes, hace al menos cuatro días que no recibís mis cartas; ya se que para vos no es nada pero para mi significa mucho.

Lamentablemente estoy teniendo muchos problemas que están evitando que pueda escribirte, sin embargo, no voy a detenerme hasta que mi tiempo se termine.

Así que, solo quería decirte que siento me que ahogo en mis sentimientos, hace unos cuantos días me viste, te acercaste, me sonreíste y me hablaste...

Casi me muero, al principio pensé que no era para mi, pero al notar que te acercabas hacia mi, mi corazón se acelero a mil.

Quiero pedirte un favor ¡Deja de ser tan vos! ¿No te das cuenta que me lastimas? Solo con escucharte hablar me volví a enamorar una vez más.

No lo puedo evitar, estoy sufriendo, no puedo evitar sentir esas mariposas en el estómago por vos. No puedo evitar sonreír como una boba al verte de lejos con tus amigos, no puedo evitar sentirme nerviosa cuando escucho tu nombre.

No puedo evitar amarte.

-Anónima."

Sin darse cuenta Lautaro había recibido una pista, pero al haber hablado con tantas chicas esos días no podía diferenciar quien podría ser.

Lichi fue el único en convencer a Lautaro de que le enseñara las cartas; por lo que acudió a él para que le ayudara a saber quien era, el castaño de gorra rosa se negó, le dijo que tal vez no era el momento de averiguarlo.

Lautaro suspiro, se encaminaron al salón, se sentaron en su típico banco. Lautaro miro a todas las chicas de su salón. Tal vez la autora de esas cartas estaba ahí pero no se daba cuenta.

Solo que no sabia que esa chica se sentaba atrás de él. Nunca le había tomado importancia hasta que se dio vuelta, la chica estaba dormida en su banco, o bueno, solo fingía hacerlo para que el castaño no se diera cuenta del sonrojo que este había provocado en la pelirroja.

Como había dicho la chica, nuevamente se enamoro de Vera.

Querido Lauti-Lauti VeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora