Mi querida soldado

El comienzo

Ya es casi de dia, en grecia antigua. Usagi se despierta anciosa sabe lo que le espera eso la lleva rapidamente a vestirse su traje de guardia y a cargar su espada y se dirige a la asotea del palacio.

-¿Donde esta?-se pregunto al abrir la puerta de la alcoba de su amada y no encontrarla aun durmiendo, lo cual era realmente extraño, cerro la puerta tras de si e inmediatamente escucho unos golpes desde dentro del armario. No dudo en abrirlo, lista para pelear en caso de que alguien allá dañado a la princesa.

- ¡¡Princesa!!- exclamo asustada la soldado, corriendo a ver a enamorada, la cual estaba enredada entre toda su ropa, inmediatamente vio si estaba bien y la abrazo, amaba sentir a esta chica entre sus brazos.

-Estamos solas puedes llamarme por mi nombre ¿sabes?-dijo la chica recibiendo inmediatamente el abrazo de su hermosa novia.

-Bueno aun haci no debemos arriesgarnos, Haru.
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Ambas se criaron juntas debido a que Haru era una princesa y Usagi era hija de un general.  Por lo tanto esta ultima daba visitas cortas al palacio y ahi fue donde conocio a la princesa Haru cuando tenian 6. Cuando Usagi cumplio 16 años el rey concluyo que aquella chica, hija del general, seria una guadaespaldas perfecta para su hija. Cuando el tiempo paso se hicieron novias, pero lo mantenian en secreto ya que estaba extrictamente prohibido que alguien que no fuera de la realeza estuviera con la princesa, y si fuera así aquella persona podria ser decapitada. Debido a esto cada año Usagi en su aniversario regala a Haru las rosas mas hermosas y un beso apasionado , ellas no podian tener sexo ni besarse a diario ya que no debian de arriesgarse, tenido que ocultarlo por mas de  4 años, lo cual ha sido realmente duro ya que el amor por la otra brotaba por cada poro de estas chicas
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Usagi tomo a su querida por la cintura y la alzo, ambas rieron y comenzaron a dar vueltas, era algo complicado para nuestra soldado cargar a Haru, ella le pasaba por algunos sentimetros, debido a esto debia alzar mas sua brazos, pero no le importaba con tal de escuchar la hermosa risa de la contraria.

Ambas cayeron a la cama riendo a carcajadas, una vez estaban calmadas sus miradas se conectaron, se dedicaron una mirada mutua y la de mayor estatura se acerco a la guardiana.

-Amo cuando haces eso pero sabes que siento que peso mucho- dijo mientras la miraba con dulzura y le colocaba un mechon de cabello detras de la oreja que se le habia escapado a la contraria.

-Todo mientras te pueda ver feliz, amada mia- suavizo su mirada y recibio las caricias de la otra.

-Te amo Usagi, te amo por aobre todas las cosas.

-Yo mas Haru, sabes que eres mi razon de vivir.

Ambas soltaron una suave risa, sabian que a veces podian ser muy empalagosas. Se acomodaron en la cama y se abrazaron, olvidando totalmente al resto del mundo, Haru acaricio el cabello de la menor, y la contraria se apoyo en su pecho, abrazando por la cintura a la contraria.

Esos momentos eran muy preciados para ellas, se sentian libres, como si nadie las controlara, solo escuchaban el suave latir del corazon de su acompañante y su calida respiracion.

La menor de pronto sintio que las caricias ya habia acabado y la mayor se tenso, aparto la cara del pecho de la mayor y la miro.

-¿Que pasa, mi amor?.

La contraria se paro rapidamente de la cama, le dedico una mirada muy afligida y con un hilo de voz dijo:

-Tengo que decirte algo serio Usagi.

-¿Es tan malo?- la sonrisa de la soldada se borro rapidamente de su rostro, siendo emplazada por una mirada preocupada, inmediatamente supo que enserio era grave, sabia diferenciar cuando aquella chica le jugaba bromas.

-Son dos cosas ¿las soportaras?-lo dice preocupada a su amada.

-Todo por ti Haru-exclamo firmemente.

-Por ahora lo tienen en secreto pero ... una criatura hecha por hades quiere destruir toda grecia, la bestia es una serpiente de 48 mts de largo con 6 cabezas, es gigante segun lo contado de las montañas, aun no llega pero todo indica que en la direccion que se dirige es aca por donde ha cruzado ha arrazado con todo ciudades, bosques, todo hecho polvo y lo peor es que quien derrote a esa bestia sera....m mi....prometido-lo dice rompiendo en llanto.

Eso fue un fuerte golpe para ambas, es obvio que nadie sabia de su relacion por lo que el rey perfectamente podria casar a su hija, el corazon de Usagi se apreto, quizo llorar y gritarle en la cara al rey que nadie tocaria a su novia, pero no podia, decidio mantenerse firme e intentar ocultar la oleada de sentimientos que se le vino encima, así podría darle apoyo emocional a la princesa.

-No permitire que pase eso-cerrando sus puños mira hacia a bajo y abraza a su querida novia.

-Que es lo que planeas hacer?- pregunto la chica que se aferraba en un abrazo a su guardiana como si su vida dependiera de ello.

-Iré contra esa bestia, seré yo quien la mate y me casaré contigo- dijo firmemente.

-¡¿Estas loca?! ¿que hare si te pasa algo? Nunca me lo perdonaria, si es necesario me casaré con otra persona para que tu estes con vida.

-Eso no lo permitiré, ambas estamos hechas la una a la otra, ademas tengo un muy buen entrenamiento, prometo ser precavida y acudir al oraculo- respondio, separandose un poco de su chica para verla a los ojos y darle una pequeña sonrisa.

-Confio en ti y en tu fuerza, pero por favor sé cuidadosa, sabes que cargaria con ese dolor por toda mi vida- exclamo, tomando por los hombros a la contraria y dandole una mirada repleta de pesar.

-Tranquila, sé lo que hago, y si te veo con alguien mas, y para colmo siendo infeliz, no sé que haria, prefiero la muerte a perder a mi amada- dijo, tomando por las caderas a Haru.

-¿En cuantos dias llegaras-pregunto algo dudosa, aun no del todo convencida.

-Creo que en una semana o menos- saco un pañuelo y seco las lagrimas de la princesa.

-....Te amo- Usagi le da un beso lleno de pacion a su amada y se va dispuesta a enfrentar a aquella bestia por el bien de la persona que mas la hacia feliz.

Esa misma tarde reunio todo lo aun necesitaba para acudir al santuario de Apolo, una tarta de miel y   una cabra, cuando estaba todo listo, decidio partir. Tras una dolorosa despedida, entre lagrimas ambas se despidieron. La princesa veía alejarse a aquella chica que tanto apreciaba, deseando con todas sus fuerzas que estuviera a salvo y que todo saliera bien. Le mintio a su padre diciendo que mando a su guardaespaldas a hacer un recado de su parte, y que tomaría mucho tiempo, él rey le quito importancia y lo dejo pasar, dejando al cuidado de la princesa al soldado primo de Usagi. Con toda la mentira lista solo le quedaba esperar, Misaki era un gran chico, lo conocia de pequeña, era un buen amigo. El soldado al verla noto que habia algo que la angustiaba, pero decidio no preguntar, por lo menos ahora la princesa no estaría tan sola.

Usagi emprendio su camino, inmediatamente sintio un dolor en su pecho, pero no era algo fisico, mas bien se le hacia doloroso separarse de Haru, no sabia si volvería con vida, solo lo dijo para dejar tranquila a su querida princesa, no permitiria que ella eatuviera con alguien que no la haria feliz. Decidio dejar atras estos pensamientos he intento pensar positivo, aun que a quien engañaria, era una cobarde.

Cuando salio de sus pensamientos miro frente de sí, allí estaba, el monte Parnaso, arriba de él se encontraba el templo de Apolo. Decida, comenzo a escalarlo.

Pd: en el templo de Apolo se encontraba el oraculo de Delfos, y en grecia era uno de los templos mas importantes. Para consultarlo debias de ir ha allí y ofrecer a Apolo una tarta de miel y sacrificar una cabra, esta se quemaba en una hoguera y se rociaba con agua, si el cuerpo de este animal temblaba durante esto significaba que Apolo estaba dispuesto a hablar.El oráculo estaba a cargo de una anciana, la Pitia,y un hombre, el Profeta. Tras la pregunta que le hacía el solicitante, la sacerdotisa entraba en comunicación con el dios. Mientras, masticaba hojas de laurel, espolvoreaba harina y bebía largos tragos del agua que manaba de la fuente sagrada. Si sus palabras, como sucedía a menudo, resultaban absurdas o ininteligibles, el Profeta estaba allí para ayudar a interpretarlas.