Strange Love (Nanny Ashtoreth x Brother Francis)

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Harriet Dowling era una mujer estadounidense promedio, bueno, iba más arriba del promedio si estar casada con el embajador de los Estados Unidos era arriba del promedio. Tenía un hijo llamado Warlock, una gran mansión con un jardín inmenso y sirvientes que atendían el lugar y le dejaban perfectamente limpio.

Pero aún le faltaban dos trabajadores, ya tenía cocineras, mayordomo, mucamas y demás, pero le faltaba un jardinero que cuidara el jardín y que este quedará perfecto para las visitas y de igual manera requería una niñera para su hijo de un año, ¿la razón?, Harriet era una mujer trabajadora que tenía ciertas cosas que realizar en su trabajo lo cual se le dificultaba con su pequeño hijo que requería atención constante por lo que la idea de una niñera era demasiado tentadora.

Lo que si no esperaba, es que tuviera a dos posibles empleados afuera de su casa, un hombre de cabellos rubios casi tirando al blanco con grandes ojos azules y una sonrisa que podía ser comparada con el conejo Bugs Bonnie y una vestimenta sencilla; por otro lado, tenía a una mujer de cabellos pelirrojos con lentes negros que podían dar a concluir que fuera ciega, portaba un vestido largo de color negro con un moño rojo en su pecho. Ambos eran tan diferentes pero eran perfectamente la idea que tenía de cómo serían sus nuevos empleados.

— Buenas tardes, señores...

— Francis Fell, un placer señorita — Saludo primero el ojiazul tomando su mano y dando un pequeño beso en el dorso de la misma, por lo que sabía era una costumbre de los ingleses hacer aquello por lo que no se ofendió.

— Ashtoreth Crowley, a su servicio — Saludo la pelirroja sin moverse de su lugar

— ¿Vienen por las vacantes, señores? —Preguntó a pesar que era muy obvia la respuesta que le darían

— Si— Respondieron ambos, pero aquello lo ignoraron.

Ambos esperaban que la vacante no hubiera sido ocupada, cada quien por sus razones, la señora Dowling abrió mejor la puerta permitiendo que ambos pasarán al interior de su casa — Necesito saber algunas cosas sobre ustedes antes de decidir si darles el trabajo o no, espero que aquello no les moleste

— En lo absoluto, señorita — Respondió el albino

Ashtoreth vio de reojo al albino, habían intercambiado un simple "hola" cuando llegaron a la mansión, uno después del otro, gracias a ello pudo decir que su hipótesis de que fuese americano era correcta gracias al acento ligeramente marcado que portaba el hombre.

— ¿Se conocen? — Preguntó la señora Dowling empezando a caminar al estudio de su esposo, aquél que casi nunca usaba pero que existía para cualquier situación que lo ameritase como aquella, siendo seguido por ambos.

Para cualquiera sería solo una pregunta común y corriente pero para Ashtoreth, que había tenido cuentas de entrevistas a lo largo de su vida, aquella pregunta era crucial para obtener el puesto de trabajo.

— No, no nos conocemos — Respondió sin inmutarse

— Es la primera vez que nos vemos — Colaboró el albino, algo que, si ignorabamos el poco tiempo que estuvieron en la misma cafetería, podría decirse que era cierto pues no se había dado interacción alguna entre ambos.

— Pero llegaron juntos — Insistió la mujer, tal vez buscando alguna manera de ver si eran dignos de los puestos de trabajo o tal vez por querer sacar un tema de interés que aligerase el ambiente, no se sabía en realidad pues la mente de aquella mujer era un enigma, bueno, la mente de cualquier mujer es un enigma.

— Oh, claro que no, yo llegue en el autobús y posterior a ello llegó la señorita pelirroja en un auto — Explico el albino con una sonrisa en sus labios, sino fuera por qué ya era un adulto, cualquiera diría que en verdad no sabía el contexto de la pregunta o se hacía el tonto.

— De acuerdo — Dijo por fin dejando aquel tema de lado, abrió ambas puertas del estudio y permitió que pasarán; en el estudio no había demasiadas cosas, solo lo esencial como un escritorio donde dejar papeles, una silla para su persona y otra para el entrevistado, claramente no había pensado que llegarían dos personas para las vacantes aunque podría solucionarlo avisándole al mayordomo que trajera una nueva, sorpresa fue la suya cuando el albino jalo la silla y permitió que la pelirroja se sentará, demostrando sus modales sobre el cansancio que sentía de tanto caminar — Pediré que le traigan una silla, señor Fell

— No es necesario señora, puede preguntar lo que usted desee cuando lo crea conveniente

— Admito que lleva años que no oigo hablar a una persona de una manera tan culta — Confesó antes de sentarse en la silla restante — Las preguntas que les daré son demasiado esenciales para saber si pueden quedarse con el trabajo o no, en este trabajo buscamos personas responsables que tengan el debido conocimiento de lo que van a realizar, no permitimos falla alguna que podamos lamentar, una vez dicho aquello, ¿siguen deseando trabajar para esta casa?

De manera inconsciente ambos se vieron entre sí, claro, si ver unos lentes oscuros significaba ver a la dama pelirroja. Al final ambos asintieron con su cabeza, la señora Dowling sonrió de lado a la par que entrelazaba sus dedos, su querido Warlock dormiría un par de horas más antes de requerir un cambio de pañal.

El tiempo suficiente para saber si aquel par le serviría.

Y he venido con la siguiente parte, debo agradecer a todos por darle una oportunidad a este fic, es la primera vez que me aventuró a hacer un fic largo del shipp.

Con respecto a sus comentarios, prometo contestar, simplemente que me llegó la pena de contestarle a tantas personitas hermosas

Sin más que decir, excelente domingo.