Strange Love (Nanny Ashtoreth x Brother Francis)

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Para Ashtoreth y, aunque no lo quiera confesar, para Francis, los primeros pasos del bebé de los Dowling eran simplemente esencial, habían tratado por todos los métodos que el pequeño diera sus primeros pasos pero el menor solo se reía mientras veía a su "papá y mamá" hacer gestos raros.

— Esto no está funcionando Francis — Se quejo la pelirroja sentándose de nuevo en la banca después de haber estado diez minutos mostrándole la sonaja al bebé que solo se reía, saco su teléfono y volvió a marcar al número de su hermana pero volvió a mandarle a buzón como los cinco días anteriores.

— Debemos tener paciencia querida, verás que esté pequeño empezará a caminar antes de ir a pedir dulces en Halloween — Afirmó el albino quien llevaba de la mano al azabache que caminaba a pasos torpes sin soltar la mano del jardinero — Vas bien mi niño

— Sería más probable que un gallo vuele a qué esté niño camine en menos de dos meses

— ¿Qué tal si ves como quedó la fuente, Ashtoreth?, yo cuido al niño mientras tanto — Sugirió a lo que la niñera le vio mal — Necesitas darte un respiro querida, te ves demasiado tensa

Ambos se vieron fijamente unos instantes hasta que el menor se harto de estar estático

— Papa... lota — Llamo el menor señalando la pelota de colores que se hallaba a unos metros de él

— Solo cinco minutos y volveré — Aviso Ashtoreth causando que el contrario sonriera

— Cinco minutos son suficientes para mí

— A cambio tendrás que contarme más sobre tu familia

Antes de que el albino se negara, la pelirroja se había ido caminando hacia la fuente, suspiro.

— Tu niñera es demasiado tramposa...pero es una de las cosas que más me gusta de ella, joven Warlock — Expreso al menor antes de seguir caminando sin soltar la manita del bebé que felizmente se paseaba por el jardín.

Diez minutos después Ashtoreth volvió para hallar al albino dándole su papilla al menor, la cual había dejado en la banca por la niñera desde que salieron al jardín, una sonrisa apareció en sus labios de manera inconsciente, Francis era alguien demasiado bueno cuidando niños, podría asegurar que sería un excelente padre.

El solo imaginar que el mayor cuidara a un hijo de ambos causo qué sus mejillas se coloreasen de la pena, ¿cómo podía pensar aquello cuando siquiera eran algo más allá de amigos?

— Y dime, ¿de dónde eres? — Cuestionó sentándose a lado suyo, saco un pañuelo de su bolso y limpio la carita manchada de papilla del menor quien sonreía mostrando sus cuatro dientes de leche, dos arriba y dos abajo.

— Soy originario de Estados Unidos, de Washington si somos más específicos en cuanto a mi geografía

— ¿Y tus padres? — Volvió a preguntar

— Mi madre falleció hace seis años, mi padre vive con mi hermano mayor que sigue viviendo en Washington, voy a visitarle cada que puedo y le llamo cada tercer día para saber cómo se encuentra

— No sabía que tenías hermanos, Francis — Admitió

— Somos dos hermanos, mi hermano Lucius y yo, no somos tan unidos pero tampoco llegamos a odiarnos — Explico — Él tiene en estos momentos cuarenta y ocho, tiene una esposa llamada Michelle y un hijo que, si mi memoria no me falla todavía, se llama Jefferson, ¿algún otro cuestionamiento, querida?

— Solo uno más, ¿cómo es que llegaste a Londres?, Estados Unidos y Reino Unido no son países vecinos

El mayor se quedó en silencio mientras mecía al pequeño que ya dormitaba.

— No debes decirme si no quieres Francis, perdona si he sido entrometida con aquello, solo somos amigos después de todo — Se disculpo, "solo amigos", aquella era la realidad, solo eran amigos que salían de vez en cuando pero no llegaban a ser algo más que le permitirse pedir respuestas de algo que no era de su incumbencia

— Eres más que mi amiga Ashtoreth y no eres una entrometida en lo absoluto, solo que...son cosas que en ocasiones deseara olvidar — Confesó con pesar — Desde que tenia dieciséis tuve que unirme a la armada estadounidense, ya sabes, el servicio militar que se exige a los varones, tuve que estar en tantas guerras contra países que no conocía y matar a personas que en mi vida había visto, estudié para ser profesor, la cual llegué a ejercer por un tiempo hasta que obtuve el dinero suficiente, tome mis cosas y me fui a París, ahí fue donde estuve de los treinta a los cuarenta años y dónde conocí a mi ex-prometida, posterior a ello me mudé a Alemania donde trabaje como contador, me trataron de encarcelar por mis métodos para realizar las cuentas y demás y finalmente decidí mudarme a Londres a los cuarenta y cuatro años.

La pelirroja se quedó en silencio, tratando de procesar lo que había dicho el contrario, soldados, guerras, profesores, cárcel, ex-prometida, aquello solo preocupó al albino que pensó que la niñera se había molestado de alguna manera.

— ¿Querida?

— Perdón, me he quedado procesando todo esto, una vida muy difícil, ¿no? — Pregunto sonriéndole

Francis correspondió la sonrisa — Si, una vida muy difícil, espero que pronto me cuentes tu historia querida

— Algún día Francis, algún día — Prometió recargandose en su hombro, su mano paso por los cabellos azabaches del bebé que seguía dormido en los brazos del jardinero y se permitió cerrar los ojos unos instantes.

Algún día le contaría su vida, pero hoy no era ese día, hoy quería disfrutar ese momento con el albino.

Hola mis hermosos lectores, feliz año nuevo, espero que se la estén pasando hermoso en familia.

Cómo regalo, les doy esta pequeña parte del fanfic, pensaba implementar los primeros pasos de nuestro enano hermoso, pero estoy demasiado cansado y ya mejor se los doy en la siguiente actualización <"3

Los amo.