No sé donde habías estado

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Reí un montón de veces al ver a James bailar cumbia, ese chico sabía moverse y no cabía duda que lo disfrutaba.

"Anda Samira, venga a bailar conmigo"

"James no" reí aún más mientras el Colombiano tomaba mi mano para hacerme bailar en el centro de la sala, me moví lo mejor que pude porque vamos, ¿Es que alguien puede superar lo genial que bailan los colombianos este tipo de danzas? son letales con los movimientos pélvicos y el goce.

Alrededor de 5 minutos nos la pasamos así, disfrutando de un sin fin de canciones que liberaban todo tipo de tensión en mí.

Me tiré al sillón seguido de James, jadeabamos de cansancio pero no podíamos parar de reir.

"Gracias por bailar conmigo bella dama, ¿gusta de un refresco?" se paró dirigiendose a la cocina.

Le seguí entusiasmada, cual niña de 5 años, hacia tiempo no sentía tanta adrenalina en mí, tanto que solo quería tirarme encima de él y abrazarle por hacerme renacer de esta forma.

"Un poco de agua me vendría bien, porfavor" sonreí sentandome por fin en los pisos de la cocina americana.

Me tendió el vaso y en un 2 por 3 ya lo había terminado, miraba con detención cada gesto de éste. Sus facciones eran extremandamente marcadas, algunas más suaves que otras, era un equilibrio perfecto. Su sonrisa, vamos, era perfecta, simplemente lo era. Sus ojos levemente achinados al sonreir o cuando trataba de concentrarse en algo lograba mover mi corazón y mi estómago de una manera impensada ¿Qué hará este chico para ser así?.

Por inercia mordí mi labio cuando este lo hizo, mientras chequeaba su movil o quizás se tomaba fotos, no lo sé.

"¿Por qué me mira tanto, bonita?" sentí como me encogía en mi puesto. Era ya recurrente que me dijese así, y con recurrente me refiero hacia unas dos semanas. Bonita. Me gustaba.

"¿Acaso ya no puedo"? sonreí divertida.

"Yo feliz de que lo hagas, me arreglo para ti" guiñó su ojo.

Me giré y me limité a festejar mentalmente, no sabía que provocaba, pero vaya que me sentía feliz.

"Oye, Samira. Sé que no es un buen momento pero... Ayer Cristiano se me ha acercado en el entreno" me giré al instante, pude ver como rascaba su nuca y ladeaba una sonrisa nerviosa "Me ha preguntado que, como estabas y tal"

"Que descarado, ¿Es que no le bastó con dejame media muerta en el estacionamiento?" murmuré enojada.

"Ya, si es lo que le he dicho yo, pero ya ves como se pone mi parcero cuando le contradicen y le faltan el respeto"

"Ajá, tu parcero" me dirigí a la sala, no quería hacer un berrinche pero vamos ¿amigo de la persona que ya ha estado varias veces a punto de matarme?

"Samira vamos, que él a mí no me ha hecho nada. Eres tú la que sigue ahí, aceptando que todo pase" gritó algo exasperado.

Me helé por completo, juro que me mantuve alrededor de 3 minutos en el mismo sitio, siendo incapaz de moverme del lugar.

"Espera, está bien, lo siento, que no pienso eso" James soltó frustrado.

"Está bien, me ha quedado claro" tomé valor para mirarle, me dispuse a subir las escaleras en dirección a mi habitación provisoria pero me detuve antes "Y sabes, no es fácil, para nada fácil ver como la persona que amabas, la persona que hasta cierto punto considerabas el amor de tu vida juega contigo, te manipula, te anula tanto psicológicamente que comienzas a asumir que tiene razón... Pero claro que tiene razón, ¿no? si me merecía esa cachetada por llegar tarde, me merecía esas patadas por salir sin avisarle, me merecía ser golpeada hasta casi morir porque él malinterpretó algo y me tratase de puta" solloze "Y quizás lo soy, una hija de puta que le faltaba el respeto, su marioneta, su juguete. Permití cada una de las cosas por el amor que le tenía y que aún, en cierta parte de mi cuerpo, existe algo de aquello y que es lo que me impide atentar contra él, ¿La gente cambia? pues no, no lo hacen James" bajé hasta llegar frente a él "Yo pude siquiera escapar un tiempo de él y salir viva de ello, pero hay muchas que no James, y no estamos mal por seguir ahí, junto a nuestros maltratadores, estamos mal porque ellos hicieron que estuvieramos mal. El miedo por sobre todo es lo que nos mantiene ahí, es un puto círculo vicioso del que se hace casi imposible salir" le empujé, o lo intenté por lo menos "Así que no me vengas a decir, James Rodríguez, que todo esto es culpa mía. Porque en ningún caso, lo soy" lloré mientras soltaba cada palabra de mi boca, me miraba asombrado, el solo decir su nombre la piel se me ponía de gallinas y las piernas me temblaban.

James me abrazó, me tomó y me llevó a mi habitación, suspiré ante el roce de la cama con mi cuerpo.

"Lo siento bonita" besó mi frente, tomé su mano y le detuve cerca de mí.

"No vuelvas a ser un idiota, Rodríguez"

"Nunca más, es solo que, no sé. Me afecta este tema por igual, nada lo justifica pero fue un trance que juro no se volverá a repetir".

Sonreí, Cristiano en su vida hubiese dicho eso, que apenada me sentía por pensar en ese pelotudo teniendo a tremendo partido en frente de mí.

Acaricié su cuello mientras este tomaba mi cara y hacía pequeños círculos en mis mejillas, nuestra distancia era considerablemente poca, podía sentir chocar su respiración en mi cuello.

"James" le llamé, este subió su cabeza al instante, dedicandome una sonrisa y como dando paso a que siguiese.

"¿Que desea decirme?" frunció el ceño luego de que solo lo mirase fijamente como por medio minuto.

"Nada que decir, James, nada de nada" tomé su cara y terminé con la distancia que nos separaba.

Besarle era perfección en esos momentos.

Nuestras bocas y lenguas en sincronía y nuestras manos buscando acortar aún más la distancia, buscando hacernos uno, un todo.

No sé donde habías estado y porqué no te encontré antes, James Rodríguez, pero juro que llegaste a tiempo y deseo que no te vayas más.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2019 ⏰

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Maltratada (Cristiano Ronaldo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora