Capítulo 3

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Harry había notado que Ginny estaba un poco más ¿Irritante?, ¡Si, Irritante!.

Por algún raro motivo la pelirroja ya no dejaba que nadie se le acercara, ni siquiera la pequeña Luna quien hablaba tranquilamente sobre los reyes de no sabía que cosa y de la princesa de que sabe que, pero la compañía de la rubia le hacía sentir muy bien ya que ella transmitía paz y tranquilidad.

Harry a veces se preguntaba porque los cambios de todos a su alrededor, Ron se comportaba frío y sarcástico, mostraba más sus celos y era racio a lo que le pasaba. Ginny estaba muy empalagosa e irritante, pedía a gritos su atención y se comportaba de mala manera con Luna y Hermione, a esta última ya la llamaba sangre sucia cuando data no se daba cuenta. Neville estaba normal, hablaba y se mantenía tímido pero lo que había notado es que evitaba a Ginny como si la pelirroja tuviera alguna enfermedad.

Al llegar a la sala común, notó a los gemelos hablar con Hermione, los pelirrojos parecían serios algo sumamente raro ya que ellos siempre portaban una sonrisa, la cual apareció cuando le vieron.

- Harry, te sientes bien - pregunto Fred o era George, la verdad es que no sabía

- si, solo que tengo un poco de nauseas - se sonrojó, rara vez le pasaba eso y cuando le pasaba era cuando su tía Petunia le obligaba a comer lo que ella cocinaba

- será mejor que te vayas a descansar- sonrío Hermione - los gemelos y yo te llevaremos un poco de cómoda ligera más tarde

Harry asintió, desde hace días su estómago estaba revuelto y rechazaba todo lo que se le daba. Ahora más tranquilo se encaminó a su dormitorio a descansar un poco.

Dos horas más tarde, hermione y los gemelos hicieron acto de presencia junto a una bandeja de comida, el sueño había sido perfecto claro que ahora su estómago pedía lo que le correspondía de alimento.

- Hola - sonrió Hermione - para comer hay papas preparadas con lechuga, pollo, quedo y un poquito de crema y de tomas agua de limón

- Hermione convenció a los elfos de hacer otra cosas que no fuera tan pesada para ti - dijeron los gemelos

Harry se sintió soñado, las comidas de la escuela eran pesadas y lo que el deseaba era algo ligero como lo que su mejor amiga le estaba dando. Mientras comían hablaban sobre sortilegios Weasley, al parecer la construcción iba perfectamente, estaban tranquilos hasta que Ginny hizo acto de aparición, estaba muy enojada.

- ¡Harry Potter! - grito - ¡se puede saber porque no haz comido lo que yo te he preparado!

La pelirroja parecía estar enojada, tanto que ni había notado que sus hermanos mayores estaban ahí junto a la castaña.

- Ginny, tus hermanos me han traído algo que es ligero para mí estómago, ya que no me he sentido bien - explico el azabache - aparte no creo poder ir al resto de las clases hoy

- ¡Y eso que!, ¡Me mate haciendo esa comida para unos cerdos la estén probando como si fuera de ellos! - volvió a gritar - parece que no me quieres Harry

Eso último lo digo con voz chillona, los gemelos parecían indignados de que su propia hermana no los notara, aunque a Hermione les daba igual.

- Ginevra - hablo l castaña llamado la atención de la pelirroja - Harry no se sentía bien, ha venido a recostarse y en segundo plano, tu comida esta llena de grasas y a saber de qué otras cosas, así que Harry debe de comer ligero

Harry notó que Ginny se tragaba sus palabras y salía del cuarto corriendo, pero eso no le importaba, le importaba más estar con los gemelos y la castaña, claro que ahora le captaba la atención la comida que aún quedaba en su plato.

𝓛𝓪 𝓒𝓻𝓲𝓪 𝓓𝓮𝓵 𝓛𝓮𝓸́𝓷 ᵗᵒᵐᵃʳʳʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora