Capítulo 101

3.9K 292 17
                                    

Aviso: Hola, quería decirles a todos que a partir de ahora, todas mis historias llevaran mi firma, (No la que ocupo en la credencial), así que puede ser que en el lapso de hoy o mañana cambie la portada.

También les aviso que este capitulo va hacer mas que nada narración y poco dialogo.

sombra400 tu personaje aparece y el nombre no está bien colocado, me dices para corregirlo y si no eres , perdón, es que te tengo anotada en mi libreta con tu personaje, pero creo que no lo escribí bien.

La búsqueda de los horrocruxes era un éxito, Harry, Hermione y Blaise estaban encantados con la idea de lograr el objetivo que su señor, tío y amante les pidió. Harry cada tres días recibía la visita de Hedwig quien estaba bajo un hechizo de identidad, recibía cartas de sus padres, hermano y tíos, contando como era la vida en el castillo.

Neville había expresado el sueño que era ver las rabietas de Ginevra quien se había vuelto el centro de las burlas, si bien sabía que los Weasley la podía sacar de ahí, también sabía que no lo harían, más que nada porque la necesitaban para espiar a todos.

Sus padres James y Lily estaban como profesores, su padre como profesor de vuelo y su madre de historia de la magia, ambos con pequeñas identidades que si bien se molestaban en usar, les era divertido ver la desesperación del viejo por no poder atravesar las barreras de la escuela.

Remus le había escrito desde alguna parte de alemania, a vista de que Greyback había caído enfermo, Lunático tuvo que hacer acto de presencia para poder el mando de la manada, con él se había llevado a Teddy quien parecía muy feliz de estar lejos de todo y de todos. Además de que los que quedaban del lado de la vieja pasa y que no sabían la verdad, cuestionaban el porque se había ido, pobres ilusos.

De Tom había recibido cartas muy cortas y siempre firmadas con el nombre de John Granger, en esos pequeños trozos de papel, el mayor le decía lo mucho que lo extrañaba y que deseaba volver a verlo.

Hermione por su parte observaba la orquídea que su tío y padrino le había dado, en la carta que había sido adjuntada, le decía que cuando estuvieran listos para volver, solo debían de pedírselo a la orquídea.

Su padre también le había mandado una carta, en ella expresaba cuando la extrañaba le quería, ser el nuevo profesor de pociones era divertido, aunque parecía que a Severus le molestaba no poder impartir algunas clases por su cuenta. 

Draco Malfoy también le había enviado una carta, el tiempo que estaban juntos conoció al verdadero Malfoy, era un chico tímido en muchos aspectos que trataba de actuar como si fuera el puto amo, claro que no, también había conocido otra versión, una en donde él se peleaba con sus amigos por una manzana verde, o cuando se burlaban entre Theo y Draco por el echo de que el primero quería enterrarlo bajo un árbol y el segundo quería ser enterrado con su peluche en forma de dragón. Sonrió, su corazón latía cada que pensaba en ese rubio idiota que era no solo su primo, sino que también su prometido.

Blaise por su parte estaba atento a todo lo que pasaba en la escuela, Pansy su mejor amiga y prometida le escribía la mayor parte del tiempo, el dolor que ella sentía era muy fuerte y no era para menos, sabía que Draco estaba con Theo a veces en algunas misiones de rescate hacía los menores, Astoria estaba un curso abajo así que no compartía clases con ella, y Daphne, Blaise solo podía suspirar al recordar a su amiga, la ausencia de la rubia era como un puto puñal en el pecho, sabía que todos lo sentía, pues él mismo había visto como Harry y Hermione mandaban una rosa blanca. ¿Cuánto más debían de perder? Ya no podía.

En Londres, Tom paseaba por las calles de la ciudad con un pequeño grupo de niños entre seis a nueve años, los pequeños había asistido a la escuela muggle hasta esos días, ya que los pequeños al ser magos y brujas, pasaban a su cuidado.

- Señor Riddle - le llamo una pequeña de cabello marrón atado en dos coletas - ¿A dónde vamos? 

- A un lugar donde nadie los va a lastimar - aseguro él mientras los observaba con sus brillosos ojos azules - Tendrán varios amigos que los van a cuidar y sobre todo, ningún adulto les va a herir 

Tom lo supo por la mirada de los niños, ellos habían sufrido a manos de lo demás, por eso cuando se aparecieron en la mansión Black cortesía de las hermanas y primos Black antes de que Sirius cayera en coma, todos la miraron con sorpresa, muchos parecían asustados, pero de la nada, varias cabezas de distintos colores y niños de diferentes tamaños se acercaron a él.

- ¡Tom! - exclamaban mientras se acercaban corriendo

- ¡Viniste! - dijo una pequeña niña mientras sujetaba la mano de un niño mayor - Creíamos que no ibas a venir 

- Pero aquí estoy, les he traído nuevos amigos - comentó seguro 

Los niños recién llegados observaron con sorpresa las caras de felicidad que los demás les transmitían, Jake el mayor de todos a un mes de cumplir sus diez años, observo a los niños y niñas frente a él. Llevaban uniforme, muy parecido a un escolar, los niños llevaban unos pantalones negros, unos zapatos oscuros, camisa blanca de botones y lo que a su vista parecían grandes abrigos que llegaban hasta el suelo, muy parecidas a las que el señor Riddle llevaba, después observo a las niñas, falda hasta sus pequeñas rodillas, camisas blancas, calcetas, zapatos escolares, el cabello de la mayoría iba atado en coletas altas con moños de colores translucidos eso lo podía notar por la luz del sol, al igual que el resto llevaba abrigos largos, la única diferencia era que parecía que el de las niñas era más fina. 

Jake se acerco al mayor de los que estaba ahí, podía tener unos doce años posiblemente, tenía el cabello rubio castaño, pero lucía una bonita sonrisa en sus labios, no supo porque pero su corazón latió ferozmente.

- Bienvenidos a Lumus - dijo el niño de cabello rubio - Aquí estarán a salvo, Tom jamás dejará que algo malo nos vuelva a pasar

- Gracias - respondió Jake, observando al todos - Estamos en casa

Los demás niños se sintieron aliviados, para ellos Jake era el responsable y ahora que este parecía estar de acuerdo, no se sentían tan perdidos.

[...]

En las afueras de Londres, en una casa con protecciones para no ser descubierta jamas, un hombre se encontraba con un pequeño niño que lloraba por el dolor que sentía en su cuerpo y más en su parte baja.

Ese hombre era nada más ni nada menos que Albus Dumbledore y el niño que lloraba sentado en sus piernas era un joven muggle de seis años. La persona frente a él era Arthur Weasley quien disfrutaba del espectáculo.

- Quiero que vayas y traigas a alguien ante mi - pidió el anciano

- A quien, mi señor - cuestionó el pelirrojo

- Quiero que tu y Ronald vayan y me traigan a una de las mayores amenazas de mi lista - comento el anciano - Esta persona esta buscando a Adharar LeFay

Ronald quien estaba ahí, observó al mayor, ¿Quien podía ser una gran amenaza en esos momentos? ¿Quien necesitaba a esa vidente?

- ¿Quien la busca? - cuestiono el menor

- Theodore Nott - respondió el anciano

𝓛𝓪 𝓒𝓻𝓲𝓪 𝓓𝓮𝓵 𝓛𝓮𝓸́𝓷 ᵗᵒᵐᵃʳʳʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora