Capitulo - 6 - Frenesí

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Adán no dejo de pensar que Lilith estaba siendo engañada por el hombre del otro lado de la cerca. La mente de Lilith se encontraba perturbada por las palabras y pensamientos de Lucifer.

Deseaba ayudarla, esclareciendo su mente, solo que algo lo detenía en su deseo:

¿Acaso Lilith le ha pedido de su ayuda? La respuesta era un claro y rotundo, no.

Una vez más como todas las mañanas busco a la hermosa mujer del Edén, sin gritar su nombre avanzó por el lugar donde suele estar, cerca de la colina entre el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo.

Descubrió que allí pasaba las noches y algunas tardes de soledad.

Esa mañana en particular, Lilith no despertó al sentir los rayos del sol. Alargó unos minutos más su sueño bajo la sombra del árbol prohibido, su favorito entre todos ya que ningún animal se acercaba a dicho árbol; aunque también apreciaba el hecho de que desde él la vista que poseía era perfecta, otro atractivo de su lugar favorito.

Sus labios formaron una sonrisa, soñolienta soltó un suspiro que la llevó a morder su labio inferior. Un hormigueo en su piel recorría su cuerpo erizando sus vellos rubios como su cabello, el frio del hormigueo se deslizo por su cuello hasta llegar a su pecho arqueando su espalda inconsciente de la caricia del extraño.

El frio fue bajando de su pecho a su abdomen contrayéndolo por la caricia. Las sensaciones intensas fueron suficiente para despertar a Lilith, aun así mantuvo sus ojos cerrados negándose a salir de su letargo dejo que el hormigueo siguiera por su muslo suspirando. Despertar esa mañana se había vuelto todo un reto.

—Lilith

Contrajo su rostro molesta por la voz. Interrumpida en ese preciso momento cuando pensaba que alcanzaría la cima de las sensaciones en su cuerpo.

—Lilith.

De nuevo aquella molesta voz obligándola a salir de su encanto. No pudo ser más grande la decepción al encontrar a Adán cerca de ella.

—¿Qué? —molesta observó al hombre petrificado delante de ella.

—No te muevas —susurro.

Fastidiada y sin entender su actitud vio al responsable de sus caricias matutinas regalándole una sonrisa.

—¿Por qué no debería moverme? —Pregunto suave acariciando la protuberancia sobre su cuerpo—. Estaba muy cómoda antes de que llegaras a interrumpirnos.

—Es una serpiente, Lilith —trago grueso mirando la naturalidad en que sus dedos acariciaban al animal sobre ella—. He visto lo que hace.

—¿Qué es lo que hace?

—Son peligrosas, y... no son buenas.

Con un mohín en sus labios acaricio la cabeza del reptil prestando atención a sus penetrantes ojos amarillos. Ese animal le hacía compañía todas las noches despertándola por la mañana.

De todos los animales del Paraíso era la más solitaria sintiendo una conexión especial con ella.

—Para mí no lo es —deslizo de nuevo las yemas de sus dedos por la extensión de su largo cuerpo el cual descansaba sobre ella—. Solo no la entiendes.

Con delicadeza tomo la cabeza de la serpiente de color tierra y dorado, dejando que descansara detrás de su cuello. Con mimo volvió a acariciar sus escamas recibiendo una caricia de su fría lengua en su mejilla.

—¿Lo ves? Es inofensiva —rodo los ojos.

Se colocó de pie mirando la pose extraña de ataque que llevaba como si estuviera a punto de atacar a alguien o algo.

Lilith #PGP2024 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora