Epílogo
Sí, fui la primera mujer del Paraíso. La primera en estar en ese jardín bendito. Disfrute de sus aguas vírgenes y cristalinas. Probe cada uno de sus frutos. Y mi olfato se lleno de cada flor que allí se encontraba. Fui la primera en disfrutar de ello.
¿Mi propósito? Uno mayor. Uno más grande que estar detrás de esa cerca, me sentí limitada por eso decidí romper las cadenas que me ataban e ir por aquello que merecía. Desafié a mi Padre, me levanté contra él. Descendí a los infiernos, conociendo otro Paraíso maldito al cual llamé mi reino.
Así fue como abandone el Edén. Fue así como cree mi reino. Me gane el respeto de todo un mundo, inclinando su cabeza ante mi presencia. Nadie se atrevía a cuestionar mis deseos u ordenes; desde mi trono no solo vi arder el Infierno, pues la Tierra sucumbió ante mis pecados capitales y la perfección se esfumo de las creaciones de Dios.
Humanos. Cada vez mas podridos, Lucifer no perdía tiempo en arrastrar esas almas ocupando los confines del Inframundo con el fin de arrastrarlos al sufrimiento eterno. Intercambiando sus almas, por cosas tan absurdas y sin sentido. Mientras más los observaba menos los entendía.
Sin embargo, son un espectáculo digno de apreciar. La guerra que libramos contra nuestro Padre Celestial, no era la única que se llevaba a cabo. En la Tierra, entre ellos se destruían y que fácil es culpar al Diablo por todos sus pecados y errores. No negare lo divertido que es usarlos de peones en nuestro juego, aunque ellos son capaces de cavar su propio agujero sin fondo.
La guerra entre Padre y nosotros, parecía no tener fin alguno. La Tierra se volvió nuestro campo de batalla en donde nuestros guerreros más fuertes luchaban. Él, envió a su hijo a sacrificarse por los humanos, Jesús sufrió ante los ojos de su benevolente Padre sin que este hiciera nada para salvarlo. Sus creaciones, se volvieron en su contra, no creían en su palabra, comenzaron a adorarse entre ellos y venerando a falsas estatuas. Crearon sus propios Dioses olvidándose de quien los había creado.
El olvido, es lo minino que merecía sufrir. Disfrutaba cada vez que alguien rechaza a Dios negando su existencia, así como el me negó a mí, sustituyéndome por Eva.
La historia solo habla de esa insignificante mujer, la claman a ella como la primera cuando en realidad fue la segunda, un remplazo nacido de Adán. Porque alguien tan imbécil, solo podía estar con otra que fuera su igual. Eva, solo nos volvió el lado débil de la historia de la creación. Las mujeres, solo aprendieron bajo la mal escrita Biblia, a bajar la cabeza, volverse débiles y lloronas esperando por un Adán que las abrigue.
Durante siglos, he tenido que ver como las han reprimido dándole el poder a los descendientes de Adán. La historia seria otra con mi existencia, pero Dios no acepta las equivocaciones y por eso es que prefirió mantenerme oculta entre las sombras del mito y desconocido.
Lucifer, se volvió nuestro representante. La historia lo culpa de todo el mal existente, su rostro es adorado por cultos ocultos, nuestra palabra se va difundiendo poco a poco entre los humanos como susurros oscuros en la noche. La estrella de la mañana, me uso como objeto de su venganza contra su Padre, al final las cosas se volvieron en su contra.
—¿Todo listo? —pregunte al encontrarme con Lucifer.
Dio vuelta observándome ir hasta él, rodee mis brazos por cuello quedando en su espalda observando aquello que lo tenia tan entretenido.
—No podía hacerlo sin ti —le mire buscando entre esas palabras.
No eran tiempos de melancolías. No era tiempos en donde nos permitiéramos flaquear. Teníamos un ejercito delante de nosotros esperando por nuestra orden para atacar. De nuevo nuestro hijo estaba en la Tierra, nacido bajo la luna de sangre esparciendo la semilla del mal. Dios preparo a sus mejores guerreros, nosotros preparamos a los nuestros.
Los humanos prepararon los campos de batalla plagándolos de cuerpos putrefactos producto de sus guerras.
—Con la luna de sangre de nuestro lado, por fin ganaremos. Destronaremos a Dios con ejercito de criaturas oscuras que no podrá acabar.
No había mas placer que el de estar en batalla. Sentir el temor y la agonía, robando el ultimo rayo de luz al cortar sus cabezas.
—Lilith —pronuncio mi nombre con aquello voz gruesa.
—¿Qué? —respondí al verme detenida por él.
Con afán busco mis labios, sostuve su rostro buscando fundirnos en nuestras bocas. Juntamos nuestros cuerpos hasta que logre arrancar un gemido al morder su labio.
—¡Lilith! —reclamo al ver la sangre de su boca.
Saboree ese exquisito sabor riéndome de su expresión. Molesto avanzo ordenando desde su lugar ir a batalla. Las tropas comenzaron a movilizarse según el plan de ataque. Volví a envolverlo en mis brazos desde la espalda observando como nuestro ejército avanzaba.
Lucifer, no sería nadie sin mí. El hijo desterrado por su Padre, condenado al submundo oscuro. Él, era el presentante del mal, pero al final detrás de él estaba el verdadero mal.
Yo, Lilith, reina del Inframundo, ama y señora de las tinieblas; soy el mal vestida de mujer.
ESTÁS LEYENDO
Lilith #PGP2024 [TERMINADA]
FantasyLa historia no es como esta escrita en la Biblia. Y no fue Eva la primera que disfruto del paraíso. La primera mujer no salió de la costilla de Adán, ella fue creada como su igual, Lilith, fue la compañera elegida para el primer hombre de la tierr...