𝑭𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒆'𝒔 𝑭𝒐𝒐𝒍 || ❝ The Closer You Look, The Less You'll See ❞
Cuando mi madre estaba viva, la magia era la única cuerda que nos mantenía a ella y a mí juntas. Los trucos tontos de cartas; incluso sacar un conejo de la chistera. Todo me...
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En cuestión de minutos, salimos corriendo por la puerta trasera del teatro. Jack no pierde el tiempo y abre la puerta de una patada con fuerza bruta y salimos a toda velocidad por la escalera de incendios metálica. El corazón me martillea en el pecho mientras le sigo, nerviosa y llena de adrenalina. Bajamos volando las escaleras una a una, aterrizando en la azotea del teatro pero sin detenernos en ningún momento, sólo avanzando. Oigo un sexto par de pasos detrás de nosotros y giro la cabeza un segundo para echar un vistazo. Veo a la detective Dray persiguiéndonos y se me abren los ojos del miedo.
—¡La tenemos encima! —grito temblorosamente, haciendo que los Jinetes me miren durante una fracción de segundo antes de volverse hacia los obstáculos de delante.
Jack se acerca al borde del tejado, apoya las manos en el cemento y mueve las piernas para aterrizar en un segundo tejado más bajo. Lo sigo rápidamente, saltando por el borde y continuando mi sprint detrás de Jack mientras los otros Jinetes despejan el borde.
Jack se da la vuelta rápido mientras corre y me coge de la mano para tirar de mí. Sabía que, para evitar que nos encontrara el FBI, los cinco teníamos que separarnos, aunque Jack no parece querer dejarme ir por mi cuenta. Dado que tengo en el bolsillo el rastreador necesario para colocárselo a Rhodes, se queda a mi lado para que pasemos juntos la parte difícil.
Jack y yo giramos bruscamente a la derecha mientras los demás siguen corriendo hacia delante, y Jack se dirige directamente hacia una escalera metálica que nos conducirá a un callejón. Me suelta la mano para empezar a descender, saltando para aterrizar en el suelo cuando le quedan pocos peldaños. Le sigo rápidamente, bajando por la escalera mientras me miro los pies. Cuando estoy lo bastante cerca del suelo, dejo caer los pies y Jack me atrapa por los brazos, estabilizándome.
—¿Tienes el rastreador? —pregunta nervioso, y yo asiento con la cabeza, respirando con dificultad.
Lo saco del bolsillo, lo miro y lo pongo en la mano de Jack. Él cierra los dedos en torno al objeto y echa un vistazo al oscuro callejón en busca de la bolsa que habíamos colocado aquí apenas unas horas antes. Mientras Jack localiza la bolsa que contiene un disfraz de policía, yo miro nerviosa hacia lo alto de la escalera.
