Capítulo I.

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                                                      Moscú, Rusia.

-Ha quedado todo preparado. -Dice el chico de ojos miel dirigiéndose a todos sus compañeros.

-Creo que no hay mejor lugar para una fiesta que en el propio casino del jefe. -Comenta Dario con sarcasmo, mientras toma asiente en uno de los sofás de cuero, dentro del despacho.

- ¿Invitarás a alguno de tus amigos gays?-Incitó el castaño, levantando las cejas con diversión.

-No. -Respondió el rizado de manera seria para después salir del despacho dando un portazo.

-Parece que no le cayó muy bien tú broma, Ryan. - comenta Guido con ironía. 

Este simplemente encogió los hombros restándole importancia.

-Bueno, como les iba diciendo sobre esta noche...-Comenzó Guido, intentando reanudar la conversación anterior, pero fue interrumpido por el sonido de la puerta.

- ¿Alguno sabe qué le pasa ah, Dario esta vez?; Ha salido hecho una furia. -Comenta Estéfano, entrando al lugar-. No quiero más peleas esta semana, recuerden que soy su jefe y puedo deshacerme de ustedes cuando quiera. - Ladea una pequeña sonrisa.

Entró a la sala y dirigiéndose a la mesa de licores para servirse un whisky.
Se detuvo justo antes de comenzar a beber, miró a los presentes con el ceño fruncido con total confusión.

- ¿Por qué todos están reunidos sin que yo lo sepa? ¿Hay alguna emergencia o novedad de la que yo requiera enterarme? - inquiere con enojo; ya que no le gustaba que realizaran cosas sin su autorización.

-Bueno, señor que nos quiere matar a todos. -Respondió Ryan -. Nosotros estábamos arreglando los últimos detalles para su sorpresa de esta noche.

Estéfano suspiró molesto girando los ojos y habló dirigiéndose a Guido.

-Te había dicho que no quiero nada para mí cumpleaños.

-Y yo te dije que no me importa lo que tú quieras, tendrás una fiesta de cumpleaños porque todos queremos una excusa para emborracharnos y salir de la rutina. -inquiere Guido . - No hay nada que puedas hacer contra eso. -Sonrió cínico.

Guido, es su mejor amigo, pero es un grandísimo idiota.

(***)

Los autos se detuvieron frente a un casino que tenía el nombre "Island King" escrito a base de luces con colores neón. 

De Santis había construido dicho local con el objetivo de pasar desapercibido en la sociedad, sólo siendo un hombre con un trabajo que pudiera explicar el dinero que tenía.

- ¿En serio? ¿Una fiesta en mi propio casino? -cuestiona con fastidio.

-Es el mejor casino del lugar. -inquiere Ryan. - Además, hemos traído sorpresas. -Ríe encaminándose hacia el local.

El pelinegro sólo suspiró pesadamente y lo siguió.

El ambiente tranquilo del local era interrumpido por la música en él, las luces y los hombres recién llegados. 

Al menos conocía a todas las personas presentes, así que se permitió relajarse y comenzó a dirigirse al bar del casino.

- Estéfano, no te escapes. - Dario llegó hasta donde él -. Aún tenemos una sorpresa más para ti.

El susodicho lo tomó de los hombros para dirigirlo hacía los sofás de cuero del local que estaban ubicados frente a un escenario y le indicó a Estéfano que tomara asiento junto a Ryan y Guido.

- ¡Que comience el show! -Inquiere Guido, con cierto toque de diversión en su voz.

Un género distinto de música comenzó a sonar y diez hermosas chicas salieron al escenario. Inmediatamente Estéfano supo de qué se trataba eso.

-Oh, los odios malditos bastardos. -Negó con la cabeza, pero tenía una enorme sonrisa en su cara.

-Sabíamos que te gustaría. -responde Guido, con un toque de diversión.

De pronto la sala donde se encontraban se quedó casi completamente obscura para luego de unos segundos volver a encenderse.

Esta vez en medio del gran escenario había un tubo en el cuál una chica, cuya vestimenta consistía en un seductor disfraz de gatita, comenzó a bailar para todos los presentes.

Después de que cada una hiciera su presentación las chicas comenzaron a bajar del escenario; algunas se dirigieron a los demás tubos para seguir bailando, mientras que cinco de ellas se dirigieron hacia ellos.

-Oye, sé que eres la principal. -Dijo una de las chicas a la "gatita"-Pero realmente me parece atractivo el cumpleañero ¿Crees que podría...? - juega con un rizo de su cabello. -Ya sabes, atenderlo.

La chica frente a ella se detuvo y encogió los hombros.

-Está bien, de hecho, me gustó bastante el rizado. -Le respondió por encima de la música-. Yo iré con él y tú ve con el cumpleañero.

La stripper principal se dirigió directamente al chico anteriormente mencionado.

-Hola guapo. -Sonrío sentándose en su regazo-. Me llamo Mabel. -Comentó susurrando en su oído.

Por su parte el rizado sólo pudo responder con una sonrisa más parecida a una mueca.

Mientras tanto del otro lado del salón una de las chicas se dirigió al anfitrión de la noche.

-Felicidades cumpleañero-Comentó con voz suave posicionándose frente a él-. Tal parece que yo soy tu regalo.

De Santis, sonrió tomándola de la cintura para sentarla en su regazo.

-Nunca me han gustado los regalos, pero este parece ser bastante bueno. -responde con voz ronca.

-Oh yo me aseguraré de que lo sea. -La chica se dio la vuelta y comenzó a bailar haciendo movimientos lentos de cadera.

El pelinegro por su parte sólo se dedicó a observar el espectáculo con una sonrisa.

- ¿Y tú cómo te llamas lindura?

La chica se giró para mirarlo con una sonrisa y se acercó para susurrarle al oído.

- Atenea.

El rey de la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora