Capítulo V.

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*Mientras tanto*

Adriano De Santis.

Llevo las manos a mi cabello algo abrumado, las cosas jamás se habían salido tanto de control.

Ahora hay un enemigo más.

Esta tarde me encontrá en mi bodega del sur, con las strippers de la noche anterior, cuando emboscaron el lugar dejando muertos y robando mi mercancía.

No estoy muy seguro en que sea la mafia dirigida por los Petrov, de quienes me llegó el expediente esta misma mañana.

Se que hay alguien más, atrás de todo esto, alguien más poderoso, al cual tengo que encontrar.

Por otra parte está la chica Atenea, quien conocí aquel día en mi club, y a quien volví a contratar con tal de volverla a ver, y quién también resultó herida durante el altercado.

Esa chica de ojos azules, robo mi corazón esa mujer me está volviendo loco, y estoy concierto que eso está mal, llegué a la conclusión que solo tengo que llevarla a mi cama y todo terminara de una vez.

***
Atenea.

-¿Pero que coño, te paso?- pregunta Mikhail realmente enojado.

-No es nada.- respondo sin importancia.

Me quito la blusa, y me dirijo al baño de la habitación para tomar un poco de alcohol, el cual aplicó en mi herida, atragantado un grito de ardor, a lo que solo hago una pequeña mueca.

Mikhail se me acerca dando un suspiro, y me ayuda a cubrir la herida con una gasa; se quita su saco y me lo coloca, dejando un leve beso en mejilla.

- Cuándo te sientas mejor, te estaré esperando para hablar.

A lo que yo solo asiento.

Mikhail es un hombre increíble, es amoroso y cariñoso, muy sobreprotector, y demasiado guapo.

Pero a su vez el hermano de Milenka.

Me siento entre la espada y la pared, al no poder decirle el porque de las cosas, se que al decirle, se enojaría con ella, por su decisión tomada.

Mikhail Petrov es un mafioso muy reconocido aquí en Rusia, dueño de la zona norte, es mejor conocido como "el diablo", por su manera despiada de torturar y asesinar a sus enemigos.

Pero conmigo es un hombre demasiado diferente.

- ¿Y bien Atenea?, te escucho. - habla Mikhail un poco tenso y molesto a la vez.

Suelto un suspiro y pienso por donde comenzar.

- Milenka me ha obligado a un nuevo trabajo. - suelto sin más.

El me mira expectante y bebe completamente de su vaso de whisky.

- Ella me ha enviado de encubierta a la mafia de Stefano, quiere que le mantenga informada de todo lo que él pueda hacer... De verdad no quiero trabajar en esto, no quiero involucrarme en los asuntos de ustedes...Pero me ha amenazado... Es el último trabajo para saldar mi deuda con ella. - respondo enfadada.

Mikhail solo ríe un poco y propicia presión en el vaso que se encuentra en su mano hasta romperlo. 

- Ya te había dicho Atenea, que no tienes ninguna deuda con ella. - habla molesto. - No sé hasta donde quiera llegar con esto... Iré hablar con Milenka, desde este momento dejas de trabajar con ella. - se levanta de su asiento muy molesto y ni siquiera me permite mencionar una palabra de nuevo.


El rey de la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora