Hundír la flota

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Cuando desperté me encontraba atado en un extremo de la sala de mando y simplemente avance la cuerda en el tiempo haciéndola desaparecer. Me levanté y asesiné al que me había golpeado.

Cogí los mandos de la nave y la estrellé contra otra de más tamaño partiéndola por la mitad esa otra nave cayó encima de varias naves de batalla destruyéndolas al momento haciendo así una masacre.

Obviamente salí despedido de la nave por el espacio, pero no me pasó nada puesto que soy un dios. Subí a la nave más cercana y maté al piloto. Encendí el turbo y avancé hasta la sala de mandos de otra nave.

La corte pos la mitad matando a los que había dentro y si os lo preguntáis si, me da igual matar a quien sea. Soy inmortal así que aunque pudieran matarme reviviría el año siguiente.

Supongo que lo que hago es cruel y horrible y puede soñar muy repetitivo pero bueno es lo que hay. Así que seguiré así un buen rato más.

Llegue a la nave principal con una flota de naves en la que iban los padres de Ricardo y ellos obviamente. Ricardo puede ser altamente impulsivo pero hace lo mejor que puede. Sin embargo eso no le salva de palizas.

Desde las naves volamos el andar y todas las vías de escape es decir: naves. A continuación nos dirigimos todos por los pasillos de la nave hasta el bloque de celdas. Y una ves allí abrimos las que eran de aliados nuestros en la guerra.

Después avanzamos a la sala de control en la que estaba la chatarra de la buena. Cazarrecompensas por todos lados jefes de flotas y como no los mismísimos imbeciles
Que habían empezado esta guerra.

Y por supuesto lo que tocó fue leña de la buena contra esa gente. Por supuesto yo ataqué a los más fuertes.

-venga, no tienes nada que hacer contra nosotros-dijo uno de ellos.

-si tú lo dices.

Y empecé a repartir golpes a diestro y siniestro. No utilicé las armas en ningún momento y eso era solo para humillarles. Puesto que ellos llamaban mazos en las manos. Y aún así no lograron acabar conmigo.

-asumidlo, e ganado esta pelea.

-menos hablar y más pegar-dijeron a la vez.

-muy bien, ustedes lo han querido.

Cogí al primero y la saqué el mazo de las manos. Después le proferí un golpe en la cabeza dejándolo medio tonto. Pero aún así le di otro más en un punto vital para matarlo finalmente.

Después salté al otro y caí sobre su espalda.

-no des la espalda al enemigo.

Y lo agarre del cuello tirándolo al suelo. Y por si no había sido suficiente le salté encima unas cuantas veces haciéndolo morir.

-y bien, ¿quien es el siguiente?

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