El soplón

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Pasó un día en el que preparamos las armas y armaduras, según la información que le habían proporcionado a Rex la sentencia se reuniría con el que había matado a todo el colegio.

Así que podríamos matar a dos pájaros de un tiro. O ellos podrían matar unos cuantos pájaros de un tiro, pero ya sabes lo que dicen siempre positivo.

Cogimos la nave, tendríamos que ir a un planeta apartado puesto que habían quedado en verse en un bar del planeta, nosotros teníamos las coordenadas.

-buena suerte-dijo Hugo.

-la necesitaréis-dijo Henry sin que se le escuchara.

Rex se acercó a mi.

-Ricardo, deberías decirle algo a tu hermana-dijo Rex.

-ella está muerta.

-la tienes justo delante.

Miré hacia delante y allí estaba Gabriela. Era imposible que hubiera sobrevivido, pero la verdad es que nunca encontraron su cuerpo. Aún así ¿como sabía Rex eso?

Finalmente llegamos. El sitio era deprimente, un hangar en ruinas y lo que una vez había sido un castillo un montón de escombros esparcidos por el suelo de cualquier forma. Sin duda la guerra había acabado con aquel sitio.

Un pequeño bar delante de nosotros era igual de deprimente, pero si la sentencia estaba allí pronto no habría bar. Así que entramos. Varias personas sentada alrededor de una mesa discutían algo de una recompensa por matar a alguien.

Nuestro objetivo sentado tranquilamente en una mesa apartada cambió la cara cuando nos vio. Alzó su martillo y dijo...

-os estaba esperando, aquí vuestro amigo me a avisado de vuestra visita-dijo-pero ese no es el caso...

Lanzó su martillo hacia nosotros, la pelea había empezado. Rex clavó su hacha en el suelo y una profunda grieta se abrió en el. Lo que fue el bar se había reducido a escombros en segundos.

Ejecutamos el plan. Pero no funcionó, como él había dicho había un soplón entre nosotros. ¿Quien sería ese soplón? Dejando la pregunta de lado vi como Henry se daba la vuelta e iba hacia la sentencia.

Su anillo comenzó a brillar, y de repente su armadura se convirtió en una completamente distinta. Y su pelo antes negro se tornó aún más oscuro y varias de sus mechas se tiñeron de azul.

Él era el que había matado al colegio entero.

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