Desnuda tu alma (ADAPTACIÓN - FLOZMIN )

Capítulo: 41

La sonrisa de Lea Michele no había cambiado en nada a pesar de los años y las pequeñas arrugas que como a ella empezaban a notarse en su perfilado rostro soleado. La castaña de ojos acaramelados y llorosos no resistió ni por un minuto el impulso de abrazarla cuando Jazmin estuvo de pie frente a ella conmovida al percibir el afecto y la protección que los brazos de su amiga de la infancia la transmitían.

Jazmin por su parte se dejó abrazar a la alegría y el cariño que sólo Lea podía brindarle en sus peores días. Lo sostuvo con fuerza y ternura a la vez sintiendo el amor traspasar cada terso músculo de su cuerpo y cuando ar percató del leve estremecimiento y el sollozo de la mujer en sus brazos lo único que pudo hacer fue reconfortarla en silencio.

Después de un momento Lea abandono su pecho bajo la atenta mirada de Jazmin que la observaba con cariño antes de tomar el rostro entre sus manos para secarle las lágrimas y a continuación besar su frente, cerrando los ojos y apreciando con familiaridad el casto roce.

-Hey- dijo Jazmin apartandose para mirarla a los ojos- si no dejas de llorar hasta creeré que te hace feliz verme.

Entonces Lea sonrió golpeandola juguetonamente el brazo al tiempo que se secaba el resto de las lágrimas.

-Oh, no te sientas tan importante Del Río- dijo medio enserio medio en broma- es sólo que no puedo creer que hayas regresado.

-Ha pasado mucho tiempo lo se- admitió Jazmin mientras tomaban asiento en su antiguo banco.

La castaña suspiro entrelazando su mano con la de Jazmin que pese al tiempo seguirá sin esquivar su vínculo de amigas.

-Te eché de menos ¿lo sabías?

Jazmin asintió apenada, apartando un minuto la mirada antes de girar de nuevo hacia ella.

-Lo siento por irme sin despedirme- se disculpó y enseguida agregó- ¿como has estado?

Y ahí estaba también, la misma Jazmin cortante y de pocas palabras a la cual odiaba con un profundo amor...a veces simplemente algunas cosas eran irreversibles. Lea alzó la vista divisando a la lejanía el único atisbo de felicidad que le quedaba en la vida.

-No puedo quejarme- expuso y luego dijo con voz apagada- aunque debo admitir que estos últimos meses han sido un poco duros.

Preocupada por las sombras y el dolor que nublaron los hermosos ojos de su vieja amiga, Jazmin frunciendo el ceño se apresuró a preguntar.

-¿Qué es?

Encongiendose de hombros Lea empezó.

-Nada...sólo que la vida es tan extraña a veces ¿Sabes? Que cuando lo creemos tener todo, basta con un sólo día para que toda tu vida cambie estrepitosamente.

Asintiendo, Jazmin decidió guardar silencio dándole a su amiga un pequeño espacio para recomponerse de algo de lo que al parecer le causaba un profundo dolor. Ella a su vez y comprendiendo las palabras que Lea había dicho se tomo también ese momento personal para recapacitar acerca del giro que su propia vida había dado.

Ella con sus acciones había destruido algo tan hermoso como lo que tenían (sin darse cuenta) con Florencia.

-Es hermoso- observó Jazmin tras seguir la mirada de su amiga.

-Si ¿Verdad?- respondió Lea con orgullo.

Entonces su amiga estuvo de acuerdo mientras ambas contemplaban a lo lejos al niño de cabello rubio y piel bronceada que jugaba en la hierba con un cachorro que le ganaba en tamaño. De pronto Jazmin pregunto lo inevitable.

-¿Es su hijo?

Sin dejar de sonreír ni apartar la vista del pequeño rubio Lea contesto.

-Si, el más bello regalo que me hizo.