A Flor noble gustaba ver televisión decía y creía que era una porquería o mejor dicho la mayoría de sus programas lo eran. Afortunadamente Jazmin pensaba lo mismo, así que terminaron esa noche leyendo documentales de la ciudades antiguas, Londres en particular.
-Nunca mencionaste que habías elegido el puesto en Oxford por encima de Harvard- comentó Flor acurrucandose en el pecho de Jazmin.
Se encontraron en una de las tumbonas del balcón desde donde podían ver la Bahía de South Beach. Jazmin dejo el libro que leía a un lado y rodeó con sus brazos a Flor.
-No tuve opción, debía estar lo más cerca de la empresa. Me pareció lo más lógico además Oxford es igual de buena.
El suspiro de Flor suscitó la pregunta siguiente en Jazmin.
-¿Qué?- inquirió.
-Cada vez que leo sobre historia me transportó en el tiempo. Uno de los escenarios a los que siempre regresó es a Inglaterra. Me gustaría sólo por una vez hacerlos realidad.
Jazmin asintió y guardo silencio. Sabía que Flor jamás le pediría aquello hablando inconscientemente como si aún no supiese quién era su amante. Pero Jazmin si que tenía conciencia de quien era ella y de lo mucho que se conocía; era alguien que podía hacer relidad todos sus sueños.
Al fin y al cabo para eso estaba para hacerla feliz porque a que serviría tener tanto dinero en los bancos sino tenía con quien comoartirlo, Flor merecía cada centavo aunque no lo pudiese.
*
Pasaron tres semanas, tres semanas en las que Jazmin enamoró a Flor con cada detalle, como la había prometido. La comió en chocolate y fresas dentro de la tina, saboreando su escensia mezclada con lo dulce de la fruta y lo amargó del cacao.
Antes de su paseo por la Bahía Jazmin había mandado a que cubrieran parte de la arena en la playa con pétalos de rosas de colores rojos y blancos siendo estos símbolos de la pasión y el amor que ambas compartían acabando en una noche maravillosa donde no sólo disfrutaron ellas.
Muchas parejas sin distinción de raza, sexo o color caminaban a lo largo y ancho del suave recorrido, otros sentados sobre el manto rojo creado mientras veían los fuegos artificiales en el cielo.
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-Tu y tus detalles extravagantes.
Le dijo Flor medio enserio medio en broma.
-¿Quieres que pare?- surgió Jazmin tomándola de la cintura al tiempo que alzaba una ceja colorada- porque puedo si me lo pi...
-No- se apresuró a decir Flor enlazándola por el cuello.
Entonces Jazmin se inclinó para besar su sonrisa.
-No podría parar aunque quisiera.
Flor no sólo aceptó el roce de sus labios sino que se rindió a su lengua exigente y boca insaciable. Jazmin estaba en lo cierto, jamás iba a parar de demostrarle su amor y otro testimonio de ello fue la cena que las esperaba a mitad de la playa; en una mesa rodeada de antorchas y mantales blancos.
