Jazmin recciono ante aquellas palabras con pasión y lujuria reclamando su boca con un beso feroz y urgente. Rápidamente la ropa de ambas desapareció mientras gemian al mismo tiempo cuando su piel urgida de contacto conectó por primera vez en la noche.
Jazmin acariciaba y besaba todo a su paso sin temor a lo que sentía su corazón, ya no había dudas ni miedos sólo el deseo del presente y el ansia del futuro. Una vieja vida olvidada, un hoy palpable y latente de amor y un mañana bendecido.
Su piel se estremeció cuando la sutil caricia de las manos de Flor recorrió su espalda con lentitud y paciencia apremiante. Su tacto era sanador, lejos de ser incómodo y hostigante curando milagrosamente hasta la última de sus cicatrices, tatuandolas con besos y palabras de afecto que acariciaban a su vez como brisa de primavera las heridas internas que tanto daño le habían causado.
Aún de pie Flor bajo la mirada tanteando sigilosamente la cicatriz lineal que antes había divisado en su pelvis, acariciando con los dedos al tiempo que sentía los músculos de Jazmin tensarse a su paso. Sin embargo sus manos siguieron el camino con dirección a su pecho.
Era su turno de tocarla y no siquiera Jazmin lo impediría.
Lentamente Flor se inclinó contra su pecho desnudo frente a sus ojos, besando y dibujando cada una de las imperfecciones en éste. Su lengua salivaba serpenteando entre las pequeñas montañas que eran los pechos de la otra mujer...chupando y mordiendo con extremo cuidado.
Los inaudibles gruñidos aparecieron de pronto motivandola a seguir con su tarea. Una mano en su pelo presiono su boca todavía más contra la sensible piel dura y caliente concediendole cierta gratitud por el poder que le había sido otorgado. Nunca una mujer tocó a Jazmin y ser ella la primera en hacerlo se sentía simplemente increíble...casi como estar en el cielo, pretendiendo acariciar a alguna diosa imponente e intocable.
A partir de ese dia, aquel acto seria si credo, le demostraría con acciones todos los dias lo mucho que la quería y le dedicaría a la más mínima oportunidad las palabras mágicas que necesitaba oír.
-Te amo- le dijo volviendo a su boca, porque no existía otra palabra con más poder que esa.
A continuación se dejaron caer en la cama, Jazmin de espaldas y Flor encima de su cuerpo amándola con cada delicado roce de manos y labios.
Cuando Flor estuvo a su alcance Jazmin demandó su boca, sedienta y ansiosa de beber de ella. Le susurro palabras de amor, jurando quererla para siempre con cada fibra de su corazón.
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Jazmin se sentía la mujer más afortunada del mundo, mientras que Flor lloraba de felicidad porque cuando lo creyó todo perdido, ahí estaba siendo amada y adorada por aquella esquiva y dominante mujer.
Cambiaron posiciones Jazmin tras hacer el mismo trabajo en la piel tostada de Flor, penetró su interior suavemente, balanceandose lentamente sobre su cuerpo. Casi parecía inexperta de lo que estaba haciendo, pero no ella estaba lejos de eso.
