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MATT

Salí de la obra temprano, Romeo no llegó y eso si que era nuevo como no había suplentes nos enviaron a casa, con un están despedidos, después de todo la temporada si que había estado baja así que no habrá más ya no había presupuesto.

Lo primero que hice al salir del teatro fué ir a ver a Corbin, a lo mejor podia ser mesero en el restaurante hasta que encontrara algo más o tal vez sólo tal vez podiamos ver un poco de futbol. Cuando llegué por la parte de atrás Corbin estaba fumándose un cigarrillo en el callejón.

—Matt, ¿por que no estas en mallas?—dijo al verme.

El núnca preguntaba como una persona normal.

—Problemas técnicos—respondí.

—De acuerdo tengo como una media hora y después cerraremos, hoy vienen a fumigar ¿esperas cariño?—dijo ofreciendome un cigarrillo el cual rechacé.

—Si princesa.

En todo lo que podía pensar durante y después de despertar era en ella, era en sus labios eran suaves sabían a melón y no podía dejar de imaginármela lamiendo...

—¡ABSTINENCIA!—dijo al salir y cerrar la puerta.

—¿Que? —respondí.

—Se te ve en toda la cara.—dijo él.

—Vete al diablo.—contesté.

—Bueno pues tengo razón.

En ello mi celular sonó era Sophie una chica que acababa de conocer y que al parecer no llegaría a conocerla me dijo que le diera algunos concejos de actuación que mi papel lo hacía perfecto y bueno ella ya no seria la susutituta de Julieta, me pidió tomarnos un café mañana a la tarde aún así.—en ello Corbin y yo ya nos metiamos a la calle después de despedirnos de todos los de la cocina.

Le dije que tal vez mañana a eso de la tarde y la tal Sophie aceptó.

—Adiós.—terminé la charla por telefono.

—¿Asi que tienes una cita?—dijo Corbin.

—Es solo un café.

—Asumo que ayer tu y Anne...

—Recuerdas... cuando me prohibiste hablar de Calabaza porque según tu estaba diciendo puras estupideces?

—Si—dijo de inmediato.

—Pues justo ahora te prohíbo que hables de Anne, para siempre.

—Vale a que sensible te has puesto ¿no estarás en tus días?

—Cállate idiota. 

—Ven vamos a la casa necesitas una cerveza.—dijo riendose y molestandome.

—Vamos.

—Además necesito un inodoro.—dijo.

—¿Porque no pasaste al del restaurante?

—Estaban limpiandolos no les podía decir, "y limpien esto también" cierto.

—Bueno pues vamonos, ¿viste el partido?

—Lo sé el mejor lanzamiento de Estrada ¿no?

—Te digo que Boston no va a poder con los Yankees.


(Luego de una caminata finalmente llegamos)


SE RENTA NOVIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora