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ANNE

¡Algo andaba mal! desperté y lo vi junto a mi, no todo estaba bien me abrace mas a este pedazo de hombre que tenía en mi cama como pude pasar tanto tiempo sin él, era guapísimo, amable, protector y lo primero que hizo fue abrazarme y respirar en mi cuello, se me puso la carne de gallina.

— Hola nena.—dijo él.

— Hola, no soy tu nena

— Solo si quieres serlo.

— Tal vez sólo por hoy.

— Hoy es la boda.—dijo él.

— ¡A donde crees que vas?—dijo abrazandome.

— Me iba a parar.

— No te vayas puedo persuadirte— justo cuando saboreo mi cuello y sentí su erección matutina escuche que llamaban a la puerta.

— ¡Hija!—dijo mi padre detrás de la puerta.

— Si—dije alarmada.

—Podrías venir al cuarto de Kate, es una... emergencia.

— Dame un minuto—agarré un par de pantalones una sudadera y le hice una seña a Matt en plan vistete, algo está pasando.

— Después vale—dije besandolo, pero ese hombre no me soltaba.

— Es una promesa—dijo agarrandome de la cintura.— Anoche....—dijo mientras me hacia una coleta.

— Estuvo genial—dije parandome.

— ¿Solo genial?—preguntó.

— Muy muy bien —dije sonriendole.

— Tal vez te de una repetición esta noche—dijo todo feliz.

— Que tal mejor esta tarde—dije subiendo y bajando las cejas.

— Trato hecho—dijo buscando en la cama su camiseta, estaba super feliz y no me quitaba los ojos de encima.

— Ahora vuelvo—dije.

— Apresúrate mujer—dijo mientras se paraba y buscaba el resto de su ropa.


Tras la puerta de mis padres estaban todos.

— Esto está matándome mamá por que no está aquí estaba aquí anoche.

— ¿Que pasa?—pregunté al llegar.

— Estaba aquí anoche.—dijo Kate casi llorando con un celulara en su oido.

— ¿Que perdiste?—pregunté confundida.

— A Jenna.—dijo en tono chillón.

—¿A quien?—repetí confusa.

— ¡Mi dama de honor!—dijo Kate.— No está en el hotel y se suponía que ella me trajera el vestido, al estilista, y mandara por la comida y el pastel, la llamé esta mañana pero no me contesta.

— Ahhh ya.— dije entendiendo su frustración, ahí me terminé de despertar.

— Y... ¿si algo le paso?—preguntó Kate.

— tranquila hija— dijo mi padre acercandose y abrazando a Kate.

— Ayer estaba en la despedida de soltera fue de las ultimas que se fueron—dijo una chica con tubos en la cabeza.

— Cálmate tal vez tiene resaca y no contesta su teléfono—dije.

— Ella no es asi,— replicó Kate— ella no lo haría y menos hoy ¡me caso maldición! tiene que estar aquí.

SE RENTA NOVIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora