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—Entonces, cuéntame sobre ti —me pide Wendy cuando nos encontramos sentadas en el sofá
—Mi nieto me contó un poco, pero me gustaría saber más de ti.

—Pues —carraspeo un poco —Tengo una licenciatura en enfermería...

—No, no. Eso ya lo sé, cosas de ti, querida —ella niega con la cabeza — Por ejemplo, yo tengo 72 años, ¿qué edad tienes tú?

—Tengo 24 años —ella asiente y me incita a proseguir —Tengo un hijo de 6 años.

—Tuviste un hijo a los 18 años —ella parece sorprendida y yo asiento un poco incomoda — ¿Y el papá?

—Brillando por su ausencia — trato de no sonar borde pero realmente es un tema que me incomoda hablar.

—Entiendo, querida. —ella parece entender mi comportamiento — ¿Y cómo saliste tú sola adelante?

—Con ayuda de mi familia, termine mi carrera y ellos me ayudaban con Eiden, mi hijo.

—No todos nacen con el don de dedicarse a criar a un niño, es más una decisión —asiento dándole la razón — Pero qué bueno que hayas podido salir adelante con tu hijo y no lo hayas abandonado, he conocido personas así —su mirada se torna distante y melancólica hasta que me ve — Bueno mi niña, iré a tomar una siesta, mi habitación es la primera del pasillo, cualquier cosa puedes tocar.

Ella se levanta del sofá y yo me quedo pegada en él sin saber mucho qué hacer.

—Querida —llama mi atención y la veo —Esta casa es muy grande, puedes explorarla si quieres. Y si tienes hambre puedes ir a agarrar algo en la cocina, también si te gusta leer en la parte de arriba se encuentra una biblioteca, y baños hay por todos lados —me comenta —Ahora sí iré a descansar, me tome una pastilla y lo que hace es darme sueño.

Esta vez sí se retira a su habitación y yo veo la hora en el reloj de pared. Apenas son las 9am, y no sé qué hacer para pasar el tiempo, vale que la casa es muy grande pero me da pena estar recorriendola como si fuera mía, así Wendy me haya dado permiso tampoco quiero entrar o ver algo que incomodaria a alguien.

Decido ir a la cocina a tomar un poco de agua, y cuando entro a ésta me sorprendo, es del tamaño de mi apartamento completo, las paredes siguen siendo de color crema y el piso de la misma cerámica blanca, hay una encimera en el medio y es muy bella, completamente blanca y reluciente, al igual que los gabinetes que son un montón. Tomo un vaso de vidrio de la encimera y me acerco a la nevera a tomar un poco de agua. No he explorado ni la tercera mitad de esta casa y ya ando sorprendida.

—¿Hola? —escucho una voz detrás de mí y hace que me asuste provocando que suerte el vaso de vidrio y se rompa en el piso.

Demonios.

—¡Lo siento! No quise asustarla —veo a la misma chica pelirroja como de mi edad que me abrió la puerta agacharse a recoger los vidrios del piso y yo me agachó igual.

—Yo los recojo, tranquila, fue mi culpa por tener manos de mantequilla, ahora tengo que para un vaso cuando aún no me pagan a mí —intento bromear y ella me ve con una media sonrisa.

Se levanta y entra por una puerta que yo no había visto desde que entre aquí, sale con una escoba y un recogedor de basura, barre los vidrios y vuelve a entrar por la puerta, me imagino yo, a botar los vidrios, y sale.

—No tiene nada de qué preocuparse, aquí hay muchos vasos más, ese que tomó solo estaba de decoración en la encimera —me informa —Bueno, yo seguiré con mis deberes.

—¿Cómo te llamas? —le pregunto antes de que se vaya.

—Danielle, y me supongo que tú eres Alary, la nueva cuidadora de Wendy —asiento dándole la razón —Bueno, tengo que ir a limpiar la piscina.

—¿Hay una piscina?.

Wow, realmente tengo que explorar esta casa.

—Sí, sígueme, es por aquí atras —salimos de la cocina y pasamos por el pasillo hasta dar con una última puerta, ella la abre y veo el gran patio y la gran piscina que tienen detrás de la casa.

—Esto es hermoso, mira las flores — hablo emocionada al ver en montón de flores que hay por todos lados.

—A Wendy le gusta mucho  plantarlas —me comenta —Ahorita vengo.

Estoy anonadada viendo todo el lugar, es muy grande y privado también, ya que hay una pared que rodea todo el lugar. La piscina es hermosa y muy azul, hay varias sillas y mesas alrededor de ésta así que me imagino que hacen muchas reuniones aquí, las flores están por doquier dándole una decoración muy primaveral al lugar.

Camino hasta la piscina y toco el agua, se siente muy refrescante y hasta provoca meterse a bañar. Sigo mi camino y voy observando las variadas flores que hay, me parece que la mayoría del tiempo me la pasare aquí con Wendy, y no me molesta en lo absoluto.

También noto que hay una pequeña cabaña a lo lejos.

—Regrese, tengo que sacar las hojas de la piscina, en esta época suele pasar mucho —ella se acerca a la piscina y empieza a sacarlas.

—¿Llevas trabajando mucho aquí?

—Desde que nací — ella parece ver mi cara confundida y ríe —Mi abuela trabajaba aquí desde que era jovencita y esta casa apenas eran unas cuatro paredes, tuvo a mi mamá y los señores Roth la dejaron tenerla aquí. —ella sigue limpiando —Esta casa fue creciendo, nació el señor Paul y luego vino Wes, y un año después mi mamá me tuvo a mí.

—¿Siguen trabajando aquí? —le pregunto y ella niega.

—Mi abuela sí, bueno, ella más que todo se encarga de cocinar, ya que ya está muy mayor para hacer tantas cosas, y mi mamá murió en un accidente hace tres años —su voz se torna melancólica y yo me insulto por ser tan preguntona.

—Lo siento.

—Tranquila, y pues llevo viviendo aquí desde hace 24 años, en esa cabaña —la señala —La construyeron para mi abuela ya que ella no quería irrumpir adentro, así que se la construyeron aquí afuera.

—Entonces aquí viven, tú abuela y tú, Wes, Wendy, Paul y me imagino que la mamá de Wes, que por cierto no la conozco.

Y ahora que caigo en cuenta es cierto, no he visto a la mamá de Wes por ningún lado, ni siquiera sé su nombre. En realidad, ahora que recuerdo, nadie me ha mencionado nada de ella.

—Ella no vive aquí, Alary.

—¿Cómo así?

—En realidad yo nunca la conocí, creo que ella se separó del señor Paul apenas Wes cumplió 2 años, no sé por qué, y mi abuela me prohíbe hablar de eso por lo que no pregunto.

Decido no seguir preguntando aunque la curiosidad me esté matando.

Paso las horas hablando con Danielle, revisando a Wendy, procurando que tome sus pastillas. No da mucho que hacer, se la pasa en su habitación la mayoría del tiempo, pero desde que llegó Eiden ha estado el patio con él, mi hijo se ganó su corazón en cuestión de segundos lo cual me alegra demasiado. También conocí a la abuela de Danielle, su nombre es Nora y es una señora muy amable también. La verdad he pasado el día muy bien aquí.

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Holaaa personitas, ¿qué tal les pareció el capitulo de hoy?

Un poco corto, I know, pero quería que conocieran un poco más a Wendy, y sobre la vida de Wes.

El siguiente capítulo será muuy bueno, lo prometo.

Nos leemos pronto.

Besos de Arequipe.

No Necesito a un Príncipe AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora