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—Aquí traje las pastillas —la voz de Wendy hace que Wes se separe rápidamente de mí y yo baje la mirada totalmente avergonzada —¿Todo bien? —pregunta Wendy con una ceja alzada.

—Sí, iré a buscar hielo —Wes huye rápidamente.

Trato de normalizar mi respiración y le pido a mi corazón que deje de latir tan rápido antes de que me dé algo aquí mismo.

Wendy se acerca y me ofrece una pastilla junto a un vaso de agua. La tomo rápido y bebo todo el vaso de agua, ganandome una mirada de sorpresa por parte de Wendy.

—¿Segura que todo bien? Te ves alterada, diría yo.

Alterada es poco para como me encuentro ahora que caigo en cuenta de que Wes y yo estuvimos a punto de besarnos.

Necesito salir de aquí rápido.

—Sí, segura —me levanto del taburete —Creo que será mejor que me vaya.

—Le pediré a Wes que te lleve, no quiero que de camino a tu casa te ataque la loca esa otra vez, aunque si es inteligente no debería de hacerlo.

Mis alarmas se encienden de inmediato, no puedo dejar que Wes me lleve.

—No se preocupe, puedo llamar a una amiga para que venga por mí.

Rápidamente pienso en Becca.

—¿Segura? —inquiere y yo asiento —Bueno, entonces vamos a la sala.

Salimos del baño y nos encaminamos a la sala, en donde nos topamos a Wes con un pañito envolviendo lo que supongo yo, son hielos. Él al verme me lo ofrece y sin decir más, vuelve a la cocina. Se nota que no quiere verme lo que me hace sentir fatal.

Coloco el pañito sobre mis labios con ciudado y voy en busca de mi cartera a sacar mi celular y marcarle a Becca. A los segundos ella contesta.

" —¿Sí? —escucho su voz y suspiro.
Necesitaré que me hagas un gran favor y prometo explicarte todo después.
—¿Qué sucede?
—Venme a buscar a la casa de Wes, por favor —prácticamente le estoy suplicando.
—¿Ahora?
—Sí, ahora.
—Vale, en 10 estoy allá"

—Mi amiga ya viene —le informo a Wendy que se encuentra sentada en el sofá.

—Está bien, aquí la esperaremos.

Becca llega en 10 minutos exactos a donde Wes, lo que me da a saber que estaba en su casa cuando la llame, ya que vive cerca de donde queda esta casa. Me despido rápidamente de Wendy y salgo como un rayo de esa casa, la reja es abierta y me encuentro de frente con la camioneta de Becca, entro y ésta al verme tapa su boca por el asombro.

—¿Qué te pasó? —me cuestiona con una mirada de preocupación en su rostro —¿Quién te hizo eso?

—Te lo cuento en el camino, pero salgamos de aquí.

Veo que quiere debatir pero con la mirada que le lanzó solo asiente y sale de la Urbanización.

En el camino me encargo de relatarle todo lo sucedido con Madison, ella me dice que la conoció y que una vez quiso atacarla porque pensó que mi amiga tenía algo que ver con Wes, lo cual era totalmente erróneo. Becca pensó que ella ya se había rendido pero ya le quedo claro que no fue así, y bastante que la insulto cada vez que veía cómo me puso, pero le aclare que también me defendí, y que probablemente le rompí la nariz, porque el golpe que le di fue fuerte y mi mano es la viva demostración de eso ya que apenas y la puedo abrir, pero ya me encargaré luego.

No Necesito a un Príncipe AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora