Con la miel en los labios (Caché) *Historia en revisión*

Capítulo 4 - Extraña Familiaridad

"Te sientas en frente y ni te imaginas, que llevo por ti mi falda más bonita y al verte lanzar un bostezo al cristal se inundan mis pupilas. De pronto me miras, te miro y suspiras yo cierro los ojos, tú apartas la vista apenas respiro, me hago pequeñita y me pongo a temblar" LODVG

El camino hacia el pueblo fue corto, Daniela se sentía tan ansiosa que se sorprendía de no haber podido gesticular palabra con María José, lo que sí compartieron fueron un par de miradas y sonrisas un tanto forzadas pero que para nada hacían el ambiente incómodo, la energía que se trasmitían, a pesar del nerviosismo, les daba un poco de paz.

Gracias a su mutismo actual, Daniela se permitió detallar el perfil de Poché mientras esta veía por la ventana del carruaje, pudo apreciar perfectamente su piel acanelada, el brillo lateral que emanaban sus ojos a contra luz, creando un verde acentuado, su nariz perfilada y sus labios carnosos, humectados, besables... Daniela sacudió un poco su cabeza al volver a notar que detallaba con cierta intensidad esta parte del rostro de María José, quién si no es que leyó su mente o simplemente notó la mirada, había sacado ligeramente su lengua para humedecer un poco más sus labios, diablos! pensó Daniela, colocando su vista a la ventana para extraer los repentinos pensamientos pecaminosos que la chica había generado.

Daniela Pov.

Habíamos llegado ya al pueblo, la sensación que mi cuerpo emanaba era de un nerviosismo total, aunque también me sentía irremediablemente feliz de estar compartiendo un momento con la doncella que tanto me había impactado durante aquella noche.

- Sabes, le dije a Poché. Realmente no tenía que venir a nada al pueblo jeje, era una excusa para salir un poco de casa y no sé... le mentí porque me sentía realmente tonta de decirle "oh, sabes, tenía la esperanza de encontrarte pero pues tu llegaste a mi casa ha!".

- Ah vaya!, me dijo con un sonrisa ladeada y entonces que es lo que te gustaría hacer?, pienso que ya estamos acá podríamos aprovechar.

- Sí bueno, de hecho no puedo volver sin unas cuantas compras o mi padre no me dejará en paz, el... quiere "premiarme" con unos detalles porque "estuve muy juiciosa" en lo de la mascarada y bueno que en parte es cierto pero no es como que deba recompensarme, la verdad es que lo he disfrutado bastante.

- Realmente ha sido una velada espectacular, bailas muy bien!, dijo María José.

- No, que dices!?, la que baila espectacular eres tú, cielos, de verdad que tus pasos eran perfectos.

Noté como Poché se sonrojaba un poco ante mi comentario el cual agradeció mientras me comentaba que realmente el baile es una de las cosas que más disfruta, que en realidad ese había sido uno de sus principales motivos para asistir a la mascarada, el poder bailar un rato.

Le pedí que me acompañara a comprar un par de vestidos, que ni siquiera sé si me gustarán, tenía tanto apremio por salir de ahí para seguir platicando con la chica a mi lado, que solo mire unas cuantas páginas del catálogo de bocetos que la señora me mostró y sin más se los pagué y solicité que me los hicieran llegar a la casa como siempre, considerando que era un lugar donde yo habitualmente compraba, ya tenían mis medidas y todo lo que restaba era que los elaboraran y me los hicieran llegar.

Seguimos a comprar un par de zapatos que fueran adecuados para toda ocasión y unos lazos, últimamente me gustaba adornar mi cabello con un peinado alzado que luciera lazos de seda parecidos a los vestidos que usaba día a día, así que finalmente tenía mi coartada perfecta para llegar a casa con un par de bolsas y un pedido de vestidos que dejarían a Germán tranquilo.