Con la miel en los labios (Caché) *Historia en revisión*

Capítulo 6 - Dulce como durazno (Parte 1/2)

"Vuelve a ser mi cumpleaños y en mi mesa habrá dos platos aunque sepa que esta vez tú no vendrás sólo quiero de regalo dar la vuelta al calendario para que estos años pasen hacia atrás: cumpliría un año menos y al soplar daría fuego a las velas que pusiste en el pastel, tras invierno vendrá otoño, tras septiembre vendrá agosto y mañana será un poco más ayer..." LODVG

Narrador Pov.

El tiempo siguió su curso, como suele hacerlo cuando uno está feliz, a una gran velocidad; pareciera que el reloj se vuelve celoso y decide adelantar sus pesadas manecillas... pues mientras más disfrutamos lo que vivimos o nos rodea, menos atención ponemos al correr de los minutos.

El clima estaba poco a poco volviendo a ser cálido y la temporada de miel, mermeladas y café estaba en su auge... aunque como cada año a finales de Abril, una sombra gris se había posado sobre las tierras de los Garzón San Guzmán, un día en que los recuerdos felices impactaban volviéndose llenos de nostalgia y sentimientos, momentos en que el tiempo retomaba su velocidad tradicional haciéndose lento, espeso y pesaroso.

María José Pov.

Como cada año, toda actividad en nuestras tierras se frenaba, nuestros trabajadores no rodeaban los campos, los caballos no se ensillaban, básicamente toda nuestra casa se encontraba en una plena tranquilad así como nuestros alrededores.

Kim, Vale y yo usábamos nuestros vestidos más oscuros y mi padre vestía un traje que mi mamita adoraba, después de desayunar en completo silencio y rezar en el oratorio, nos dirigimos al mausoleo familiar que se encontraba poco menos de un kilómetro tras la casa.

En el camino tomé varias flores silvestres, que colocaríamos en los jarrones permanentes que se encuentran en la tumba de mi madre, Vale cargaba un pequeño escobillo y Kim unos guantes, mi Papi un machetito rabón. La tumba de mi madre siempre estaba en buen estado, nosotros a veces la visitábamos cada quién por separado y nos encargábamos de asearla, además que uno de los mozos tenía esa tarea asignada una vez al mes, pero durante abril nadie la tocaba hasta llegado este día pues era parte de la tradición.

Mientras papá se dedicaba a quitar la hierba alta con el pequeño machete, Vale y Kim retiraban las viejas flores y colocaban las nuevas, yo por mi parte arrancaba la hierba que se encontraba alrededor del monumento para así, poco a poco dejar la última morada de mi madre en un estado digno de ella.

Conforme los años pasaban, esta fecha era un poco menos gris para nosotros, no porque la extrañáramos menos o porque nos fuéramos olvidando de ella, sino que al recordar todo lo vivido, nos íbamos llenando de los buenos recuerdos y aceptando que la vida que ella tuvo en sus últimos momentos, no era propio de mi amada luna.

Mi mami durante todos estos años, se ha encargado de recordarnos que aunque no la podemos ver siempre está con nosotros, (acaricie el pequeño dije que Daniela había puesto sobre mi cuello y que desde aquel día no me lo he quitado), todo lo que ella mencionó es tan cierto, mamá nunca se fue, yo sé que siempre está con nosotras, la veo en Vale y sé que ella la ve en mí.

Aunque Vale era muy pequeña y prácticamente yo la acompañe a que terminase de crecer, sé que la recuerda y lo hará por siempre, mi papito que siempre nos dice que ve a su amada Martha en nuestros ojitos, en nuestra carita, así como nuestras acciones y carácter, definitivamente dejó una parte de ella en cada uno de nosotros.

Después de rezar un momento al pie del mausoleo, cada quien tuvo su tiempo a solas para hablar con ella, yo fui la última. Sí, para que mentir que derramé lágrimas, era difícil; vivir con su ausencia ha sido todo un reto, un muy doloroso reto, hay veces que la falta de mamá se sentía con una gran intensidad, pero de una u otra forma lo hemos afrontado.