Con la miel en los labios (Caché) *Historia en revisión*

Capítulo 22- Tournesol toujours lumineux

"Como la lluvia y la flor una tormenta puede hacerte florecer y cuando ya se calma el viento, más linda tú te vas a ver. Aquí estaré, yo sé que tú vas a volver, te esperaré y cuando vuelvas con un beso, aquí estaré, con la certeza que respiro, te amaré porque aunque sé que tú te fuiste... Tú sabes bien que volverás... los girasoles nunca dejan de girar" Luis Rodríguez

Daniela POV.

La lluvia caía torrencial, indomable. El lugar en que nos encontrábamos no podía ser más irrelevante, algún poblado no muy lejos de casa pero al menos podíamos resguardarnos todos sin arriesgarnos por nada.

El hostal al que llegamos era de buena categoría, contaba con corrales para los caballos, un área para sirvientes y otra para los señores según es considerado; era un paradero para viajantes de lo más común. Tras correr un par de metros desde el carruaje a la recepción me dispuse a adquirir las habitaciones para todos, el chofer estaba a mi lado pues aun siendo un lugar aparentemente tranquilo no era bueno que nos vieran sin resguardo.

-Buenas noches, - me dirigí al recepcionista -me gustaría una habitación para mi chofer y su ayudante, y otra habitación con dos camas para mí y mi acompañante.

-Buenas noches señorita, si gustan... -El recepcionista indicó pero se vio interrumpido por María José.

-Disculpe, si es posible preferiría que fueran dos habitaciones individuales para nosotras si no es ninguna molestia señor.

El recepcionista me observó cómo esperando mi autorización, yo desvié mi mirada hacia Poché esperando que reconsiderara, pero ella mantenía su mirada fija en él.

-Señorita María -Intervino el cochero - si me permite una opinión, ya suficiente es con que ustedes se queden solas en una habitación llega a ser riesgoso como para considerar ocupar una cada una, sería una completa imprudencia, por lo que le aconsejo que se queden juntas usted y la señorita Calle, de igual forma yo haré rondines para velar por su seguridad.

María José lo observó y meditando las palabras del hombre asintió; por lo que nuevamente mi atención fue dirigida al recepcionista recalcando lo que había solicitado en primera intención.

-Señorita Calle, ¿es correcto? -El recepcionista se dirigió en mi dirección y yo asentí -Mi nombre es Gil, sus caballos serán llevados a la brevedad al establo, y el carruaje despojado de sus pertenencias será colocado en el parqueadero. En cuanto a las habitaciones sus sirvientes tendrán todo lo necesario incluyendo el área común al final de este pasillo, acerca de su habitación doble, me temo que la única problemática que encuentro pudiera generarle incomodidad... Es que las habitaciones de dos camas están todas ocupadas; pero contamos con una pieza digna de su merced pero solo cuenta con una cama Queen size, ¿tienen algún problema con este detalle?

-¡Sí! -Dijo Poché.

-¡No! –Dije unísono con ella.

Le pedí un momento a Gil para hablar con Poché a solas y así deliberar acerca de esto, al igual que revalidé que todo lo demás estaba correcto por lo que el cochero se dirigió hacía el pasillo seguido de su ayudante y un par de personas que cargaban parte de nuestro equipaje. Procedí a indicarle sutilmente a ella que me siguiera un poco lejos del escritorio.

-Poché ya has escuchado al chofer y no es conveniente quedarnos en habitaciones separadas, si es por mi te prometo no molestarte y si vemos un sofá en la recámara yo lo usaré, pero no seas necia por favor, estamos todos cansados y hay una tormenta terrible allá a fuera, sabes que no fue planeado mi am... - Recordando su petición omití el termino de mi frase. – ¡ejem!, bueno no es mi intención incomodarte de ninguna manera pero creo que lo mejor es que tomemos la habitación, es solo por esta noche. - le dije utilizando mi tono de voz más calmo.