CAPÍTULO 4

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Habíamos llegado al muelle de hierro,  lo contemple por unos minutos al colocarme en la Proa, jamás había tenido la oportunidad de ver su imperante solides, ante aquellos impactos de olas.

No pude evitar compararlo con Estrella, Ernesto, Martín y sobre todo Williams quien había salvado mi vida, por todo lo que habían soportado.

Era mi turno tenía que afrontar lo que  pudiera ocurrir, siendo firme como aquella estructura.

Había pasado un día del que no se encontro rastro de él en aguas mediterráneas, me sentía desecha, ingenua  inclusive torpe, es increíble lo que nos puede ocasionar algunos acontecimientos llevarnos a perder los estribos o inclusive recuperarlo.

—¿Estas lista para ser alguien nueva? —dijo Kalí— al notarme angustiada por lo que aún no ocurria.

—No lo estoy, supongo que nunca he estado preparanda para ello.

—Tranquila es normal sentir miedo—dijo— mientras colocaba su mano arriba de la mía, que estaba tomada de aquel barandal, contemplando aquel muelle.

Williams había dado su vida por mí, sin conocerme, el vio algo que yo no pude ver estos meses o incluso años, estaba tan ocupada en satisfacer mis necesidades superfluas que me olvide de vivír.

Esta era una nueva oportunidad para iniciar de nuevo y encontrar aquel propósito que deje atrás en algún punto de mi vida, donde abandone aquellas enseñanzas.

—Antes que inicies tu nueva vida señorita, me gustaría nos acompañara vuestra casa, tengo algo que mostrarle—dijo Marcos— al llegar aquella Proa.

—Lamento todo lo que le he causado a su familia—dije —sin poder evitar llorar—yo no quería que esto pasara, el no se merecia morir de esta forma.

—Tampoco tu, solo espero sepas valorar esta oportunidad que se te ha dado, mi hijo se encontraba muy dañado por lo que  había vivido hace algún tiempo, tal vez este era su propósito, no lo sé, toma, por lo que se de ti, lo necesitas, así pasaras desapercibida en la ciudad, esta gabardina y sombrero servirán, te ocultaras de igual forma entre nosotros, nos estará esperando un auto a unos cuantos metros del muelle para llevarnos a casa, esten preparados en cuanto les llamé.

—¿iré con ustedes señor Marcos? —preguntó kalí.

—Pero que pregunta es esa chabal, claro que irás, tu te encargaras de ayudar a... por cierto, ¿como te llamas?

—Rosalin—respondí.

—Kalí, tu te encargaras de salvaguardar la integridad de Rosalin, he escuchando que tendras un cambio de identidad, ve pensando en cual será tu nuevo nombre, tengo en casa algunas cosas que te serán de utilidad para tu cambio de imagen
—agregó Marcos— antes de retirarse a supervisar la llegada.

Despues de mí. (book 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora