El avión empezaba a descender, con cierta turbulencia, lo que estaba pasando en mis pensamientos en aquel momento.
No tenía ni la remota idea de dónde encontrar a los chicos después de tanto tiempo, exactamente siete años desde que decidí ser objeto de olvido.
No recordaba del todo la ruta para llegar a las acaudaladas calles de Madrid.
Llegar a la casa de los chicos me daba la esperanza de que todo cambiará, ellos tendría algunas de mis pertenecías que les di a guardar en una de sus tantos almacenes, donde lleve todo antes de mudarme impulsivamente, tras haberme enamorado impulsivamente de Abdala, pero ¿como no hacerlos?
No podía recistirme a esos ojos azules tan parecidos a las aguas perfectas en cabo de gata, que olvidé por completo cuando estas azotaba y dañaban todo a su paso al ser influenciados por tormentas, al convertirse en olas.
Es tan extraño que en todo se pareciera a el.
En las tierras áridas que eran su piel, llenas de calor, pero que un momento quemaba sin piedad.
En aquellos brazos parecidos a montañas, imposibles de escalar.
Aquel extraño e irresistible acento, al hablar castellano, que derretie a más de una.
Era extrañamente el Hosmar de mi vida en versión heterosexual.
Neto y yo compartimos gustos similares sin duda con la atracción de los hombres, pero estos fueron nuestra perdición.
¿Que será de ti? amigo mío.
Al bajar de aquella estación de metro en la que mis sueños de hace años me escupian a la cara, riéndose de mi por haberlos perseguido, pero solo quedaba avanzar y hacer frente a todo.
Camine sobre las calles de gran vía, tan acaudaladas, creo que es lo único que no ha cambiado del todo por aquí.
Encontrando alguna caseta de venta de telefonía, saliendo del lugar hacia la ruta marcada con mi nuevo celular.
Instale algunas aplicaciones principalmente una de trasladó vehicular (cabify), las zapatillas me estaban matando para ser sincera.
Busque la zona residencial, pozuelo de alarcón, se puede decir que son los hamptons de New York, solo que en Madrid.
Pará correr hacia los brazos de los chicos después de todo lo ocurrido esperando fueran mi salvavidas.
Estar rodeada entre el bullicio me estaba sofocando, afortunadamente el servicio de cabify llegó a la brevedad, llevandome a mí destino.
Estaba ansiosa de ver a los chicos, tenía unas inmensas ganas de abrazarlos y llorar junto a ellos, pero sobre todo pedirles perdón de mi inexplicable huida romántica.
El mismo perdón que ni yo creó daría.
Afortunadamente Abdala jamás supo de mí relación con los chicos, mucho menos su ubicación dentro de Madrid.
Al mudarme a esta ciudad busque llegar a un barrio modesto alejado de los chicos, buscando abrirme camino, ellos insistían que su mansion era lo demasiado grande como para poder vivir cuatro y aún tener habitaciones disponibles.
Pero yo buscaba ser independiente, estar en mi pequeña habitacion con Todos mis sueños dentro de ella.
Manteniendo comunicación con Neto siempre al término de mis presentaciones en el bar donde cantaba con una reconocida banda.
Alejarme de menes quien creyó en mi en la metrópolis no fue fácil, pero sentía que tenía que extender más mis alas, que aquellas victorias no lo era todo.
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Despues de mí. (book 4)
Teen FictionEn ocasiones para entender el clímax de una historia debemos de llegar al final. Siendo el caso de Rosalin. Integrante del grupo de chicos menos importante de una universidad. Sus caminos se encuentran divididos, por rumbos impensables, pero ciert...