Al recorrer aquellas calles, mi mente divagaba a cada instante, pensaba que en cualquier momento sería un pañuelo lanzado al viento dejando de tener rumbo, perdido por las fuertes ventiscas.
kalí no soltó mi mano ningún instante, aún sabiendo que a mi lado tenía una sentencia de muerte ganada en el bolsillo.
Los pequeños andamios de aquel edificio nos hicieron llegar a una pequeña guarida, que se perdía entre telares y trozos de madera abandonada, misma que sirvieron para la fábricacion de algunos ventanales de aquel edificio.
Observamos algunos hombres correr, preguntando por nuestras siluetas que se habían perdido ante sus ojos en la multitud.
Al irse aquellos hombres jadeando como perro por su hueso. Kalí me lleva dentro de aquel hueco sin salida, lo cual pensé había perdido la cordura, ya que no había más que buscar en aquel lugar, sin embargo no dejaba de tocar aquella liza superficie, las penumbras en aquel lugar me impedían observar lo que él buscaba, llegó el momento en que su mano paro, el sonrió en cuanto su mano encontró aquello que buscaba.
Me sonrió después de jalar de aquella palanca, abriéndose una estrecha compuerta, en la cual entró de inmediato.
—¡Que esperas! —añadio.
Una vez dentro siguio el camino,
todo era mejor que seguir expuestos ante cientos de miradas sedientas por cobrar aquella recompensa.Al atravesar la estrecha compuerta se encontraba una especie de camerino de alguna bailarina de flamenco.
—¿Que hacemos aquí kalí?, ¿No tendremos algún problema?—murmure.
—No, aquí está mi Bien-aimée (amada.) Cada que tengo tiempo vengo a verla antes de su espectaculo en la taberna de puga, es la estrella del lugar.
—¿Que hacemos aquí? No nos veríamos con quien me cambiaría mi identidad.
—Si, pero para aquel cambio primero cambiaremos tu imagen—añadio—tocando algunos accesorios de aquella repisa un poco astillada.
—Amore mio, sei in ritardo (Amor mío llegas tarde) —escuche una voz aguda después del azote de una puerta.
Era una chica simpática llena de vida, con ciertos atributos que cualquier hombre dejarían ciego a su paso.
Kalí al verla la toma de sus manos dándole una vuelta que la lleva a deslizar sus manos a la cintura, quedando a escasos centímetros sus labios conectados, se podía respirar el deseo de ambas pieles al solo roce de piel, era tan electrizante.
—¿Haz traído a la chica? pocholitooo—preguntó.
—Claro que si pichurri, venir acá Rosalin, ella es Margot, mi prometida, quien te ayudará a cambiar de apariencia— expreso—mientras dirigía su mirada hacia aquel rincón donde me encontraba entre las sombras evitando ser vista.
Margot se desprende de los brazos de Kalí, asombrada al verme.
—! Vaya Tío, es idéntica a la chica que se encuentra en los boletines de toda la casilla de mariposas!
—Sera porqué es ella— afirmo cada palabra.
Podía ver en los ojos de aquella chica los euros caer poco a poco en sus manos, sentí que había cometido un error en llegar a ese lugar, las intensiones de Kalí eran buenas, sin embargo no conocía las de Margot.
—Bueno, bueno, que linda eres Tía. Toda una celebridad, choncha pasta están ofreciendo por ti, o el saber de tu paradero.
—El cual no daremos pichurri, el señor Marcos me ha encargado con mi vida protegerla—añadio—Kalí, acercándose a nosotras, apasiguando las aguas que se empezaban a sentir turbias.
Margot sabía que no era el camino el cual tomar, al fin de cuentas si Marcos habías dado aquella encomienda era mejor cumplirla ya que la familia Lavoe ha sido generosa con ellos en los últimos años.
—haberlo dicho antes pocholito, si el señor Marcos nos ha encargado a este capullo, vamos a transformarlo en el más bello clavel del jardín.
Aquel brillo en los ojos de Margot se había disuelto, sabía que después de este acto de buena fe, traería una mayor recompensa despues de todo.
Ella me tomó de la mano llevándome de un jalón aquel banco que estaba cerca de aquella repisa astillada.
Inició a observarme con pequeño detalle, tocando lo más recóndito de mi pelo, hasta los tobillos, levantándome por un momento para medir mi cintura con su cintilla.
—Con suerte le quedara algúno de mis atuendos, esta un poco regordeta, pero sin duda entrará en ellos.
! Vaya!, la cordialidad se había esfumado, la antigua Rosalin al escuchar la palabra regordeta, estaría en los cubículos del baño provocandose vómitos hasta olvidar aquella palabra o dejar de estar consciente.
En cuestión de segundos me encontraba en una tina, tomando una ducha, desvaneciendose el castaño oscuro de mi cabello, llegando un rubio claro, más claro que los día de sol en las primaveras de Almería.
Mis uñas se tiñaron de un rojo cereza al igual que mis labios, mis cejas se hicieron más delgadas atenúadas al largo de mi rostro, las lentillas de color verde aceituna llegaron, causando un fuerte ardor al no estar acostumbradas a ellas.
Margot corrió a su armario que se encontraba a escasos metros de la puerta de la entrada de su camerino, busco alguno de sus vestidos que lograran pasar desapercibidos al salir del lugar.
Lo cual el terminó de inapersibido era diferente al mió, aquel vestido se veía un poco desgastado, pero no era el tiempo de ponerme delicada con las prendas.
El corte de cabello acentuó un nuevo rostro, con una delgada pero bella gargantilla.
Era hora de espera a Kalí que había salido por el chico que se encargaría de hacer la documentación para mi nueva personalidad, me coloque las zapatilla de baile del mismo tono de mi completa apariencia roja.
Me mire al espejo, por un instante me desconoci, había hecho un buen trabajo después de todo Margot.
Aquella peineta que traía en mi bolsillo la tomé, ella al verla no dudo en recoger un poco de mi cabello, no buscaba una simetría en aquel peinado, lo más relajada posible que me pudiese ver, aquellas arrancadas de oro chapado daban mayor realce a mi personalidad.
Tocaron a la puerta, era Kalí quien ya se encontraba con aquel chico. Entraron.
Cuando Kalí me observó, no pudo evitar asombrarse del cambio, lo cual me sonroje. Eufórico por lo que había logrado, le dio un beso en la mejilla a Margot.
Aquel chico que acompañaba a Kalí se acercó con su camara.
—Rosalin, el es Uriel, el mejor jilipollas para poder sacarte de este país sin problema alguno.
—Vaya tío, no exageres no es para tanto—respondio—Tronando los dedos de sus manos.
—Tío deja la modestia no de envalde te llaman el rey de la falsificación—añadió Margot.
—Bueno, si, pero no es algo de lo que me sienta orgulloso de hacer.
-—Vas a empezar con las clases de moral, venga, venga, a lo que vino entonces antes de que se nos arrepienta el gallo—reponde Kalí.
Aquel chico me llevó a una de las paredes que se encontraban blancas, coloco un logotipo del escudo de la bandera española detrás, colocandome a espaldas de el, tomando las fotografías necesarias.
—Los veo el día de mañana donde acordamos, no olvideis llevar toda la pasta acordada—añadió—retirándose de inmediato del lugar, como un niño que se siente sucio después de haberse comido todas las golosinas del dispensador.
—Vaya para eso si no dijo ningún discurso barato—dijo Margot.
—Cariño, la plata es la plata, aquí y en la china—responde Kalí—con vasile.
No pude evitar reírme de aquel comentario.
Observe aquella feliz pareja, Kalí se había convertido en mi alfil en este juego, la pieza oportuna que se pudiese desplazar de mil formas posibles, sin el no abría logrado conseguir estar a un paso de olvidar por completo este mal presagio.
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Despues de mí. (book 4)
Teen FictionEn ocasiones para entender el clímax de una historia debemos de llegar al final. Siendo el caso de Rosalin. Integrante del grupo de chicos menos importante de una universidad. Sus caminos se encuentran divididos, por rumbos impensables, pero ciert...