Final

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Era peligroso conducir llorando.

Niall descubrió eso en cuanto salió a las autopistas y tuvo que echarse a un lado de la carretera.

Reanudó el viaje sólo después de recuperarse, aunque en ese momento era todo un desastre y tenía los ojos hinchados.

¿Y qué le importaba? Allí no habría nadie que lo viera.

Pisó con fuerza el pedal del acelerador. Cuanto antes llegara a la casa, antes podría acurrucarse en posición fetal y llorar hasta dormirse.

La casa estaba situada en un terreno extenso, con una entrada bordeada de árboles que se abría ante una enorme meseta con vista hacia las playas. Era de estilo contemporáneo, de varios pisos, construida en madera y cristal. Amaba ese lugar; siempre lo consolaba cuando su vida no iba exactamente según sus planes.

Esperaba que la casa estuviera a la altura de ese nuevo reto.

Niall dejó las llaves y las maletas en el coche. De pronto se sentía muy cansado. La tensión de ver a Zayn de nuevo casi había sido más de lo que podía soportar. Todo lo que deseaba hacer era desvestirse y refugiarse en su cama.

La puerta principal estaba abierta y Niall entró en el gran vestíbulo. Se preguntaba dónde estaría George, el cuidador. Le había llamado por teléfono para decirle que iba a ir ese día. La casa parecía fresca y limpia y las ventanas estaban abiertas para recibir la brisa marina.

Pensó que, probablemente, George estaría ocupado haciendo algo en algún otro lugar del terreno. No tardaría en ver su coche y sabría que estaba allí. Despacio, con firmeza, subió la escalera hasta el tercer piso, donde estaba su dormitorio.

Al aproximarse a la entrada del grupo de habitaciones que le correspondían, oyó que el agua corría. Pensó que quizá George había sido tan considerado que estaba llenando una bañera de agua caliente para él y sonrió al entrar en la habitación.

—¿George? —gritó.

No hubo respuesta.

Dejó su celular sobre la mesa y se dirigió con cautela hacia la cama. El sonido del agua corriendo era más fuerte.

—¿George? ¿Eres tú?

El silencio lo estremeció. Con ansiedad, se acercó más al cuarto de baño contiguo, pero se volvió al notar que había algo en su cama. Se aproximó más.

Fotografías.

Agarro una: era él.

En la bañera de agua caliente. Tenía los ojos cerrados su pecho y parte de su abdomen sobresalían del agua.

Eran las fotos de Zayn.

Se preguntó cómo habían llegado hasta allí. Un estremecimiento le recorrió la espalda. Dejó caer la foto y agarro otra y luego otra más. Todas eran diferentes tomas de la misma escena, en secuencia de tiempo.

Natural | Ziall |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora